UNA MIRADA SOBRE LA SALUD MENTAL EN HONDURAS

EGO22 abril, 2019

Por Edgardo Mancía, Carmen Mejía, Ericka Dubón y Carlos Vallejo. Ilustraciones: Daniel Valladares. 

Carolina, una joven de 22 años edad, cayó en depresión por causa de una ruptura amorosa. A raíz de ello, Carolina intentó suicidarse más de tres veces. «No quería hacer nada, no le encontraba sentido a la vida. Sentía que no valía nada, que no era nadie; pensaba que sería mejor matarme para sentirme bien, quería encontrar la solución con suicidarme». La joven explica que no dejaba de pensar en el problema que tenía con su ex pareja y se cuestionaba el por qué la relación terminó. «El simple hecho de (pensar en) por qué se alejó de mí, (el) haber terminado la relación con ese chavo fue lo que me llevó a sufrir depresión. Dicen que no me enamoré, sino que fue más una obsesión». 

Carolina ocultaba su situación evitando estar en su casa e involucrándose en otro tipo de actividades, pero no fue suficiente. «La depresión me llevó a la decisión de tomar pastillas. En una ocasión me intenté ahorcar.» En medio de la crisis, la joven buscó diversas alternativas para poder salir de la depresión. «En ese tiempo empecé a ir a la iglesia y lo primero que pensaba era en que si me suicidaba estaría en contra de Dios.» Afortunadamente, el relato de Carolina cambió para su bien. «Volví a tener comunicación con esa persona y al tenerla otra vez me di cuenta que ya lo había superado, que esa persona no me hacía sentir mal. Encontrarnos otra vez fue mi confirmación de que ya lo había superado», finalizó Carolina.            

Desde el año 2008 a junio del 2018, en Honduras se han registrado más de 3,481 suicidios. La incidencia es mayor en hombres, quienes representan aproximadamente el 70% de los casos. La tendencia de edad oscila entre los 20 a 30 años, según el Observatorio Nacional de la Violencia (ONV).

Francisco Morazán, Cortés, Copán y Comayagua son los departamentos que registran los índices más altos de suicidios. Infografía: Carlos Vallejo

La especialista en psicología, Blanca Mayorga, explica que el suicidio es un fenómeno de la conducta y puede ser universal. «El suicidio corresponde a una sintomatología depresiva. Es decir, el intento de morirse y  hacerse daño pertenece a la categoría de un síndrome grande que se llama depresión.»

Desde el punto vista criminológico, el abogado y criminalista Gonzalo Sánchez comenta sobre diversos casos a los que dio cobertura durante sus años activos en la policía. « En una investigación criminal es importante establecer o buscar esas fases. Si la persona ya se suicidó, entonces es necesario buscar esas fases previas al suicidio. Muchas veces un suicidio puede aparentar un homicidio y un homicidio puede aparentar que fue un suicidio, para efectos de cobrar un seguro de vida. (A veces) la familia no quiere que se dé a conocer que el familiar es suicida, y que debieron darle el apoyo y no se le brindó.»

Ilustración: Daniel Valladares Bustamante.

Diferencias entre los hombres y las mujeres

Sánchez explica que existen diferencias en los métodos de suicidio entre hombres y mujeres. Pese a que las fases previas al suicidio son iguales, lo que cambia es la forma. «Normalmente los hombres utilizan armas de fuego, pastillas para curar frijoles o se cuelgan. Rara vez se cortan las venas.»

En el caso de las mujeres, el especialista explica que por lo general el día que una mujer decide quitarse la vida utiliza su mejor ropa y perfume. Los métodos que requieren para quitarse la vida son menos brutales que los que utilizan los hombres. Según Sánchez, las mujeres procuran realizarse el menor daño físico posible. «Ellas piensan en cuando las encuentren muertas. Quieren que las encuentren bonitas.»

Según los datos brindados por el ONV, la mayoría de los suicidios son cometidos por hombres. Esta situación no es exclusiva a Honduras. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los hombres superan a las mujeres en cifras en cuanto al suicidio.

Para la psicóloga Blanca Mayorga existen dos elementos que contribuyen a una mayor incidencia de suicidios en hombres que en mujeres: por un lado, considera que las mujeres son más temerosas en algunos temas, incluyendo las creencias religiosas, mientras que por otro lado apunta que las mujeres tienen mayor posibilidad de expresión emocional que los hombres.  «Yo puedo llorar y gritar desesperadamente y decir que no me siento bien, que estoy triste, que estoy deprimida, que me quiero morir. Es más fácil que una mujer desahogue sus emociones en esa magnitud a que lo haga un hombre. (Para) un hombre es bien difícil que verbalice todas esas emociones internas que lo pueden tener excesivamente deprimido. La salida es no existir, no estar más. El manejo de las emociones es distinto en un hombre que en una mujer», finalizó Mayorga.

Ilustración: Daniel Valladares Bustamante

La responsabilidad del Estado hondureño

En Honduras existen solamente tres hospitales psiquiátricos: el Hospital Santa Rosita y el Hospital Mario Mendoza, que se encuentran en el Distrito Central, y el hospital San Juan de Dios, un pequeño centro ubicado en San Pedro Sula.

Según el informe «Sistema de Salud Mental en Honduras», durante el año 2006 la Secretaría de Salud invirtió solamente 1.75% de un presupuesto de 5 mil millones de lempiras en los dos hospitales psiquiátricos. En 2019, el presupuesto actual de la Secretaría de Salud es de 14 mil millones de lempiras, y cada hospital psiquiátrico tiene una asignación de aproximadamente 130 millones de lempiras que equivale a un porcentaje estimado de 1.76% del presupuesto total.  A pesar que en los últimos 12 años el presupuesto de la Secretaría de Salud se duplicó, la inversión en el sistema de salud mental sigue siendo muy baja.

Una funcionaria del Hospital Mario Mendoza, que por razones de seguridad pidió no ser nombrada, explica que en el hospital se encuentran internos de 80 a 120 personas, aunque el centro hospitalario solo tiene capacidad para 30 pacientes por sala. «Somos un hospital de referencia y atendemos entre 450 a 500 pacientes diarios. Tenemos dos áreas: la de psiquiatría, que remite a la de psicología, y a los pacientes del hospital a neurología. Lo que se ve más es psiquiatría.» La funcionaria explica que la carencia de medicamentos es uno de los problemas principales del Hospital Mario Mendoza. «No hacen un buen manejo al hacer un estándar de los productos, ya que los medicamentos básicos, antiepilépticos y antipsicóticos son los que más hacen falta»

Resalta que no todos los pacientes que llegan al hospital requieren antidepresivos. «Existe un estándar de medicamentos que siempre estamos solicitando y se realizan compras de emergencia. No creo que eso sea correcto porque ya sabemos cuántos pacientes vienen a diario por esos medicamentos. Hay que hacer un cálculo, pero eso no lo manejan porque son personas con puestos políticos y no por capacidades.»

Ésta es la distribución actual del personal permanente que labora en el Hospital Psiquiátrico Mario Mendoza. Infografía: Carlos Vallejo

Otro de los problemas que denuncia la funcionaria es la distribución de los medicamentos a los pacientes. Explica que antes a los pacientes se les asignaba cita cada tres meses y se les proporcionaban todos los medicamentos que utilizarían durante ese período de tiempo. Sin embargo, en la actualidad solo se les está asignando medicamentos para un mes a cada paciente. Subraya que eso representa un problema para las personas de escasos recursos que vienen del interior del país, puesto que no tienen la capacidad de viajar a la capital cada mes.

La funcionaria comenta que la población general no cree que la depresión sea capaz de llevar a una persona al suicidio. Señala también que en Honduras no existe la prevención en salud mental, solo existe la parte curativa, y sostiene que la Secretaría de Salud debe trabajar en campañas sobre la prevención.

Acerca de El Pulso

Propósito: Somos un equipo de investigación periodística, que nace por la necesidad de generar un espacio que impulse la opinión sobre los temas torales de la política, economía y la cultura hondureña. Estamos comprometidos con el derecho que la gente tiene de estar verdaderamente informada.

Derechos Reservados 2019-2021