SE ACERCA TRASLADO DE EMBAJADA DE HONDURAS A JERUSALÉN

ALG25 abril, 2018

El ministro de Turismo de Israel, Yariv Levin, se reunió el martes con el presidente Juan Orlando Hernández. Durante la reunión, Levin enfatizó a Hernández la importancia de trasladar la Embajada de Honduras a Jerusalén y dijo que Israel no permitirá que otros países definan su capital.

Levin también le dijo al presidente Hernández que está convencido de que otros países trasladarán sus embajadas a Jerusalén pronto, y que tiene la esperanza de que Honduras no tarde demasiado en mudar su embajada.

En ese sentido y respondiendo a la manifestación de interés hecha por el ejecutivo el año pasado, a inicios de este mes el Congreso Nacional de Honduras aprobó  una moción para autorizar el traslado de su embajada en la ciudad israelí de Tel Aviv, a la ciudad de Jerusalén, siguiendo los paso del Gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) y Guatemala, quienes anunciaron el traslado en diciembre de 2017.

La aprobación emitida por el Congreso daría inicio a los protocolos legales para formalizar el traslado, pero no determina el cambio inmediato.  La decisión final la tomará el Poder Ejecutivo de Honduras.

En diciembre el Gobierno de Honduras manifestó que avanzaría en los trámites para cambiar su sede diplomática a Jerusalén, siguiendo los pasos del presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo de Guatemala Jimmy Morales.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y más de 128 naciones del mundo condenaron la decisión impulsada por Trump, durante una Asamblea General en diciembre de 2017.

Casa nación, tiene sus razones particulares para mover su embajada, pero quien más gana es Israel.

El cambio de la embajada implicaría el reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel, pese a la disputa del territorio entre ese país y Palestina que ha generado el conflicto histórico en Medio Oriente.

Si Estados Unidos traslada su embajada a Jerusalén, significaría que Washington reconoce efectivamente a Jerusalén como la capital de Israel. Eso implicaría revocar 70  años de consenso internacional, y, para muchos, sería una señal definitiva del fin de los movimientos para lograr la paz entre israelíes y palestinos.

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Un poco de historia…

El plan de partición de la ONU elaborado en 1947, establece a Jerusalén como una separada «ciudad internacional». Pero la guerra que siguió a la declaración de independencia de Israel, un año después, dejó a la ciudad dividida. Cuando la lucha terminó en 1949, la frontera del armisticio, a menudo llamada Línea Verde -ya que fue dibujada en tinta verde-, dejó a Israel con el control de la mitad occidental, y a Jordania con el control de la mitad oriental, que incluía la famosa ciudad vieja.

Durante la Guerra de los Seis Días, de 1967, Israel ocupó el este de Jerusalén. Desde entonces, toda la ciudad ha estado bajo la autoridad de Israel. Pero los palestinos, y muchos en la comunidad internacional, siguen viendo a Jerusalén Este como capital de un futuro estado palestino.

En julio de 1980, Israel aprobó una ley que declaraba a Jerusalén la capital unida de Israel. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas respondió con una resolución de condena a la anexión de Jerusalén oriental por parte de Israel y la declaró una violación del derecho internacional.

Entonces la mayoría de los países del mundo trasladaron sus embajadas fuera de la ciudad de Jerusalén.

En 2006, Costa Rica y El Salvador fueron los últimos países en mover sus embajadas de Jerusalén a Tel Aviv, uniéndose así al resto del mundo.

11 años antes, en 1995, el Congreso estadounidense aprobó una ley que obliga a Estados Unidos a mover su embajada de Tel Aviv a Jerusalén. Los defensores dijeron que EE.UU. debe respetar la elección, por parte de Israel, de Jerusalén como su capital, y reconocerla como tal.

Pero como el tema es complejo, todos los presidentes de Estados Unidos desde 1995, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama, se han negado a trasladar la embajada, citando intereses de seguridad nacional. Cada seis meses, el presidente ha utilizado la exención presidencial para eludir el movimiento. En mayo de este año toca tomar una decisión y el gobierno de Trump ha anunciado que moverá la embajada el 14 de ese mes.

El gobierno israelí ha alabado la promesa del presidente de Trump de seguir adelante con el traslado de la embajada. El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, ha sido quizás el mayor defensor. Los líderes palestinos sin embargo, insisten en que un traslado de la embajada a Jerusalén sería una violación del derecho internacional, y un enorme revés para las esperanzas de paz.

La Organización para la Liberación de Palestina ha sugerido que consideraría la revocación de su reconocimiento de Israel, y la cancelación de todos los acuerdos entre israelíes y palestinos si el movimiento tiene lugar. De manera más inmediata, existe el temor de que podría desencadenar una ola de disturbios, protestas callejeras y violencia en los territorios palestinos y en todo el mundo árabe.

En 2011, el presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, que en aquel entonces estaba buscando el respaldo de Venezuela y los países del Mercosur en el reconocimiento internacional, dio declaraciones  en las que defendía el derecho de Palestina de constituirse en un estado con identidad propia.

«En lo particular, para mí es justo y legítimo que el pueblo palestino tenga su territorio y su identidad como Estado, es algo que es correcto, así como Israel lo tuvo en su momento, también es justo que los palestinos lo tengan», expresó Lobo.

Sus declaraciones generaron fricciones diplomáticas con Israel.

El embajador israelí en Honduras, Eliahu López, dijo que el apoyo de Honduras a la creación de un Estado palestino, expresado por el presidente Porfirio Lobo, «es una puñalada al corazón de Israel».

«Nos ataca en nuestro corazón, es un obstáculo en las relaciones bilaterales. Esto no se hace a un país amigo», dijo López al noticiario TN5 de la televisión hondureña, en una comunicación por teléfono.

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Pero las fisuras se allanaron en 2015, cuando el presidente Juan Orlando Hernández, un exbecario del centro de cooperación internacional israelí MFAIC, hizo una visita oficial de tres días a Israel, en donde se reunió con el primer ministro Benjamin Netanyahu y personalidades del mundo político y empresarial del estado Judío.

En aquella ocasión, el presidente Hernandez informó a la prensa del interés de Israel en apoyar la producción agrícola en Honduras, así como el fortalecimiento de la cooperación en materia de seguridad.

En octubre del año pasado, el embajador de Israel en Guatemala Concurrente para Honduras, Mattanya Cohen, expresó luego de una visita hecha al Secretario de Defensa Nacional por Ley, General ® Fredy Santiago Díaz Zelaya, expresó que “Israel y Honduras tienen relaciones de cooperación y amistad desde hace decenas de años, el Presidente de la República es un ex becario de nuestro país, estamos muy orgullosos de las relaciones de defensa y han aumentado mucho en los últimos años.”

“Desde la visita del presidente a Israel se han formado acuerdos entre los dos gobiernos para fortalecer el Ejército, la fuerza Aérea y Naval de Honduras”, dijo Cohen al finalizar su visita.

El 08 de diciembre de 2016 se firmó un convenio entre ambas naciones que tiene como objetivo asegurar que las Fuerzas Armadas dispongan de los recursos necesarios para cumplir su función constitucional de proteger la soberanía nacional, convenio suscrito por el Ministerio de Defensa del Estado de Israel y Honduras.

Como testigos de honor durante la firma del convenio de cooperación bilateral estuvo el Presidente de la República Juan Orlando Hernández y el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.

Desde entonces, ha sido constante el suministro de armamento y tecnología en materia de seguridad que llega desde Israel.

Se espera que en las próximas semanas el poder ejecutivo anuncie el traslado de la Embajada de Honduras a la ciudad de Jerusalén, un paso que ya se ve inevitable.

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