TEGUCIGALPA, Honduras
Un llamado al diálogo y a la paz hicieron líderes eclesiásticos debido a la crisis política que se generó por la inédita conformación de dos juntas directivas para el Congreso Nacional en Honduras.
A través de un comunicado, la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) instó a que ambas partes, con el acompañamiento de la presidenta electa, Xiomara Castro, sostengan una conversación en una forma sincera y abierta.
Indicó que el propósito sería que puedan ponerse de acuerdo y encontrar un camino de solución que respete la ley y devuelva la serenidad y la paz para «celebrar con alegría el comienzo de un nuevo gobierno».
Asimismo, apuntó que el diálogo debe buscar el mayor bien posible, que sea equitativo de todos los hondureños y no los intereses de personas, grupos o partidos.
Los obispos también hicieron hincapié en que cualquier tipo de violencia, ya sea física o verbal, debe ser desterrada de la cultura hondureña, ya que la misma conduce al odio y al dolor.
«Todos somos hijos del mismo Dios y, por consiguiente, somos hermanos hondureños. Podemos pensar diferente, pero eso no nos hace enemigos unos de los otros. Ante los intereses particulares, debe prevalecer el bien común», reza el escrito.
Además, recordaron que las delegaciones que están invitadas a la toma de posesión de la presidenta electa Xiomara Castro llegarán como un Estado a otro, no como una persona y, «si el Estado de derecho no se respeta en Honduras, peligra esa transición democrática».
Los integrantes de la conferencia mencionaron que consultaron con expertos en derecho nacional e internacional y llegaron a la conclusión que la juramentación de ambas juntas directivas tienen vicios de nulidad.
El portavoz de la CEH, Juan Ángel López, pidió a los actores políticos involucrados a que «hagan caso» ya que no solo estarían afectando al Poder Ejecutivo, sino a todos los hondureños.
«Esta es una crisis política y deben resolverla los políticos. Han generado un clima de zozobra; estas prácticas deben terminar, merecemos un país donde nos veamos como hermanos y se terminen esos ataques que nos hacen tanto daño», expresó.
Cuestionó, a su vez, que las proclamadas autoridades estarían pensando únicamente en sus intereses y no, por ejemplo, en que también existe una crisis sanitaria y otra social.
«Dejemos las mezquindades y los egoísmos de lado y pongámonos a trabajar por el bien de Honduras», aseveró.
Por su parte, el pastor Mario Fumero externó su expectativa de que ambos grupos se pongan de acuerdo y no haya mayores consecuencias.
«Oremos para que el desenlace de este caos legislativo no dé las bases para que se altere el orden constitucional y nos enfrentemos a una disputa mayor que abra la puerta a una dictadura», dijo.
Expuso que la situación podría ser una lucha de poder o un show montado para justificar la disolución del Congreso Nacional y la convocatoria a una constituyente.
Dijo que espera que se evite una disolución del Poder Legislativo que haría «ingobernable» la nación porque, de lo contrario, «vendrán tiempos muy conflictos y difíciles para Honduras», por lo cual, «tenemos que orar».
«Hago un llamado excitativo a todos los políticos coherentes y cristianos, si es que los hay, para que cambien su actitud y busquen con el diálogo salvar a Honduras de una posible catástrofe gubernamental», sentenció.
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