SEGUN EL EZLN, AMLO ES MÁS DE LO MISMO

EGO10 julio, 2018

Podrán cambiar de capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) señaló que con la llegada a la presidencia del abanderado de Morena, Andrés Manuel López Obrador, la situación del país no cambiará e incluso habrá desilusión.

“Podrán cambiar de capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo (…) al menos la ilusión actual alivia esa historia de fracasos a la que luego se sumará la desilusión prevista, detalló el comunicado firmado por los Subcomandantes Galeano (antes conocido como Marcos) y Moisés.

En el texto no menciona el nombre del ganador de la elección presidencial, pero compara la llegada del nuevo gobierno con un partido de futbol.

“La gran final tan esperada y temida concluyó y el equipo vencedor recibe, con falsa modestia, los clamores de los espectadores”, dijo.

“¿Cuántas veces ha escuchado usted eso? Muchas, ¿vale la pena contarlas? Las derrotas reiteradas, la promesa que a la que sigue sí, que el árbitro, que el campo, que el clima, que la luz, que la alineación, que la estrategia y la táctica, que etcétera”, añadió.

En el comunicado titulado “Píntale caracolitos a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros”, comentó que por estar atentos a la victoria avasallante no se atienda a las víctimas de la violencia.

“Pero no es tiempo de amarguras, sino de fiesta, de brindis, del f-i-n-d-e-l-a-h-i-s-t-o-r-i-a mi buen, del comienzo de un nuevo campeonato”, añadió.

El EZLN señaló que no se suma al movimiento de López Obrador.

“No, nosotras, nosotros, zapatistas, NO nos sumamos a la campaña (…) por el bien de todos, primero los huesos”, haciendo una referencia a uno de los lemas del tabasqueño:  “Por el bien de todos, primero los pobres”.

El movimiento zapatista informó también que del 2 al 5 de agosto se realizará el Encuentro de redes de apoyo al Concejo Indígena de Gobierno para evaluar el futuro del Concejo Indígena de Gobierno, evento en el que participará María de Jesús Patricio Martínez, quien intentó contender por la Presidencia de la República.

“La relación entre el zapatismo y las distintas izquierdas (mexicanas y extranjeras, partidistas y no partidistas) es compleja y difícil de resumir. Lo que es cierto es que, por lo menos desde el 2005, el EZLN ha planteado que Obrador no significa un cambio real: que no es una izquierda, sino una derecha moderada”, explica el escritor Luciano Concheiro, buen conocedor del mundo zapatista.

Tres meses antes de las elecciones, Obrador intentó su último acercamiento durante un mitin en San Cristóbal de las Casas: “Al EZLN le extiendo mi mano franca en señal de respeto y reconciliación”, clamó aquel día desde el templete sabiendo que entre la gente le estaban escuchando los destinatarios del mensaje. Sin embargo, les reprochó que trataran de dividir el voto de la izquierda al presentar una candidata indígena. “El EZLN en 2006 era el huevo de la serpiente (…) muy radicales ellos, que llamaban a no votar, y ahora postularán candidata independiente”, protestó.

Pocos días antes de la votación, en su poderoso acto de cierre de campaña en el estadio Azteca ante más de 100.000 personas, Obrador citó dos veces a los pueblos indígenas y la noche de la victoria lo hizo otra vez más. “Es entendible cierta desconfianza hacia los partidos y hacia el gobierno. A los pueblos indígenas les han tocado los episodios más duros del modelo neoliberal privándoles de sus recursos naturales y de sus formas de representación”, señala Adelfo Regino, el hombre propuesto por López Obrador como comisionado para los pueblos indígenas.

Según Regino “los zapatistas quieren hechos claros y no palabras” y se ha fijado tres objetivos si es ratificado en el cargo: “el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés que pusieron fin al alzamiento zapatista, la inclusión de las recomendaciones de Naciones Unidas sobre autonomía indígena y los cambios legales que permitan su soberanía sobre los recursos naturales”, revela en una entrevista para EL PAÍS.

Sin embargo, según Concheiro, “para el EZLN, López Obrador no es un aliado porque, desde su óptica, representa una continuidad del sistema capitalista y no una ruptura con éste. Creen que, más allá de que haya un recambio de las élites políticas, sólo habrá un cambio profundo si hay una transformación de las formas de vida y el modo de producción. Y que, también hay que decirlo, ese cambio no necesariamente sucederá desde arriba”, aclara el escritor.

En los últimos meses la relación entre Obrador y Marcos, que desconcierta a una buena parte de la izquierda, ha estado llena de guiños no respondidos.

“Lo que está viviendo una luna de miel con Obrador es el sistema de partidos, pero el país no está preparado para la inclusión de los pueblos indígenas y, por tanto, se está tomando con cautela su victoria”, matiza Mardonio Carballo, poeta, escritor y periodista náhuatl. “Todo en México está estructurado para que aquellos que pertenecen a las comunidades autóctonas no tengan participación en la vida nacional y en la toma de decisiones”, añade.

Sin embargo, para Carballo los indígenas de México, cerca del 20% de la población, es cuerpo diverso con distintas formas de encarar la llegada de Obrador. “En México hay 68 lenguas indígenas y por tanto hay 68 formas distintas de decir amor y 68 formas de ser rebelde, por lo tanto los reclamos y los logros son distintos entre unos y otros”, matiza.

Fuentes: Animal Político / El País

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