Guadalupe Ruelas: «Los niños y niñas son víctimas de la violencia, no victimarios»

EGO17 mayo, 2017

Como una contradicción cataloga Guadalupe Ruelas, director nacional de Casa Alianza, la propuesta del presidente de la República y actual candidato presidencial Juan Orlando Hernández, de reducir la edad punible para que los menores de edad puedan ser juzgados como adultos y ser encarcelados en prisiones con la población adulta. Según Ruelas, esto representa una batalla moral para los defensores de los Derechos Humanos, pero también abre el debate nacional ante dicha propuesta; víctimas o victimarios.

El crimen evoluciona y sus métodos también, el reclutamiento voluntario por admiración, sentido de pertenencia e identidad parece no ser suficiente para las estructuras organizadas del crimen, en parte esto ha degenerado en una cacería social de nuevos elementos que se ven forzados a “colaborar” con la mara, pandilla o cualquier otra organización que requiera de sus servicios bajo amenazas, u optar por el desplazamiento de su poblado para peregrinar “por ahí” hasta encontrar un lugar donde vivir -o sobrevivir- alejados de ese ambiente de hostilidad. Los más afectados en este caso son los menores que se ven obligados a entrar a ese mundo, por no tener una alternativa y pensando que tal vez por su condición de menores de edad la ley puede ser más flexible, pero esta propuesta del ejecutivo se presenta con una polémica porque no se ataca la raíz del problema, se ejecutan acciones en contra de problemas pero no del problema en si.

«¿porqué llevar niños a convivir con adultos criminales?», se pregunta el director nacional de Casa Alianza.

Se podría contar con dos posibles resultados de ser aprobada esta propuesta:

  1. Que los niños y niñas que sometan a esta propuesta y efectivamente sean encarcelados con la población común presidiaria sean más proclives a continuar con el patrón delictivo.
  2. Que sean víctimas de abusos de los presos lo que conllevaría a más problemas por la exposición de menores de edad a ambientes como los de una prisión.

En un país donde la violencia ha sobrepasado casi cualquier intento de devolver la paz, las propuestas deberían ser un poco más concretas. Contando también con el fondo de la tasa de seguridad que es un elemento económico que se ha vendido como la cura a la enfermedad de la violencia e inseguridad. Un asunto que no se debe de descuidar ni pasar por alto es qué tan efectivos son los sistemas de rehabilitación y su aplicabilidad, también la ingobernabilidad de los centros de detención de menores como Renaciendo.

Le puede interesar: Desplazamiento por “goteo”

Diario TiempoII
Guadalupe Ruelas, director nacional de Casa Alianza. Foto cortesía: diario Tiempohn

Entrevista con Guadalupe Ruelas:

Está en debate público reducir la edad punible para nuestros jóvenes, niños, adolescentes ¿Qué impacto tendrá esto en esa edad y al mismo tiempo en el comportamiento de los presidios que existen en el país?

Aparentemente la motivación de esta propuesta viene porque el presidente ha manifestado que hay delincuentes que reclutan niños para actos reñidos con la ley, lo que resulta un poco contradictorio es que la solución que propone es llevar niños a las cárceles donde van a tener contacto con adultos, algunos que ya han sido sentenciados por crímenes. Entonces, queriendo evitar que el crimen reclute niños ahora le lleva a los niños a los delincuentes y eso desde mi punto de vista tiene una contradicción. Sin embargo hay que decir que esta declaración tiene otras implicaciones; la primera es el reconocimiento por parte del gobierno de que los niveles de violencia son muy altos, que los niveles de delincuencia están incontrolables y eso es lo que la población siente contrario al discurso que se había venido manejando de que ahora podemos caminar en paz, que ahora todo está bien, que vamos por buen camino.

Ese discurso hoy se ve tirado a la basura por el propio presidente que dice que la situación de la delincuencia y la violencia en el país es grave, lo segundo que hay que decir es que ningún gobierno ha tenido tantos recursos económicos para luchar contra la delincuencia y prevenir la violencia como este gobierno, basta recordar los fondos de la tasa de seguridad que son más de ocho mil millones de lempiras.

Lo tercero es que el fracaso en materia de seguridad de parte del gobierno ha generado descontento en la población porque no se ha logrado reducir la violencia, la delincuencia y ese descontento puede tener consecuencias electorales. Frente a eso ahora están buscando un culpable.

Si usted compara la población adulta privada de libertad que son casi 17 mil personas se va a dar cuenta que los privados de libertad menores de 18 años son apenas unos quinientos, lo que representa es que si ese fuera el parámetro de medición apenas el 3% de los crímenes ya juzgados están imputados a menores de edad, entonces están buscando un chivo expiatorio con el afán de levantar perfil, una polémica social y política que permita a esta clase de descontentos decir: “ah bueno, miren este presidente está hablando de las tarjetas de crédito que nos tienen ahogados, está hablando de que va a llevar a la cárcel a esos jóvenes que vienen y nos extorsionan”.

Pero es un tema electoral en realidad, no es la seguridad de la población lo que -desde mi punto de vista- está motivando, el bienestar de la niñez, si ese fuera el caso, lo que escucharíamos es que se estarían creando mesas de discusión sobre la situación de la niñez. 3 millones de niños y niñas en edades comprendidas entre los 3 y 17 años no están yendo a la escuela. Una de cada cuatro adolescentes embarazadas en el país y muchas de ellas por abuso. Niños y niñas que se van del país huyendo de la violencia. Niños y niñas que están durmiendo en las calles. Niños y niñas que buscan comida en la basura porque nosotros la ponemos ahí.

Esa debería ser la agenda, cómo brindar educación, salud y oportunidades a la niñez hondureña para que entonces no sean víctimas fáciles del crimen, sin embargo por lo que se opta siempre es por una actitud represiva.

Creo que mal haríamos nosotros en seguir el juego, creo que este es un tema que jurídicamente es muy escabroso en el sentido de que Honduras tiene una serie de tratados internacionales facultativos firmados que le impiden hacerlo, lo segundo es que no tienen una medida que sea eficiente ¿porqué llevar niños a convivir con adultos criminales? lo que va a suceder ahora es que se van a convertir las cárceles en escuelas de crímenes para niños: lo tercero que hay que decir es que el gobierno ni siquiera ha podido administrar los centros de internamiento de menores donde hay menos de 600 niños ¿se imagina usted si le mete más niños? Lo poco que hay que decir es que es una medida ineficaz porque, aunque ha aumentado la población privada de libertad en los últimos dos años de manera ostensible, la violencia en las calles no se ha reducido, este gobierno viene de fracaso en fracaso, primero dijo que iba a llevar a los niños a los batallones los fines de semana para que se hagan al estilo militar, luego que iba a quitarles los celulares a los presidiarios porque de ahí venia el crimen y la cosa sigue igual, después que iba a endurecer las penas, la cosa sigue igual, luego que iba a calificar el delito de terrorismo y la cosa sigue igual, luego que iba a hacer cárceles y se sigue igual, ahora que va a cambiar la ley y la cosa va a seguir igual porque no estamos atacando el problema de raíz.

Eso es lo que llama la atención, cuando se aprobó la ley anti terrorista se hizo toda una campaña de hechos que han generado terror, hoy se señala a los niños como los culpables, estos están haciendo actos que antes no habían cometido como fugarse masivamente de los centros de rehabilitación.

Esa cosa no es más que publicidad, hay evasiones constantes que a veces el gobierno oculta para no quedar mal ante la opinión pública, pero cuando son útiles entonces las publica, pero lo que hay detrás de eso es la ausencia de una estrategia verdaderamente central en la rehabilitación, que es un proceso para transformar la forma de creer, sentir y pensar de una persona.

Estos son centros de internamiento, no de rehabilitación. En este momento se había hecho un esfuerzo desde la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social por mejorar los condiciones y creo que se mejoró en una pequeña parte con muy buena voluntad, pero quedan otras cosas todavía que hay que mejorar, necesitamos agendas de rehabilitación. Francamente me dan escalofríos pensar que este gobierno pueda utilizar a niños para luego publicitar o hacer crímenes atroces con tal de poder dar argumentos a su discurso, ojalá que esto no pase, ojalá seamos capaces como sociedad, como familia de analizar como madura esto y seamos capaces de impedir que tengamos gobiernos que en vez de ofrecerle escuela a los niños, le ofrecen cárcel.

¿Está señalando que el 40% de los crímenes en el país son cometidos por los menores?

Uno de los parámetros de análisis de esos datos tendría que ser contra la población que ya ha sido juzgada, en esa forma se puede decir que alguien cometió un delito cuando ya ha sido juzgado y haya sido encontrado culpable ¿cierto? En este momento hay casi 17 mil personas privadas de libertad mayores de 18 años, apenas unos 570 menores de edad, lo que representa un 3%, entonces la cifra dada por el poder ejecutivo contrasta mucho con lo expresado por las cifras reales pero estamos acostumbrados al manoseo de cifras.

Si usted analiza el sistema estadístico policial en línea, ahí la Secretaria de Seguridad le dice a usted que en todo Tegucigalpa en el 2016 solo hubo un asalto en autobús, de esa página es la información oficial del gobierno que dice que la violencia ha bajado, que solo le han robado a cuatro personas en toda la capital en todo el año 2016 entonces, claro el manejo de las cifras es también un manejo político.

¿Qué ha hecho el gobierno, entonces cuando le conviene las sube y cuando le conviene las baja?

Ante esta temática ya el gobierno mostró que aunque haya observación de Derechos Humanos de carácter internacional, las medidas no son las adecuadas para llevarlas a cabo y lo que es más grave es el hecho de que no hay institucionalidad. Se observa que en realidad no hay institucionalidad en el país cuando uno escucha a la Confraternidad Evangélica decir: “estoy de acuerdo en meter presos a los niños y perseguir a los niños” uno se da cuenta que ellos mismos han renunciado a su naturaleza, como se esperaría dentro de la lógica cristiana, que creyeran más en la redención y menos en la condenación, una iglesia que apuesta por la condena de las personas está contradiciendo sus principios, nos damos cuenta que no hay institucionalidad ni a nivel público ni a nivel privado.

Hondudiario
Juan Orlando Hernández. Foto Cortesía: Hondudiario

¿Contradice sus principios de que el ser humano puede, redimirse, rehabilitarse?

Claro que sí, es decir la declaración de la Confraternidad Evangélica es una negación a todos lo que sus postulados teológicos establece, todo un circulo para convencer a la población de que la medida que se va a tomar es la correcta. Más que un círculo es un circo. Se ha montado un show para decir que estamos preocupados por la población, si hubiera realmente preocupación ¿por qué no proteger a los niños en vez de que sean capturados por el crimen? ¿por qué una familia no puede siempre ir a denunciar cuando un criminal ha amenazado a sus hijos? Porque tiene temor. No hay espacio todavía de recuperar esa credibilidad de parte del Estado.

Se necesitan acciones no comisiones, como se está trabajando en decir que se necesita una estrategia de seguridad que en primer lugar equilibre la persecución del delito con la prevención, en este momento hay un desequilibrio en esos dos factores a nivel de inversión pero además hay que introducir estrategias de seguridad, factores de rehabilitación de la violencia, estamos acostumbrados a hablar de comunidades violentas, no hay que hablar de comunidades que sufren por la violencia y que como sufren la violencia también la reproducen.

Entonces necesitamos hacer ejercicios de rehabilitación y también procesos de auto control de la persona y el territorio, eso se da a través de la participación de todos y todas, más en los barrios y comunidades afectadas. Estrategias de cómo movilizarse, ir al trabajo, venir, llevar los niños a la escuela pero también como contactarse con la autoridad para tener una relación más simbiótica.

Los niños están siendo asesinados ¿ahora se les va a llevar a las cárceles como parte del proceso de adaptación de un menor y un adulto?

Lo primero que se menciona efectivamente, según el observatorio de la violencia ha dicho es que el 55% de las personas asesinadas son niños, niñas y adolescentes, son las principales víctimas de la violencia, no sus ejecutores y lo segundo es que en Honduras en consonancia con la legislación interna hay un sistema para juzgar a los niños que cometen una infracción, que cometen un acto reñido con la ley que va por edades, tipo de delito y tipo de pena de tal manera que una persona puede pasar hasta 23 años cumpliendo una pena privado de su libertad, en el caso de los adultos los criterios de juzgamiento son distintos, lo que este gobierno pretende es aplicar los mismos criterios de juzgar un adulto y a los niños.

 ¿A dónde nos quieren llevar?

Yo creo que en este momento nos quieren llevar a discutir entre nosotros para lograr sacar de ahí más votos conservadores para el partido de gobierno. Ante el fracaso de su política de seguridad hay que buscar otro escenario. Nadie puede negar que en materia de seguridad hemos venido en picada, en las últimas administraciones la violencia y la delincuencia imperan en el país. Lo que tenemos que empezar como sociedad, gobierno y familia es tratar a los niños como niños y niñas, lo que necesitan es cariño, diálogo, escucha y comprensión, pero también escuela, salud, protección y oportunidades de desarrollo. Si nosotros hacemos esas cosas no estaríamos hoy hablando de cuantos niños van a la cárcel si no de cuantos van a la escuela. Las organizaciones que trabajamos en materia de derechos humanos protegemos a las personas y las vemos como sujetos de derecho, estamos llamados a tener un trabajo coherente y es en ese sentido que estamos llamados a entender que si un joven, un niño ha cometido una infracción entonces hay un Estado que puede imponerle una medida y puede incluir la privación de la libertad. Lo que decimos no es que se les deje por ahí, lo que decimos es que se les respete, pero que también así como se le priva la libertad a esos jóvenes deben tener un proceso de rehabilitación no como un favor como una oportunidad para la sociedad porque un joven no rehabilitado sigue siendo una amenaza para todos.

Acerca de El Pulso

Propósito: Somos un equipo de investigación periodística, que nace por la necesidad de generar un espacio que impulse la opinión sobre los temas torales de la política, economía y la cultura hondureña. Estamos comprometidos con el derecho que la gente tiene de estar verdaderamente informada.

Derechos Reservados 2019-2021