POLÍTICA EXTERIOR DE HONDURAS DICTADA DESDE ESTADOS UNIDOS

EGO19 febrero, 2019

Por Óscar Esquivel

En un mundo globalizado es muy normal que los países estén interrelacionados y sean interdependientes. Es muy normal que sellen alianzas en la búsqueda del bienestar de sus ciudadanos países que comparten herencias ancestrales, una lengua, creencias y costumbres, intereses en común. Sin embargo, ¿qué pasa cuando un país es el que gana y el otro pierde, cuando el uno manda y el otro obedece? En ese caso no hay alianza sino sumisión. No existe presidente representando los intereses de ese país sometido, sino un mandadero, lacayo o capataz como dicen los zapatistas.

Honduras nunca ha sido un país independiente; ha sido soberano, después de la emancipación política de España. A lo largo de este período, próximo a cumplir el bicentenario, han existido hombres y mujeres que han liderado enormes batallas desde diferentes espacios. Hombres y mujeres que han ofrendado su libertad, han sido desterrados y asesinados por el bienestar de sus connacionales y en la búsqueda de que Honduras forme parte del concierto de países desarrollados, donde la mayoría de sus habitantes vivan plenamente. Así como han existido personas dignas de imitar, han existido sombras humanas, seres oprobiosos a su especie. Han ocurrido períodos de relativa paz y también de guerra. Luchas internas y también peleas externas infructuosas, en las que, de acuerdo a los intereses del país, no tendríamos nada qué hacer, como la declaratoria de guerra del dictador Tiburcio Carías Andino a Alemania en 1941.

Juan Orlando Hernández, siguiendo órdenes de Estados Unidos, trasladará la embajada de Honduras en Israel hacia Jerusalén siendo este territorio Palestino, y con esta acción involucrará a los hondureños en un conflicto de larga data en el Medio Oriente que no compete a los hondureños debido a la falta de intereses en esa región, a diferencia de Estados Unido, que sí los tiene. Gobiernos satélites como el de Honduras y Guatemala se aventuran contra el resto de países aglutinados en la ONU en una guerra entre israelíes y palestinos. Siguiendo con el manual de sometimiento redactado desde Washington, el capataz de Honduras se alinea junto a otros países latinoamericanos contra otro país hermano: Venezuela. Esta acción vulgar –conspirar contra un país hermano– llena de vergüenza a los hondureños al ubicarnos del lado del opresor, del saqueador.

Cinco días le dio el régimen hondureño al embajador de Venezuela, Filinto Durán, para que abandonara el país. Esta acción oprobiosa se culminó hace un par de días. Son días difíciles en los que algunos capataces de América Latina insisten en desconocer lo que significa libertad y soberanía. México y Uruguay lideran en América Latina, junto al resto de países del mundo –EEUU no es todo el mundo– el respeto a la autodeterminación de Venezuela, su derecho a resolver sus asuntos internos y la no intervención extranjera. Mientras Venezuela resiste, muchos hondureños siguen formando caravanas al haber sido expulsados de su tierra por la pobreza e inseguridad, hacia un muro construido por el supuesto “aliado” del norte. ¡Parece ser que los problemas internos que tiene Honduras son muy pocos y hay que ir a buscarlos más allá, en el Medio Oriente, por ejemplo!

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