LEE CHRISTMAS, DE MERCENARIO A JEFE DE LA POLICÍA EN TEGUCIGALPA

ALG12 octubre, 2018

Lee Christmas nació el 22 de febrero de 1863 en el condado de Linvingston, Lousiana, a unas 19 millas de Baton Rouge. Su verdadero nombre fue Leon Winfield Christmas. En aquel tiempo, cuando Lee nació, Estados Unidos estaba en medio de una cruenta guerra civil y la familia Christmas estaba del lado que luego sufriría la derrota. Su padre, un veterano de la guerra con México, fue despojado de los cultivos de algodón que constituían la riqueza de la familia.

En 1880 consiguió trabajo en la New Orleans And Great Jackson R R, tenía 17 años. Cinco años después ascendió a Ingeniero de Máquinas. Nadie sabía aún que Christmas era daltónico. Pero todo se sabría cuando luego de 54 horas de servicio se quedó dormido y ocasionó un accidente con otra locomotora  y se le forzó a darse de baja en 1891.

Casado y con dos hijas, Lee ejerció varios trabajos de mala paga en la ciudad de Nueva Orleans, pero su fortuna estaba lejos.

En 1894, con apenas 2 dólares en la bolsa, se embarcó en un barco bananero con rumbo a un país que ignoraba existía, pero que haría de él una leyenda: Honduras.

Llegó a Puerto Cortés, procedente de Nueva Orleans, en una sofocante noche de octubre de 1894. Honduras estaba en plena guerra, pero a los gringos aventureros que llegaban por el banano poco les importaba. Christmas se colocó como maquinista en el único ferrocarril que existía en Honduras, 90 km de rieles que iban tierra adentro, desde Puerto Cortés hasta Pimienta.

Vivía en el Hotel Lefebvre. Compartía su tiempo en las cantinas del puerto con maleantes y aventureros que llegaban de todas partes de Estados Unidos. No sabía nada sobre las gloriosas victorias por medio de las cuales Manuel Bonilla, Policarpo Bonilla y Terencio Sierra habían acabado con el mandato tiránico de Domingo Vásquez; y nada le importaba que esas victorias se hubiesen obtenido con la ayuda del presidente de Nicaragua José Santos Zelaya.

Fue el 13 de abril de 1897 cuando por primera vez se vio involucrado en la vida política de Honduras. Precisamente el día en que las tropas del General José Manuel Durón, bajo el estandarte del “presidente provisional” Enrique Soto, hermano del reformador Marco Aurelio Soto, se tomaron la guarnición de Puerto Cortés.

General Lee Christmas

Lee Christmas llegaba a esa localidad, procedente de los campos bananeros al frente de su pequeña locomotora y su hilera de vagones armados de bananos cuando fue capturado por los sotistas, quienes lo obligaron a pilotear el tren lleno de revolucionarios hacia San Pedro Sula, so pena de morir si se negaba.

Como resultado de esta aventura, en la que se vio obligado a participar haciendo acopio de todo su ingenio para sobrevivir, se le ascendió a Capitán del Ejército de Honduras. Dicen que usó el gran cubo de hielo que traía de San Pedro Sula como escudo para protegerse de las balas enemigas.

Cuando el General Terencio Sierra asumió la primera magistratura de la nación, lo primero que hizo fue rodearse de hombres cuyo valor y lealtad eran a prueba de fuego. Uno de ellos era Christmas.

El General Sierra, El Tamagás de Coray, era un hombre culto y autoritario que desconfiaba de los nacionales. El 24 de mayo de 1902 nombró jefe de Policía de Tegucigalpa, con el rango de coronel, a Lee Christmas.

En ese entonces, este cuerpo constituía una fuerza de 185 hombres, pobremente uniformados, sin ninguna organización, equipo o disciplina. El Coronel Christmas se encargó de uniformar a sus hombres, les dio zapatos, descartó los viejos fusiles y los equipó con pistolas.

General Manuel Bonilla, Presidente de Honduras, fundador del Partido Nacional.

Christmas y el General Manuel Bonilla se conocieron en mayo de 1902. Entre ellos surgió una de esas amistades instantáneas, basadas en mutuo aprecio y entendimiento. De modo que cuando Terencio Sierra se negó a entregarle la presidencia a Bonilla, Christmas se vio obligado a tener que elegir entre darle su apoyo a su patrón o a su amigo. El 31 de enero de 1903 los habitantes de Tegucigalpa fueron sorprendidos con la noticia de que la fuerza policial de la ciudad, al mando del jefe, había cruzado el cerro para unirse a la revolución.

Lee Christmas era un soldado por instinto y no por entrenamiento. Peleó en muchas batallas que le dio la fama de temerario. Varias veces fue herido y por lo menos tres veces dado por muerto por las tropas enemigas. Pero siempre aparecía y lograba la victoria.

La marcha que hizo como segundo jefe de Saturnino Medal, desde el Pacífico hasta Tegucigalpa en la guerra de 1902, fue lo que le dio su primera experiencia en una batalla organizada. Combatió al lado del General Bonilla hasta que éste recuperó la Presidencia de la República, que legítimamente le pertenecía.

Su primer acto oficial del General Bonilla a su entrada triunfal a Tegucigalpa, a la cabeza de su ejército victorioso, fue nombrar a Christmas nuevamente Jefe de Policía, con el rango de General de Brigada. Esto sucedió el 25 de febrero de 1903.

El País vivía momentos difíciles, agravados por la muerte del diputado Dr. Pedro A. Trejo, ocurrida en Santa Bárbara, a manos de un inspector de Policía hacienda, y la del Coronel Ezequiel Romero, en ese mismo incidente. El grupo de diputados liberales, a la cabeza del cual figuraba el expresidente de la República Policarpo Bonilla, era acusado por el Poder Ejecutivo de promover los desordenes y la anarquía.

General Lee Christmas

Al amanecer del 6 de febrero de 1904 tuvo lugar el incendio de la Escuela de Artes, siniestro al que se le dio tinte político. Ese mismo día, en horas del a noche, el diputado Miguel A. Navarro fue agredido de palabra por el Director de Policía General Christmas, debido a que había hecho burla en la Cámara de un proyecto de Policía Montada en el que el general Christmas se hallaba interesado.

Según describe el historiador Víctor Cáceres Lara en su libro sobre el golpe de Estado de 1904, el general Christmas interceptó al diputado Navarro a la altura del puente Mayol en medio de la noche, sacó su cuchillo al calor de la discusión y de no haber sido porque el diputado comenzó a gritar por ayuda y otros parlamentarios liberales se apersonaron al lugar, quizás el general Christmas habría apuñalado al diputado Navarro.

Navarro denunció el hecho al Congreso; y la sesión matutina del lunes 8 de febrero mocionó para que se pidiera al Presidente Bonilla la inmediata destitución del agresor y su enjuiciamiento en el tribunal respectivo. La moción, redactada finalmente por el Dr. Bonilla, fue aprobada con sólo un voto en contra: el del Presidente de la Cámara, Licenciado Fausto Dávila, hermano de quien luego fuera presidente Miguel R. Dávila. El congreso se declaró en sesión de permanente en espera de la resolución del Ejecutivo.

Recuerda el Dr. Bonilla que al aprobarse la moción, el presidente Dávila suspendió la sesión; al rato vio como una fuerza militar de 100 hombres se apostó en las afueras del Congreso.

«Comprendí —agrega el doctor Policarpo Bonilla— que su actitud sospechosa significaba que era aquel el día escogido para el golpe de Estado, de que tanto se había venido hablando… Iban a completarse ya dos horas de estar suspendida la sesión. Vi pasar al director de Policía Christmas para los aposentos del Presidente de la República y regresar enseguida. Dije a un diputado: «Ese será el encargado de disolvernos»».

Golpe de Estado de 1904 ejecutado por Lee Christmas

A los pocos minutos el recinto fue allanado por la fuerza pública. Según cálculos del Dr. Bonilla, 200 hombres entre oficiales, cadetes y tropas, ingresaron al Congreso Nacional al mando del coronel Jerónimo Rivas. Al comenzar a caminar, dice Bonilla —«vi a Christmas en una puerta lateral (todas las del salón estaban guardadas), y le dije: «¡Ah! Christmas, Christmas». Su respuesta fue apuntarme con su Winchester. Yo le dije: «Tira, yanki, vil deshonra de tu raza, miserable esbirro, tira!» Pero alguien levantó el brazo y le impidió hacer fuego».

Ese golpe de Estado de 1904 (quizás todos los golpes de Estado de nuestra historia), es uno de los capítulos más vergonzosos de la política nacional que desembocaría luego en el derrocamiento del general Manuel Bonilla y una nueva guerra civil que terminó con la entrada de las tropas nicaragüenses de José Santos Zelaya a la ciudad Capital en 1907.

Un año después, al cumplir Christmas su segundo aniversario como Jefe de la Policía, el presidente Bonilla le hizo entrega de una Espada de Honor, en nombre del gobierno de la República, rindiéndole las gracias por sus servicios prestados.

Con motivo de ese reconocimiento oficial, el General de Brigada había encargado en parís un vistoso uniforme de gala, bordado con ribetes de oro, el cual junto con la espada recibida y sus botas charoladas constituyeron el atuendo con que regresó a Puerto Cortés, de visita a su familia, pleno de poder y de gloria.

El norteamericano Christmas continuó disfrutando del favor oficial luego de participar en la aventura armada que llevó de nuevo al poder al General Bonilla en 1911. Su buena suerte duró hasta la muerte del gobernante, ocurrida el 21 de marzo de 1913. A la sazón desempeñaba las funciones de Comandante de Puerto Cortés, cargo del que fue removido por órdenes del presidente entrante, Dr. Francisco Bertrand. A partir de entonces comenzó su decadencia económica. Regresó tiempo después a Nueva Orleans en donde falleció el 24 de enero de 1923, a los 60 años.

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