UTOPÍA/PATRIA

EGO5 septiembre, 2018

Por Óscar Esquivel

«Lugar que no existe» es el significado de la palabra utopía, inventada por Tomás Moro (1478-1535), quien, cautivado por la descripción del nuevo mundo –América–, recién descubierto por Europa, idealizó que otras formas de organización y de convivencia humana eran posibles. He ahí su libro: utopía.

Patria, según la Real Academia Española, es el lugar de nacimiento o adoptivo de un individuo unido por vínculos afectivos, jurídicos e históricos. Para José Martí es humanidad. El intelectual brasileño Frei Breto describe patria como “la capacidad de una nación de integrarse con otras, en la cual la humanidad constituye una sola familia, sin discriminación y prejuicios étnicos, sociales o religiosos. Patria es una
humanidad solidaria, justa, libre y pacífica.»

Este 15 de septiembre se conmemoran 197 años de emancipación política de España. Es un ocasión propicia para reflexionar sobre los bienes comunes: territorio, agua, minerales, aire, fronteras; cuestionarnos sobre si existe o no independencia, si ésta es la patria de nuestros ancestros, si es la que nos merecemos, si es la que queremos heredar a las próximas generaciones. Es preciso reflexionar al respecto de si el amor a la patria es vestir a nuestros niños con trajes policiales o militares, entonar el himno durante el mes de septiembre a las 12 del mediodía y ser espectadores de otra demostración bélica por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el Estadio Nacional Tiburcio Carías Andino.

La conmemoración es propicia para cuestionarnos qué papel ocupamos en el concierto de las naciones del mundo, si estamos conscientes de nuestra identidad y si nos enorgullecemos de ella. Es momento idóneo para preguntarnos qué hace la clase gobernante con nuestros impuestos, qué hacen con los préstamos o donaciones de países solidarios. Una vez habiéndonos hecho estas interrogantes, es tiempo de exigir respuestas y denunciar. Por ejemplo, ¿cuántas escuelas se podrían haber construido con el proyecto del TRANS 450? ¿Cuántas escuelas podrían erigirse con menos puentes? ¿Cuántos hospitales podrían ser abastecidos con medicamentos si se redujera el gasto en defensa y seguridad? ¿Cuánto se generaría de empleo y reducción de la violencia bajando el sueldo a altos funcionarios? ¿Cuánto territorio hay disponible para cultivo y por qué importamos el 60 % de los alimentos que consume nuestro país?

El estudio e imitación de vida de los grandes hombres y mujeres que han luchado por una Honduras grande y respetada debe ser permanente. José Martí nos sigue ilustrando sobre lo que es la Patria: “La Patria necesita sacrificios. Es ara y no pedestal, se le sirve, no se le toma para servirse de ella “. Honduras una patria pequeña y no por eso menos amada por las mayorías, empobrecida y no por falta de esfuerzos que hacen día a día sus buenos hijos. La utopía, según Eduardo Galeano, nos sirve para avanzar: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Entonces, ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

La Honduras grande y respetable hoy suena a utopía, pero ya está demostrado que es posible su construcción. Sin embargo, se requiere del esfuerzo de todas y todos, y parafraseando a una de nuestras
heroínas nacionales, la defensora de los territorios ancestrales, Berta Cáceres, ya va siendo hora que despertemos hondureñas y hondureños.

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