Elecciones generales: Honduras firma hoy otro «cheque en blanco» de cuatro años

Redacción El Pulso28 noviembre, 2021

TEGUCIGALPA, Honduras

Honduras se viste de gala, como cada cuatro años, en búsqueda de un digno anfitrión que enderece su andar en un momento en el que se contraponen el termómetro de la desaprobación popular -que llegó, quizá, a su punto más álgido- y el rechazo a un cambio ideológico.

Aunque es palpable la tensión por el «¿qué pasará?», prevalece la expectativa de una afluencia masiva a las urnas de un pueblo que clama por ser escuchado y es impulsado por llamados multisectoriales a cumplir la obligación patriótica en paz.

Una sociedad que anhela acabar con flagelos sociales -cuyas cifras pelean por récords en los índices internacionales- pero que emana aún una voz tradicionalmente conservadora, se apresta a dar su veredicto final.

Más de cinco millones de hondureños -de los cerca de 9.5 que componen la población total- fueron convocados para elegir a las nuevas autoridades en cinco mil 755 centros de votación a escala nacional además de los puntos designados en EE. UU. y Centroamérica.

LOS ELEGIDOS. La oferta disponible para que el electorado en mención elija al próximo presidente de Honduras es de 15 líderes políticos, una cifra tan amplia como inédita en el país.

El número, visto por un lado como constitutivo de una pluralidad garante de la democracia, representa una percepción de demasía al considerar que solo tres presidenciables sostienen opciones reales de triunfo.

Uno de ellos es el oficialista, Nasry Asfura, representante del Partido Nacional. Busca suceder al mandatario Juan Orlando Hernández -quien ocupó el cargo por ocho años tras una cuestionada reelección- y alcanzar una cuarta victoria azul al hilo.

Como contraparte de Papi a la Orden (como se conoce al aspirante nacionalista) pero también en lo más alto de la predilección del electorado está la lideresa de Libertad y Refundación (Libre), Xiomara Castro, quien enarbola la unidad de la oposición para acabar con el imperio cachureco.

También aparece como seguro integrante del podio el liberal Yani Rosenthal, quien se ha publicitado como la alternativa ante los extremos, desligándose de una derecha «opresora y corrupta» y una izquierda «radical que promueve un modelo económico fallido (socialista)».

De acuerdo a la mayoría de encuestas publicadas previo al día de las votaciones, Asfura y Castro serán los finalistas de la contienda, pero la última en mención se perfila, por varios puntos de diferencia, como la favorita para ganar.

De ratificar el triunfo, Xiomara se convertiría en la primera mujer presidenta de Honduras. Además, seguiría el legado político de su cónyuge, el expresidente Manuel Zelaya, quien fue destituido a través de un golpe de Estado en junio de 2009.

Precisamente, fue cuando derrocaron a Mel que Castro se convirtió en un ícono de la lucha social en las calles y asumió el reto de buscar el poder, siendo esta la tercera vez que lo intenta.

OTROS CARGOS. Pese a que la atención se centró en ese nivel electivo, los propios actores involucrados han hecho hincapié a lo largo de la campaña de la necesidad que tienen, en caso de alcanzar la presidencia, de contar con apoyo en los otros poderes del Estado.

La escogencia de la primera magistratura incluye consigo la elección de tres designados presidenciales o vicepresidente.

También están en disputa los 128 puestos en el Congreso Nacional, mismo que, además de ser la vía para legislar, tiene la tarea para nombrar a las autoridades del engranaje gubernamental.

Los diputados se encargan de elegir a los titulares de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el Ministerio Público (MP), entes cuyo propósito es el cumplimiento de la ley en el país.

Asimismo, este poder del Estado define los integrantes del Consejo Nacional Electoral (CNE), el Tribunal Superior de Cuentas (TSC), el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) y la Procuraduría General de la República (PGR).

Aparte de la cámara legislativa, también serán electos los alcaldes y demás funcionarios de los 298 municipios del país y los 20 diputados al Parlamento Centroamericano (Parlacen).

ELECCIONES ÚNICAS. Este proceso eleccionario es el más caro de la historia de Honduras luego de que la Secretaría de Finanzas dispuso alrededor de mil 900 millones de lempiras al CNE.

La cantidad resultó de una exigencia presupuestaria para la adquisición del sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP) y el lector de huellas dactilares, entre otros implementos tecnológicos.

Otro aspecto novedoso de estos comicios es que se votará únicamente con el documento nacional de identificación (DNI).

Sin embargo, el Registro Nacional de las Personas (RNP), encargado de entregar las cédulas, ha sido duramente cuestionado en el proceso. Miles de hondureños no lo obtuvieron a tiempo y no podrán ejercer el sufragio.

La jornada será resguardada -al menos en teoría-  por más de siete mil observadores que se registraron. Sin embargo, en los últimos días se han vertido múltiples denuncias de que les han negado el ingreso e incluso han recibido malos tratos.

En materia de justicia electoral, el proceso será regido por la nueva Ley Electoral. No obstante, no se llegó a un consenso para aprobar la Ley Procesal Electoral, por lo que el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) -última instancia de reclamación- trabajará de acuerdo a un reglamento provisional.

En el contexto de país también figura la parte sanitaria y los médicos advierten que la población deberá extremar las medidas de bioseguridad ante el masivo evento y más tomando en cuenta que hay una «pandemia» de personas que se rehúsan a vacunarse contra la covid-19 y hay una nueva variante que aterroriza al mundo, la ómicron.

LLAMADO A LA PAZ. Durante el período de campaña fueron identificadas numerosas estrategias con mensajes de odio y confrontación entre candidatos, principalmente desde el oficialismo a la oposición.

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (Oacnudh), se han registrado 29 crímenes políticos en el marco de estas elecciones. Los datos del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV) indican que la cifra asciende ya a 31.

Incluso la Embajada de EE. UU. emitió una alerta diciendo que las protestas relacionadas a procesos electorales en Honduras pueden tornarse violentas.

Por ello, y en búsqueda de que no se repita el violento escenario de las anteriores elecciones generales, muchos actores nacionales y extranjeros han hecho un llamado a que la elección se realice de manera pacífica y respetando los resultados.

En 2017, un total de 38 hondureños fallecieron perdieron la vida cuando se desató el conflicto en las calles después de las elecciones.

Ya que los rumores en estas circunstancias suelen llevar a un grado de histeria, representantes de los supermercados y gasolineras se han pronunciado para asegurar que el abastecimiento de sus productos está garantizado y llamar a la calma.

Para evitar sumar alicientes a algún posible incidente, también se decretó la Ley Seca, que es habitual en todas las elecciones. Asimismo, se estableció un desarme general desde 10 días antes de los comicios hasta 10 días después.

¿BAJO QUÉ REALIDAD SE SALE A VOTAR? El pueblo hondureño saldrá a votar en el marco de índices crecientes de pobreza y múltiples señalamientos ligados a corrupción contra funcionarios.

La pandemia aún no acaba y el manejo de la misma por parte del gobierno ha sido objeto de incuantificables críticas. Aparte del letargo y la incapacidad para tomar medidas efectivas, se ha cuestionado que la mayoría de vacunas recibidas han sido donaciones.

Por el mismo lado, se critica la compra de siete hospitales móviles por unos 48 millones de dólares, al contado y sin garantía. Ninguno está en funcionamiento para atender pacientes con coronavirus.

Este proceso electoral se desarrolla después de Eta y Iota, dos fenómenos naturales que azotaron al país en noviembre de 2020 con una intensidad considerada sin precedentes en el país. Muchos de los afectados aquejan que el gobierno -que prometió no soltarles la mano- los abandonó.

Es más, una investigación que realizó este periódico arrojó que hay varios candidatos que en su momento fueron señalados por la justicia y que además no cumplieron con la rendición de cuentas de sus campañas que quieren representar al pueblo en el gobierno.

Casi la mitad del padrón electoral son jóvenes, quienes tendrán la responsabilidad de ser una pieza clave en la definición de los candidatos que gobernarán al país.

Las miradas se sitúan hoy en el corazón de Centroamérica, donde un pueblo adolorido se prepara para atestiguar historia, ya sea por una cuarta victoria seguida del imperio cachureco o la ruptura del bipartidismo -y la hegemonía de los hombres- en la presidencia.

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