«POBRE HOMBRE, NO SE HA DADO CUENTA QUE DIOS HA MUERTO», ASÍ HABLÓ ZARATRUSTRA DE FREDERICK NIETZSCHE

EGO27 julio, 2018

“Pobre hombre, no se ha dado cuenta de que Dios ha muerto.”  Así Hablo Zaratrustra, Frederick  Nietzsche.

 

Por: Alex Palencia.

Desde el principio de la historia de la humanidad o sea desde que la historia se empezó a escribir como tal, el pensamiento mágico religioso ocupó un puesto predominante en la vida de los seres humanos. Muchos pensadores han dedicado gran parte de su obra a dar explicación a este fenómeno puramente humano; sabemos por ellos del gran número de religiones y dioses que han proliferado a través del tiempo y diferentes culturas, ellas aparecieron desde que el ser humano se empezó a preguntar, qué fuerzas físicas movían su entorno, lejos de conocer el misterioso mundo físico en el cual se encontraba, comenzó a elucubrar sobre los diferentes fenómenos físicos que lo afectaban. ¿Porque llueve?, ¿y ese estruendo de dónde sale?, ¿qué hay después de la muerte?, ¿de dónde viene el origen de la vida?, ¿cuál es el sentido de existir?

Un ser en constante evolución tendría forzosamente que reaccionar con curiosidad ante lo que veía ante sus inexpertos ojos. El tiempo pasó y fue descubriendo respuestas y creando otras de acuerdo a su visión y  conveniencia. Hasta encontrar una forma efectiva de controlar a otros en favor de sus propios intereses, sean de grupo o personales. Y así el hombre creó la religión, basada en su idea de Dios o un creador de todo lo que existe (religión el cúmulo de creencias, sin demostración científica, basadas en la fe).

La religión, en este caso, que es lo mismo que decir, idea de Dios; se convirtió en la gran conspiración contra el más fundamental principio del ser humano “la libertad”. Fue a través de la idea de Dios que culturas enteras fueron sometidas por otras, y aunque no siempre fue así, en occidente sucedió como bien lo dice el filósofo alemán Frederick Nietzsche, desde que “los judíos se dieron cuenta pronto que vender falsas esperanzas ultraterrenas era un gran negocio, y que la idea de Dios era poderosa y con ella se abalanzaron sobre la humanidad agarrándola del pescuezo.”

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Cualquiera que ha leído un poco de historia de la humanidad se daría cuenta fácilmente de que Nietzsche tenía razón.

El cristianismo, parte de la cosmovisión Judéica, de un ser creador y todo poderoso, que todo controla y que fuera de él nada existe. Pero esa idea no es propia de los judíos, en realidad toda la cosmovisión judeocristiana es una vil copia de religiones que aparecieron cientos de años antes que los judíos se dieran cuenta que existía un mundo más allá de sus narices,  (Hinduismo, Zoroastrismo, Mitraismo, Budismo y otras), de todas ellas el cristianismo tomó algo, así construyeron una concepción de la vida del Universo y sus involucrados, basada en concepciones mágico religiosa, sobre la idea de otras culturas, negando su propia historia, para construir una escala de valores éticos y morales, alejados de la realidad de su pasado de pueblo esclavo e ignorante.

Así  crearon una teoría de la vida y el universo, hecha en siete días y siete noches y donde toda la humanidad surge de una pareja de seres (Adán y Eva). Después explicaran con argumentos tirados de los pelos de donde salieron tantas razas en el planeta tierra con genotipos tan diferentes, cuando todos deberíamos por lo menos parecernos en un 99% por ser descendientes de un solo árbol genealógico.

Al dejar de ser esclavos los judíos se lazan como bien lo dice Nietzsche, en contra de la humanidad y a fuerza de espada y garrote someten a otras culturas más débiles, solo para posesionarse de todos los recursos de los vencidos, además de su fuerza de trabajo, pues someten a los perdedores  a la barbarie mas cruel, la esclavitud.

Fue exactamente lo que sucedió en nuestra tierra a la llegada de los españoles cristianos, destruyeron toda una cultura para imponer, a punta de lanza otra forma de percibir la vida, basada en la idea de un Dios autoritario y decadente como lo explica Nietzsche “la religión cristiana, propone valores exclusivamente decadentes, propios de un rebaño, aptos solo para esclavos: humildad, mansedumbre, obediencia, sacrificio. Valores todos ellos contrarios a los impulsos vitales más elementales. Así pues, valiéndose de conceptos como el pecado, culpa o arrepentimiento, ataca una y otra vez a la vida”.

“La religión inventó a su voluntad la vida más allá de la muerte, el juicio final o la resurrección, de tal forma al bienaventurado se le pudiera premiar su mansedumbre en una vida que nada tuviera que ver con la real. De este modo, la Iglesia erigió una enorme estructura con el único fin de reducir a sus miembros al estrecho ámbito del rebaño, para lo cual generó en ellos miedo y temor”.

Así los indígenas que vivían en estas tierras fueron avasallados por una religión enemiga de la libertad y la vida, y los mestizos que nacimos después producto de esa colonización, aun hoy día pagamos las consecuencias de tan funesto evento, donde la ignorancia, la superstición, la pobreza, el hambre, la enfermedad, la disidía, el engaño, la esclavitud de varias maneras, y todos los males habidos y por haber se ajuntan en imperfecta armonía para conspirar contra la vida.

Aquí sembraron santos y virgencitas para luego ser encontradas y en su nombre levantar iglesias, en vez de escuelas y hospitales; aquí aún hay un pueblo dormido con el opio de la religión, que cree que existe un ser que los vigila y los recompensa por sus comportamientos, aquí las mentes colonizadas por la fe judeocristiana aun no identifican cuál es el origen de todos sus males, no pueden percibir siquiera la gran conspiración religiosa contra la humanidad, contra la vida y la libertad.

Conceptos que no pasan por la idea a de un Dios ambivalente  y autoritario, pues el dios cristiano es orgulloso, celoso, mezquino, injusto, controlador, implacable, vengativo, sediento de sangre, racista, misógino, homófono, infanticida, genocida, megalómano, sadomasoquista, malévolo, matón… en fin, es el reflejo de una mente desquiciada, propia de quienes quieren controlar a otros a través del miedo, la recompensa, la esperanza, la fe, la muerte, el terror, la compensación, la coacción y todo lo que sirve para manipular al otro para volverlo esclavo de sí mismo.

“Frente a una vida plena, la religión ha promulgado una vida débil y una moral mansa, las propias de los esclavos, en las que, en vez de ensalzar valores como la fuerza y la valentía, el individuo actúa desde el miedo”.    -Frederick Nietzsche

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