Los políticos sin propuestas o las utopías políticas vacías

EGO23 noviembre, 2017

Una pregunta común en este ambiente previo a las elecciones es: ¿por quién va a votar? difícil de contestar en esta democracia estética que invita a votar por imagen y jingles y no por propuestas de gobernabilidad a corto, mediano y largo plazo. Un spot muestra a un candidato al Congreso Nacional sonriente con gente agitando banderas atrás y haciendo culto a los “chocoyos” otro muestra arcaicamente a un hombre culto observando el cielo dentro de un estudio atiborrado de libros, mientras promete -en off- apoyo a la juventud con un grupo de alegres muchachos que bailan y cantan al ritmo de un estribillo de cliché y poco creativo.

Las propuestas de gobierno han sido muy desestimadas, hace años -muchos en realidad- ningún candidato, a ningún cargo de elección ha presentado un plan congruente con la realidad nacional, y con las crisis que se presentan; la retórica es de empleo y seguridad, nada más, todos prometen lo mismo, con diferentes palabras y públicos, discursos panfletarios carentes de coherencia, prometen cielos, casas, comida, industrias, pero en la realidad diaria no se encuentra la aplicación práctica o estructural de esos puntos.

Planes de gobierno con nombres emotivos, llenos de sueños y esperanzas pero, sin una variable que garantice que se llevarán a cabo las transformaciones nacionales que prometen como dulces en piñata. Los términos: ejes, pilares y nuevamente el empacho de promesas se diluyen en cada grito que la multitud celebra. O en ocasiones recordar las cuasi glorias de un gobierno anterior comprometiéndose a regresar esos beneficios a los que una vez los gozaron.

Pareciera que lo fundamental es llegar al poder para improvisar cuanto proyecto se les ocurra sin medir las consecuencias a terceros. La improvisación como forma de gobernar no es un forma pragmática de desarrollar un país, tampoco promover la creación de tantos miles de empleo de subsistencia que no generan progreso porque son proyectos con fecha de culminación.

Las derogaciones por venganza

Todo cambio de gobierno implica la folclórica; escoba -del color del partido político ganador- pero el analfabetismo político de los gobernantes electos llega al maniqueísmo, al no continuar las obras que deja pendiente la administración anterior y se convierte en una especie de venganza. Prometer devolver subsidios irresponsablemente sin una lógica económica es una demagogia populista que pretende sumar votos por la emoción más que por la reflexión. Prometer apoyos a la cultura sin ser cultos e ignorar que la institución a cargo de la cultura en cada periodo de gobierno es más disminuida al punto de terminar casi en un kiosko de trifolios.

Las vendettas políticas desde el poder afectan los pocos proyectos que pudieron salir de la agenda y comenzar una estructuración física, pero terminan en el más vulgar de los abandonos como monumentos a la política impráctica de las democracias tercermundistas. Las últimas campañas se han basado más en el insulto, la arrogancia, la falsa inteligencia y la indiferencia ante los problemas verdaderos del país.

“Zelaya manifestó sentirse complacido por tener la oportunidad de hacer públicos sus sueños y anhelos para una Honduras socialmente solidaria, segura y próspera”.

Luis Zelaya en la presentación de su plan de gobierno. 21 de agosto 2017. Fuente diario: La Tribuna.

“Vamos a hacer propuestas para sacar a Honduras del lugar a donde la han dejado, esta administración y otras administraciones en el pasado y ahí está la propuesta que hizo Yani (Rosenthal) en su campaña, quien nos va a demostrar en el poder, cómo crear empleo en Honduras y vamos a darle la oportunidad de crear esos 200 mil puestos al año para que nos ayude a sacar a Honduras del lugar donde se encuentra”.

Mauricio Villeda en convención del Partido Liberal “Alejandrina Bermúdez de Villeda Morales” 11 Mayo 2013.

Porfirio Lobo Sosa después de su fracasada propuesta de “Puño Fuerte” se vio en la obligación de ser más políticamente correcto, después del Golpe de Estado del 2009 y basó su campaña en tres ejes fundamentales: ingresos dignos, educación con salud y seguridad para todos. Dos menos que el actual candidato presidencial del partido Liberal. Jaime Rosenthal Oliva llegó al extremo de promover la dolarización del país en uno de sus tantos intentos fracasados por llegar a la presidencia del país.

En este presente distópico el presidente de la república y candidato a la presidencia Juan Orlando Hernández ha asegurado que por cada insulto ellos responden con 5 propuestas, -la cantidad de propuestas es directamente proporcional a cada insulto, eso si, no aclaro si los insultos de sus contrincantes directos o de los activistas de otros partidos-

La propuesta más real y tangible es la de regresar al voto en plancha, solicitar a los activistas que le presten el voto durante cuatro años más para terminar de comenzar los planes para la transformación del país.

La falta de creatividad en las campañas es un estanque contaminado por la falta de propuestas. Estas campañas electorales han dejado un sabor de boca un tanto agridulce por un lado las diferencias ideológicas están muy bien marcadas y eso deriva hacer campaña por sectores. Otro hecho a tomar en cuenta es que estas elecciones son atípicas desde el punto de vista que sí hay reelección y hay alianzas proclamadas.

Los planes de gobierno deberían presentar un punto o un addendum que garantice el cumplimiento de lo prometido, en síntesis se promete lo siguiente:

Desarrollo.
Educación.
Salud.
Seguridad.
Empleo.

Cada candidato lo acomoda al léxico de la comunidad que visita, sabe como gritarlo para agitar el espíritu exacerbado de una multitud que muchas veces ni siquiera entiende lo que sucede y llega porque no tiene nada que hacer o con la promesa de “alguito” solo por asistir, o el activista que llega por la “chambita” que le ofrecen. Por la ambigüedad en la formulación de esas propuestas muchas veces ni se entiende si son realizables o se les ocurrió en la tensión del momento.

Este periodo electoral abierto fue aprovechado por activistas de la Sociedad Civil para hacer campaña. Por candidatos metrosexuales y arrogantes que pretenden jugar con la intención y la esperanza que aún conserva la población que todavía cree que el cambio puede darse con un sistema político tan efímero como el pestañeo de un colibrí.

“La falta de confianza en los políticos es un fenómeno a nivel mundial. Y la razón de fondo es que los políticos no tienen ningún poder, el estado no tiene poder. En el mundo globalizado en el que vivimos, las decisiones las toman los poderes económicos que no entienden de fronteras. El gran reto del siglo XXI va a ser precisamente acabar con el divorcio entre poder y política”.

Zygmunt Bauman. Entrevista con diario El Mundo. 19/05/2013

Bauman plantea esta perdida de poder estatal ante el poder económico, pero ¿a quién responden los políticos si sus campañas están basadas en los más primitivos populismos y en los más básicos y elementales servicios de los que debe gozar una sociedad que se digne de ser llamada humana?

¿Qué le falta a la clase política hondureña? O ¿qué le falta a la población para exigir propuestas y no promesas? Se debe romper ese tradicionalismo hereditario de votar por el color de una bandera. Las ahora narcoburguesías están mutando a buscar un control desde el gobierno, ya no una lucha frontal desde afuera, ahora quieren participar y opinar, el neoliberalismo y el capitalismo caníbal han sido las banderas de guerra de los grupos de izquierda pero sin una comprensión real de los términos queda en un discurso panfletario absurdo.

La frase acuñada a lo hondureño de: “hay que votar por el menos peor” es la confirmación de que el sistema democrático hondureño está enfermo. La competencia política-activista se trata de defender al partido que menos actos deshonestos tiene o menos escándalos. La normalización de la corrupción y la aceptación de la misma con la frase: “al menos este roba pero ayuda” no contribuye a tener un procedimiento electoral con muchas opciones, está más basado en la FE de la gente y en las pocas, reducidas propuestas de gobierno que presentaron en un hotel, lleno de activistas y prensa para las fotos del día siguiente y ver el periódico mientras desayunan crepas y jugo de naranja, leen en letras grandes un titular que les infla el pecho y sonríen mostrando el bocado a medio masticar, mientras el pueblo expuesto en su plan de gobierno duerme tranquilamente en su imaginación hasta la próxima aparición pública.

Acerca de El Pulso

Propósito: Somos un equipo de investigación periodística, que nace por la necesidad de generar un espacio que impulse la opinión sobre los temas torales de la política, economía y la cultura hondureña. Estamos comprometidos con el derecho que la gente tiene de estar verdaderamente informada.

Derechos Reservados 2019-2021