TEGUCIGALPA, Honduras
La proyección de un crecimiento económico en Honduras de entre ocho y nueve por ciento al término de 2021 es, hasta cierto punto, justificable según expertos, pero advierten que no refleja la realidad de la población.
Apuntan que la reactivación de algunos rubros así como el comportamiento hacia el alza del precio de ciertos productos que se comercian a escala internacional estarían propiciando la mejoría, pero no se traduce en una vida más satisfactoria para los hondureños.
El expresidente del Banco Central de Honduras (BCH), Hugo Noé Pino, mencionó que entre las fuentes de inyección a la economía está el mejoramiento coyuntural del precio en el mercado internacional del café y el aceite de palma.
Asimismo, mencionó que aporta el aumento -a casi el doble- de las remesas, mismas que alimentan la capacidad familiar de consumo.
De acuerdo a las cifras que maneja el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), las remesas superarán los siete mil millones de dólares, lo que supondría un récord para este tipo de ganancias.
Para el próximo año, el dinero recibido en concepto de remesas llegaría a unos siete mil 700 millones de dólares.
«Las remesas están incrementando tremendamente y eso complementa los ingresos familiares, mejora el poder adquisitivo y activa los servicios y el comercio», comentó el gerente de política económica en la directiva empresarial, Santiago Herrera.
Agregó que entre las actividades comerciales que propician el crecimiento económico está el rubro turístico, del cual subrayó que pese a que sufrió por la falta de movimiento en 2020, en el año en curso ha gozado de una derrama sustancial en Semana Santa y el feriado morazánico.
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Valoró que las descritas son algunas razones por las que se prevé un crecimiento «tan espectacular», pero que es necesario tomar en cuenta que el mismo es en comparación al año anterior, donde la economía cayó en un nueve por ciento.
Bajo esa línea, Pino indicó que es oportuno describir qué significa un crecimiento de tal naturaleza.
Expuso que la caída de la economía en nueve por ciento en 2020 pero una posible subida del mismo valor en 2021 representa que la economía vuelve al punto en el que estaba al cierre de 2019, lo que también significa dos años perdidos en creación de oportunidades de trabajo y reducción de la pobreza.
«Podemos ver que este crecimiento no se constituye en un mayor nivel de generación de empleo como lo muestra el índice de la actividad económica para el sector agropecuario que todavía se mantiene rezagado», dijo.
«Es un crecimiento que, si bien hay que darle la bienvenida, hay que calificarlo mucho porque no mejora los niveles de bienestar de la población», amplió.
Sin embargo, dejó claro que el BCH es el ente que maneja el instrumental estadístico necesario para hacer proyecciones de tal naturaleza, por lo que estima que si sus expertos prevén un crecimiento alto es porque puede darse en la práctica, aunque sin verdaderamente ser un beneficio para la gente.
Por su parte, el economista del Foro Social para la Deuda Externa en Honduras (Fosdeh), Ismael Zepeda, desestimó las expectativas de la autoridad monetaria, cambiaria y crediticia.
Reconoció que la reapertura de la economía tras los fenómenos naturales y la pandemia de la covid-19 ha sido positiva, pero no lo suficiente para hacer un pronóstico como el vertido y menos en un año de incertidumbre por las elecciones.
«Proyectar un ocho o nueve por ciento ante un contexto electoral complejo, ante la no recuperación de inversiones extranjeras directas y pérdida de empleo, está alejado de la realidad del pueblo”, expresó.
Además, puntualizó que un nueve por ciento de mejoría colocaría a Honduras cerca de la economía de países como Panamá.
