TEGUCIGALPA, Honduras
El gerente de política económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) Alejandro Kaffati aseguró que el rubro privado aporta un 40 por ciento del subsidio a los usuarios que consumen menos de 150 kilovatios.
Precisó que «desde el mes de marzo hasta la fecha, la empresa privada ha pagado alrededor de 638 millones de lempiras por concepto de subsidio cruzado».
«El aporte de la empresa privada a la energía gratis representa un 40 por ciento del subsidio total estamos hablando de 159 millones de lempiras mensuales, hasta el momento», detalló.
Agregó que «reconocemos que es necesario apoyar a un segmento de la población para poder mejorar la calidad de vida; sin embargo consideramos que 150 kilovatios hora al mes es una cifra demasiado alta y que debería reducirse a 60 u 80 kilovatios para poder focalizar correctamente el subsidio y que llegue a la población que realmente lo necesita».
Indicó que «hemos determinado desde la gerencia de política económica del Cohep que el impacto de estos 159 millones de lempiras representan un incremento entre 11 y 16 por ciento del rubro comercial e industrial».
«Esto al final -prosiguió- del día genera costos adicionales que son trasladados a los precios de los bienes y servicios contribuyendo a la inflación por lo tanto una medida antinflacionaria pasa precisamente por revisar el tema de los subsidios y disminuir la carga sobre las finanzas privadas y públicas».
Por su parte el expresidente del Colegio de Economistas Julio Raudales explicó que «era evidente que el subsidio impactaría en los costos de las empresas sobre todo en los grandes consumidores de energía».
Externó que «este costo se traslada al precio final de los productos y evidentemente esto tiene un impacto en la inflación del país y no deja de hacerlo en el bienestar de la gente».
Añadió que «esto tiene un impacto en la inflación del país y no deja de hacerlo en el bienestar de la gente y hay que decir también que afecta negativamente la inversión en el país porque evidentemente al subir los costos un inversionista tanto nacional como internacional».
Señaló que «al final si los precios de los bienes aumentan evidentemente quienes van a pagar el subsidio son los consumidores finales y en general quienes terminan pagando los platos rotos siempre son los más pobres».
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