«Nayib Bukele salta a la palestra pública como alcalde de San Salvador. Su forma innovadora de hacer política, utilizando sobre todo las redes sociales y dirigida a una población que está cansada de un bipartidismo entre Arena y el FMLN, hizo que se convierta en una opción electoral en el país centroamericano.
Quizo lanzar su propio partido político pero no logró la inscripción y finalmente hizo una coalición que le permitió llegar al poder con un partido, se supone contrario a su posición ideológica. Eso lo convierte también en un personaje difícil de identificar ideológicamente, prácticamente ha sido su imagen y mercadeo lo que lo ha llevado al poder y no un partido político o una ideología determinada.
Logró ascender a esa posición en el FMLN porque era una persona joven, carismático, con propuestas nuevas que llamó la atención en una sociedad cansada de los viejos esquemas de los partidos político. En ese momento el FMLN no estaba tan desgastado en su imagen como lo está ahora, igual que la imagen de Arena. Esa fue una coyuntura que él supo aprovechar. Se abrió el espacio para una figura fresca, y él lo aprovechó, sobre todo con su conocimiento del marketing y el manejo de las redes sociales que le permitió escalar a la alcaldía. Según la opinión pública, durante su tiempo como alcalde logró un buen trabajo y eso le permitió poder aspirar al puesto de Presidente de El Salvador.
Ideológicamente es complicado definirlo, todavía es una persona muy enigmática. Cuando estaba en el FMLN uno podía ubicarlo en una posición ideológica, pero para poder ganar la presidencia tuvo que aliarse con personas de derecha, eso pone en duda cuál es su ideología. Él centra todo en su propia figura, en su forma de hacer política. Es a través del tiempo es donde se va a ver cómo él va tomando las desiciones, si está orientado a qué tipo de ideología, sobre todo en las relaciones que defina con Estados Unidos y con la República Popular de China y Taiwan.
En El Salvador predominó en la campaña los temas de la situación económica y la inseguridad, él ha prometido tomar acciones en esos temas. Ha dicho que apuntará a la creación de mega proyectos para colocar a El Salvador en el escenario internacional, tomando posiciones más beligerantes sobre todo en organismos internacionales como Naciones Unidas y la OEA.
Habrá que ver en sus acciones a dónde se dirige.
Él ha manifestado ya que la situación económica de El Salvador es muy dificil, igual que la violencia, que habrá que tomar medidas muy drásticas. Y en ese proceso de tomar medidas drásticas para tratar de mejorar la economía y la seguridad de El Salvador, puede tener no solo la resistencia natural de algunos sectores sino perder popularidad, porque es una cosa muy distinta cuando se está haciendo campaña política y otra cuando se está ya enfrentando la realidad como presidente de la República.
Cuando él estaba en campaña, parte de su estrategia fue cuestionar el caso de Honduras: la reelección, el fraude electoral, la violencia y el manejo de la economía, eso le trajo algún beneficio electoral. Ahora, cuando él ya se convierte en presidente electo, el primer ataque vino por parte del señor Ebal Díaz y eso obligó al presidente electo Bukele a referirse a Honduras. Eso tenía como objetivo, quizás, desviar la atención de algunos temas domésticos, aunque por lo que él había manifestado previamente, había algún tipo de resentimiento hacia Honduras.
Y finalmente hay un tema de liderazgo en la región, porque él es un presidente nuevo, joven, con carisma, más freso, no está agotado como el gobierno de Honduras. Él quiere tomar el liderazgo de la región, verse como un líder centroamericano y fortalecer sus relaciones con los países que él considere más cercanos, y aparentemente él quiere fortalecer las relaciones con Estados Unidos. Él señala a los presidentes de Honduras y Nicaragua para resaltarse como una figura política centroamericana.
Podemos esperar cambios a nivel económico y en el intercambio comercial entre Honduras y El Salvador, esa ha sido la manifestación que él ha dado a la prensa y en su cuenta de Twitter. Es innegable la relación cercana que hay entre los dos países vecinos que comparten muchas similitudes en sus problemas. El tema de seguridad, comercial, migratorio. En el caso de Honduras, ha sido importante el tema de la frontera marítima en el golfo de Fonseca que seguramente se tomará mucha atención y podría volverse más caliente.
El tema de las pandillas, el crimen organizado, la unión aduanera, en el tema de cooperación, la alianza para la prosperidad y más recientemente el proyecto de México llamado Plan Marchall para Centro América, que hace que se vea el Triángulo Norte como un todo y pendiente está el tema de la integración de la región, porque los países cooperantes nos ven como región.
Las diferencia entre los presidentes de Honduras, El Salvador y Nicaragua va a tener consecuencias en todos esos ámbitos. Yo esperaría que exista madurez y se vean como hombres de Estado, personas que deben de pensar antes que en su beneficio personal, en su pueblo. Estas son relaciones de Estado, no de amistad y deben poder llegar a acuerdos.
El Salvador y Honduras son vecinos, tienen los mismos problemas, comparten una serie de factores que para hacerle frente deben trabajar de manera conjunta».
