TEGUCIGALPA, Honduras
La Confraternidad Evangélica de Honduras emitió un comunicado en el que pidió a los medios de comunicación estatales respetar la moral y las buenas costumbres.
La acción derivó de la cuña que se transmite a través de Radio Nacional de Honduras en el que una joven de 15 años le confiesa a sus padres que se siente atraída por personas de su mismo sexo, campaña que ha sido promovida desde el gobierno de la presidenta, Xiomara Castro.
La misma obedece a la sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) por el asesinato de la activista de la diversidad sexual, Vicky Hernández.
En el escrito difundido por la Confraternidad Evangélica pidió que se «respete el derecho de más de tres millones de cristianos evangélicos a proteger la inocencia de los hijos y se utilicen conforme al mandato constitucional en el artículo 125».
Agregó que «instamos al Estado a centrarse en la solución de problemas estructurales del país que hoy nos aquejan. A los organismos internacionales les pedimos respeto, queremos vivir conforme a la moral y las buenas costumbres que heredamos de nuestros ancestros».
Al respecto el líder religioso y director de Proyecto Victoria, Mario Fumero, dijo que «respeto a las atracciones y orientaciones sexuales, pero otra cosa es la imposición de una tendencia convertida en ideología e implementada jurídicamente».
Externó que «no estoy en contra de que se respete o que la personas tengan derecho de hacer con su vida lo que dé la gana, si quieren llamar hombre, mujeres, elefante o burros es su problema siempre y cuando lo que él sea no me lo imponga o me censure a mí por mi forma de pensar».
Precisó que «para mí la ideología del género se está tratando de llevar a una dimensión jurídica e impositiva y no como un comportamiento, porque creo que todo ser humano piense como piense hay que respetarlo, sea de izquierda o derecha, gay o lo que sea, pero hoy en día se trata de imponer una conducta personal de inclinación como una doctrina impositiva».
Declaró que «no estoy en contra de las inclinaciones sexuales de las personas, pero no estoy de acuerdo que se imponga como una norma de conducta social y jurídica a nivel general porque estamos alterando los valores tradicionales y los principios biológicos que establecen que una familia es la unión de un hombre y una mujer».
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