Perita en lunas: «Luna que no cesa» de Lety Elvir

EGO1 julio, 2016

Luna que no cesa, obviamente, es un título portmanteau compuesto de los nombres de dos libros de Miguel Hernández: Perito en lunas y Rayo que no cesa. Es un libro informado por las mismas circunstancias y las mismas preocupaciones que demostraba Hernández en su verso: el compañerismo, el horror a la violencia irracional de una sociedad que quiere callar las verdades, el respeto y la solidaridad hacia los marginados, y la precisión en cuanto a la voz poética. A todo esto, Elvir agrega un feminismo egalitario –la mujer como ser igual en todas las decisiones y todas las acciones; ya que una sociedad que menosprecia a la mujer pierde la mitad de su potencia.

Las cuatro secciones del libro, las que corresponden a las fases de la luna, forman un diatessaron –en este caso más bien un «dis-angelio» que plantea las realidades de Honduras. «Buscando Palabra Nueva», la primera sección, corresponde a la luna nueva. Define la poética de Elvir y sus razones para escribir. La segunda sección, «Luna Propia y Creciente», sale de la metapoética para presentarnos el compañerismo y el buen consejo a través de lo maravilloso y lo absurdo de la vida cotidiana. «Paradoja Plena», la tercera sección, es más aguda y punzante. La última sección, «Proscritas en Cuarto Menguante», honra a los caídos en la defensa de los derechos humanos.

«Buscando un poema» es una ars poetica que enseña la paciente impaciencia necesaria para ser poeta. A pesar de sus esfuerzos de escribir un poema, las palabras gotean una a una.

Caminas

poeta

triste

Por ende, la poeta siempre anda armada de un bolígrafo,

llave en mano

abriendo el reflejo del mar

en calles solitarias.

La poeta, como el fotógrafo, el detective o el periodista, debe su éxito tanto a la suerte, la ubicuidad y la paciencia como a la destreza y la sabiduría. Siempre es una cuestión de estar lista en el lugar indicado a la hora apropiada. Es preciso tener el valor de arriesgarse por cruzar al espacio crítico entre el orden y el caos.

Y en ti

prohibido,

revienta a cada paso

–como palomitas de maíz—

una estrella

caída de tu gracia

sobre un papel cualquiera.

Arquitectónicamente, el poema se asemeja a una bomba con una mecha larga. Empieza a quemar despacio, amenaza apargarse. Al final se estalla, un bello polvorín. La estructura refuerza su gracia paradójica de zen. Lo que vemos aquí es emblemático del Punk Eek (el equilibrio puntuado), la que postula la evolución como una alternación entre largos períodos de equilibrio y eventos abruptos. Semejante al colapso a la función de una onda cuántica que occurre en el momento de intenso escrutinio y que define la identidad y el futuro del objeto observado, el acto de señalar las contradicciones sociales puede efectuar un colapso de las realidades existentes. Siempre hay una tensión debajo del equilibrio que crece hasta producir un estado crítico –una especie de organización autocatalíptica que se desarrolla através del caos. Por tanto, «La rutina es el prefacio de la revolución». Así que las posibilidades colapsan en realidades

«Existen versos» sirve para desmentir la idea de ars gratia artis. Vivimos en la historia y cada texto tiene su contexto.

Existen versos

que trascienden

las esquinas del papel:

Lo completamente ordenado es paradigmático y, llevado al extremo, paranoico. Nos precisa escapar del cuadro establecido y andar por la vía nómada –por una alternativa existente al paradigma capitalista que no es ni modelo ni prototipo. Más allá del texto establecido están los marginados, los excluidos con su potencia completamente ignota –renovadora o destructiva.

atizar el alma

para que no anide olvido

ni indiferencia.

Es la extensión más radical de esta crítica. Engendra  un pensamiento que no debe nada a los modelos establecidos, ni que tampoco tiene nada que ver con ellos. Sólo sobrevive como un diagrama. Ofrece la posibilidad del cambio –en continua variación, como la polifonía. Este cambio, como señala Helen Umaña, viene de la capacidad de Elvir «de visualizar las trampas del entorno».

Desgajar el tiempo

a torrentes

a pedradas

de ese reloj colonial

en pared de colonia nueva

y poner nuestra hora.

El desafío, según Ashis Nandy, es transformar el futuro al cambiar la consciencia  humana. Al defininir lo inmutable y universal, el Oeste silencia las visiones de otras culturas para asegurar la continuidad de sus propias trayectorias lineales del pasado y del presente hacia el futuro. Al olvidarse del futuro, otras culturas se hacen prisioneras del pasado, presente y futuro del Occidente. Para escapar de esta estructura, tienen que definir su propio futuro en términos de sus propias categorías y conceptos. Hay que articular sus visiones en una lengua fiel a su propio ser. Las culturas no-dominantes tienen que dar representación colectiva al sufrimiento por todos lados y por todos tiempos para evitarlo en el futuro. Tienen que estar conscientes de las fuerzas extranjeras de la crueldad y la tristeza, tanto como los vectores interiores que les ha quitado el ser verdadero. Es imprescindible que se transformen en culturas de resistencia.

«Un poema es» revela el proceso agónico de compartir los pensamientos con el mundo. De esta manera, el poema es una especie de interface entre la poeta y el mundo. Por revelarse, la poeta sufre el castigo de Prometeo por el mismo crimen de haberle iluminado a la humanidad.

Un poema es

desnudarse,

picotear el alma,

Por esta cualidad parergonal, va más allá del texto escrito al intercambiar los contextos y los sucesos exteriores y las intenciones y los pensamientos interiores. Pueden ser los asuntos más graves, sean de importancia mundial o meramente personal.

nuestro tiempo

lucha

amor

patria.

. . . .    . . . .    . . . .    . . . .

Conversación inconclusa

con el compañero que se fue,

con la amiga que no regresará.

O pueden ser pensamientos u observaciones pasajeros:

Murmullo de mar,

pajaritos locos,

que los desentendidos

no podrán sentir.

De todos modos, nosotros los lectores somos voyeurs, mirando furtivamente a un mundo que no es nuestro, ni que completamente entendemos. Es una visión esquizofrénica en el sentido crítico. La esquizofrenia es una energía autónoma que oscila entre una ruptura hacia un nuevo modo de existencia y la descomposición de un modo ya gastado. Deleuze y Guattari la ven como como un fluir no-codificado del deseo –el deseo en su estado natural es pernicioso a la sociedad civil y, por ende, hay que codificarlo para dirigirlo.

«Caperucita» es una fábula deliciosa de la codificación del deseo. Todos sabemos la historia de Caperucita pero, pace Vladímir Propp, ni el mundo de las fábulas es inmutable, –no se puede sostener ningún código para siempre. Aquí hay una esquizofrenia crítica que representa «una ruptura en la cadena de significantes, i.e., la serie sintagmática interconectada de significantes que constituye un vocablo o un sentido». En consecuencia , «de repente el presente rodea el sujeto con una sensación vivaz e inefable; una materialidad de la percepción que zozobra».

La abuela

ya me había alertado

sobre lobos y otros riesgos.

Entraba al bosque

con muchas flores y prudencia,

siempre salía ilesa.

Pero un día,

cuando más dudaba de su existencia,

encontré uno

de ojos suaves y cansados

–sin un pelo de lobo—

se echó en mi regazo . . .

Cuando desperté,

había devorado

hasta mis esquemas.

Estamos listos para los lobos cuadrúpedos, pero nada nos prepara los lobos de dos pies. La esquizofrenia crítica es un pharmakon que puede matar o puede curar. El sujeto está tan cautivado por el espectáculo posmodernista que se siente encandilado. El encandilamiento es una especie de enajenación que paraliza nuestra habilidad de actuar, pero al chocarnos, nos obliga ver el espacio disponible para el código ideológico. Crea una distancia crítica.

«Luna que no cesa» es el poema titular del libro. Esto le da un significado parergonal que lo liga con los parerga –el cuadro «Lunática» de la portada y los dibujos oníricos asociados que acompañan cada capítulo, todos por la pintora Xenia Mejía. Esta asociación con la locura revela una esquizofrenia deleuziana –el arte lucha con el caos para engendrar una sensación, o una visión que lo ilumina por un momento. El arte es una composición del caos que rinde la visión o la sensación para constituir un caosmos (caos + cosmos –palabra de James Joyce), un caos compuesto –ni visto ni pensado antemano. El arte saca un pedazo de caos en un marco para formar un caos compuesto que se vuelve sensorial o del que saca una sensación «caoide» como variedad; la ciencia hace algo semejante para formar un caos referenciado que se hace la naturaleza, de la que extrae una función aleatoria y variables «caoides». La existencia de strange attractors (atractores caóticos) y atractores del equilibrio expresan la lucha entre la ciencia y el caos.

La luna es la luz fría que vigila la noche, un espejo de la soledad y del sufrimiento.

Madre solitaria,

te nombro

búfala de Venus,

espejo de mar.

Sus cachos simbolizan la llegada de la plentud, la cornucopia, durante la luna creciente –de ahí “búfala de Venus”. Durante la fase menguante simbolizan una hoz. Representa el aspecto oscuro de la naturaleza: las fuerzas invisibles, lo espiritual, lo irracional, la intuición y la sujetividad.

Estás completa,

vacía,

siempre adolescente

sobre los hombros de ocaso

–un día ya no serás

samaritana apedreada–.

Como el reloj nocturno celestial, mide el ciclo de la fertilidad femenina, el destino, el sufrimiento y el tiempo de vida que nos queda. Sus fases recuerdan el nacimiento, la muerte y la resurrección del ciclo de la creación. La luna nueva representa la bajada temporal del dios muerto al infierno, del cual se levanta triunfante; la luna creciente –la luz, el crecimiento, la regeneración; la luna llena –la totalidad, lo cumplido, la fortaleza y el poder espiritual; la luna menguante –el mal y lo demoniaco.

Multiluna única,

incesante como la muerte,

la mujer, la vida.

Igualita que mi América Latina.

Debido a su naturaleza cíclica, es emblemática del tiempo épico arraigado en el pasado. Este tiempo pertenece a una sociedad de tendencias irracionales que ve el futuro en el pasado –en términos espaciales como un edén u otra tierra prometida. El desafío es salir del oscurantismo y aprovecharse de la luz de la luna como strange attractor.

«Paradoja del olvido» demuestra la naturaleza paralizante de la paradoja como esquizofrenia crítica. Seudo-Dionisio el neo-platonista postuló que por el uso del inefable, de lo oximorónico y de las contradicciones, la teología negativa nos permite hablar de lo inalcanzable a través de la metáfora y el oxímoro. Esto produce una a-temporalidad –una realidad más allá del tiempo como se lo conoce, lo mide y lo experimenta. No es lo mismo que la eternidad. Las funciones al punto zero indican estructuras mínimas del tiempo-espacio, el estado-vacío, que puede producir partículas y campos, aparentamente discretos y separables, pero en la realidad son estructuras estables que se pueden abstractar de sus contextos para propósitos experimentales. La idea tradicional del tiempo es una estructura estable arraigada sólo dentro de los contextos limitados de la temporalidad clásica absoluta y la temporalidad relativista convertible. Cada estructura contextual “tiene un tiempo puramente lógico, ideal o dialéctico. Este tiempo virtual, sin embargo, determina un tiempo de diferencialización o, más bien, ritmos y singularidades de la estructura y, por su parte, miden el pasaje de lo virtual a lo real”. Por ende, vemos un colapso entre opuestos como el olvido y la eternidad.

Olvido,

eternidad

inmortal deseo.

No existís.

El deseo es fundacional; es una cancelación más vigorosa de las filosofías anteriores. Colapsa el recordar y el consumir en un solo proceso de producción. Estipula que los humanos y la naturaleza pertenezcan a una realidad esencial, el producto-productor; se define como un proceso que no es ni una perpectualización infinita ni un fin en sí. Todo es una producción de producciones, de procesos de recordar, y de consumir.

Tu máscara vuela,

se destruye

cada vez que el recuerdo delira

Es decir, el deseo colapsa la diferencia. Hay una necesidad de idear la diferencia entre dos series incomensurables como el fluir no-codificado sin recurso a las estrategias de la homogenación como el expresionismo. Hay que preservar la diferencia radical, en vez de vencerla, en la determinación de una forma de comunicación que logra una conexión de series heterogéneas que no compromete su heterogeneidad. “El deseo no quiere la revolución sino que es revolucionario en sí, aunque involuntariamente, por querer lo que quiere”. Donde hay deseo, la relación del poder ya está presente.

No cedés

ante la mueca de la muerte

ni a la huida de la rutina.

Hay un miedo del límite esquizofrénico, de la pared en blanco, que le hace sentir más seguro “ceder a la ley del significante marcado por la castración, triangulado” que arriesgar la disolución en el fluir esquizofrénico. Para poder actuar, el sujeto tiene que trascender el orden establecido (que le quita la agencia) para ser activo –a formarse. Es imprescindible esforzarse a pensar, evitar la inundación por los pensamientos caóticos. De esta manera, la esquizofrenia resulta ser una etapa utópica (de antítesis) en la dialéctica hacia lo nuevo.

No sé qué vas a hacer

con los perseguidores de tu mano,

esos necesitados

esos obsesionados.

La esquizofrenia como proceso universal es anterior al momento terminal de la transformación. Como parte del desarrollo creativo concuerda con el concepto de Fredric Jameson del discurso utópico como un éxito através del fracaso.

“Esperar” establece la importancia de la paciente impaciencia en toda clase de poiesis. Sigue el patrón del equilibrio puntuado visto en poemas anteriores. Utiliza la repetición para iniciar el proceso del desarrollo creativo (becoming). Algo nuevo sólo puede emerger a través de la repetición –la que repite no sólo cómo el pasado fue efectivamente, sino su virtualidad inherente tracionada por su realización anterior. La llegada de lo nuevo no cambia retroactivamente el pasado, sino el quilibrio entre la realidad y la virtualidad en el pasado. El uso de varios tiempos del esperar enfatiza que vivimos en la historia lineal: esperar, esperaba, espero, esperaré –empezando con la atemporalidad (el infinitivo), y progresando por el pasado (el imperfecto), el presente y el futuro.

Esperar,

Conjugación calendario,

Invierno, pistilo.

Yo esperaraba no sufrir,

esperaba que te quedaras.

Esperaba que no lo dijera.

Espero poder esperar

el próximo encuentro,

que se rompa el espejo,

que no te toque la muerte.

Vemos también el uso del paralelismo –típico del verso religioso de sociedades arraigadas en el tiempo cíclico. En este poema, está asociada con el imperfecto y el presente –tiempos verbales opuestos al cambio. Disuelve el paralelismo con la llegada del futuro, el que estalla el equilibrio.

Esperaré

perderme, encontrarnos

en la sábana del silencio

con la sensación de tu boca

y mi piel desbordada.

Los momentos de la llegada de lo nuevo son precisamente los de la eternidad en el tiempo. Ocurre cuando una obra vence su contexto. El proceso trasciende sus condiciones históricas al dar luz a un seceso –aquí el acto del amor.

“Exilio” es una disolución de las ligas entre la narradora y la patria. Separado de la patria, tiene que encontrar otra manera para comunicar:

Aprenderé a escribir

para enviarle cartas

a mi país.

En el destierro, el miedo de fracasar produce la nostalgia –una preferencia para las cosas del pasado que resulta ser un atentado terrorista hacia el futuro, ya que no permite nacer lo nuevo. La reconciliación utópica es un Versöhnung, un momento de plenitud, que se destaca contra las otras etapas históricas. Pero sólo puede resultar en la nostalgia metafísica o el utopianismo.

Le diré que:

La nostalgia es lluvia,

los recuerdos

tormenta

su tristeza

llanto;

su calor

frío.

En su poética, Elvir acude a la antinomia para mostrar sus efectos traidores y perniciosos. Disuelve la nostalgia a favor del aura. El aura benjaminiana le otorga al objeto con el poder de mirar hacia atrás. Ya que los fragmentos quebrados de la alegoría representan una cosa –un mundo de fierzas destructivas que inunda la autonomía humana, los objetos del aura se destacan como el paisaje de una especie de de utopía en el presente, una plenitud efímera de la existencia. Este componente del pensamiento de Walter Benjamin, no obstante, sólo existe en un pasado cultural más simple. Para Jameson, el fracaso de la utopía regresa más intensivamente a lo real. Es imanente porque es un fracaso que no progresa más allá del reino del pensamiento.

“Fatalidad” es una elegía dedicada a Miguel A. Pavón, un campeón de los derechos civiles asesinado por los escuadrones de la muerte. Es un homenaje no sólo al actor fallecido, sino también a la resurrección de la utopía fracasada. La utopía, como indica su nombre ou-topos “ningún lugar”, no es un espacio; es un instante efímero cuando todo es posible. Es la realización perceptual del Aleph-0 de Georg Cantor, el matemático que inspiró la historia de Jorge Luis Borges. No es un fin, sino un proceso de acercar al máximo posible. Cada repetición del fracaso utópico es un paso adelante. No nos sorprende que muchos abandonen los sueños de libertad ante la represión.

Muchos de mis amores

llevaban una cruz de ceniza

en el corazón.

Se han arrepentido y han sacrificado sus derechos como si fueran vicios o gustos de carnaval para dejar en la estación de cuaresma.

–¿Dónde estará

el que marcó la furia

y calculó silencios

al ruiseñor?–

Hay dos batallas –la física del campo de batalla contra el asesino y la espiritual que se realiza en el corazón. Al silenciar al ruiseñor de la libertad, les quita a sus seguidores la voz y, por consecuencia, su visión y su valor.

Algunos de mis amores

Todavía cargan esa cruz,

Pero dicen

–los que no ven

llover sobre mojado—

que estamos

en tregua.

El pueblo que no se avanza, se estanca en el presente bajo un régimen paranoico. Para salir del presente adelante, hay que recuperar el entendimiento de la historia y revivir el sueño.

Los poemas de Elvir son notables por su uso frecuente de una prosodia dialéctica que refleja su mensaje. Su uso de la paradoja y su dominio de la palabra exacta tiene semejanzas con el espíritu zen del haiku. Como indica Umaña, es una poesía engañadora con “el aparentemente fácil secreto de la poesía” que sólo viene a través de un “largo y tortuoso proyecto de trabajo para lograr de atrape de la palabra esquiva”.

De acuerdo al consejo de Nandy, es un esfuerzo de escapar las estructuras del dominio por definir su propio futuro en términos de sus propios conceptos y categorías, de articular su visión en una lengua fiel a sí misma, al riesgo de no ser comprehensible “al otro lado de la cerca global de la respectibilidad académica”. Es significante que el título alude a poemarios de Hernández que fueron escritos antes de la Guerra Civil. Todavía hay tiempo para quebrar el ciclo de la represión y la violencia.

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LETI ELVIR Nació en octubre de 1966, en la ciudad de San Pedro Sula, Honduras. Poeta, ensayista y narradora. Galardonada con el Primer Lugar del Premio Embajada de Chile, 1996; asimismo, con el Primer Premio Internacional 1997, de la VIII Bienal Internacional de poesía, auspiciado por la revista “Correo de la Poesía”, Valparaíso, Chile. También, obtuvo el Primer Premio en Cuento, convocado por la Universidad Nacional de Costa Rica, sede BRUNCA, 2002. Fue miembra del Taller Literario “Casa Tomada”. Cofundadora de la Asociación Nacional de Escritoras Hondureñas, ANDEH. Licenciada en Letras por la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH. Graduada como Profesora de Educación Media, Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán”. Diplomada en Lengua y Literatura Española, Madrid, 2001. Estudió el Doctorado Interdisciplinario en Artes y Letras en América Central, Universidad Nacional de Costa Rica. Es Profesora del Departamento de Letras de la UNAH. Fulbright Scholar Ship In-Residence en Estados Unidos de América, 2006-2007.

Ha publicado dos libros de poesía: – LUNA QUE NO CESA, (1998) y MUJER ENTRE PERRO Y LOBO, (2001), y un libro de cuentos: SUBLIMES Y PERVERSOS, (2005).También tiene dos poemarios inéditos: BAJO SOSPECHA y DEBAJO DE UN MANZANO TE DESNUDÉ. Poemas suyos han sido publicados en periódicos o revistas literarias de Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, México, Chile, Portugal, Francia y Estados Unidos. También han sido antologados en: -Castro, Amanda (compiladora): A BILINGUAL ANTHOLOGY OF POETRY BY CONTEMPORARY HONDURAN WOMEN. New York: Millen University Press, 2002. -Pineda, Adaluz (comp.): HONDURAS: MUJER Y POESÍA, 1865-1998. Tegucigalpa: Guaymuras, 1998.-Luna, Leticia (Selección): TRILOGÍA POÉTICA DE LAS MUJERES EN HISPANOAMÉRICA (PÍCARAS, MÍSTICAS Y REBELDES). México, D.F.:

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Rick McCallister es uno de los más reconocidos críticos de la literatura centroamericana. Desde hace décadas ha centrado sus esfuerzos en investigar y difundir la literatura de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua en los Estados Unidos.
Doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Texas en Austin, en 1988, y Máster en Español por la Universidad de Oregon, 1982. Es Profesor de Español en Delaware State University.
Su especialización es la poesía latinoamericana, y más recientemente la escrita por mujeres centroamericanas en español, náhuatl y maya.
Siendo Becario Fullbright llegó a El Salvador en 2007 para estudiar la poesía centroamericana de mujeres. Fue profesor de Idiomas Visitante Ad Honorem en la Universidad de El Salvador. Recibió el Diploma de Honor del Ministerio Salvadoreño de Educación. En Nicaragua fue el primer extranjero en recibir la Distinción de Honor al Mérito de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN, la que fue otorgada por su investigación sobre la literatura nicaragüense de mujeres.
En 2011 recibió la Beca del National Endowment for the Humanities del gobierno de EEUU.
Conferencista internacional, su obra ha sido publicada en más de 18 países.

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