El candidato derechista Jair Bolsonario, recibió un ataque con cuchillo en el abdomen durante un mitin electoral en la ciudad de Juiz de Fora, Brasil.
Era un acto de campaña. En medio de la multitud que coreaba su nombre, Jair Bolsonaro, candidato a las próximas elecciones de Brasil, alzaba los brazos. De repente, una cuchillada le hizo llevarse las manos al abdomen, por donde había penetrado el arma blanca.
Este ataque supuso la reacción inmediata de sus seguidores, que retuvieron al atacante, que finalmente fue entregado a las autoridades policiales. El candidato de la derecha por el Partido Social Liberal fue trasladado al hospital y sometido a una cirugía donde según informaron los medios brasileños ya se encuentra estable, pero tendrá que permanecer hospitalizado al menos una semana.
El sospechoso, identificado por las autoridades como Adelio Bispo de Oliveira, de 40 años, fue arrestado. La policía no comentó sus motivos, pero hay quienes señalan que el sospechoso tenía problemas psicológicos.
El ataque a uno de los principales candidatos a la presidencia de Brasil podría reformular la contienda luego de exponer la profunda polarización que se vive en la mayor nación de América Latina.
El malestar de la población es en parte el responsable de esta campaña sea la más impredecible en años en Brasil, y la agresión podría suponer otro giro drástico.
Las autoridades electorales vetaron la presencia en las boletas del hombre que encabeza las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que cumple su pena tras ser condenado por corrupción. Esto coloca a Bolsonaro a la cabeza, aunque no está claro cómo podría afectar el apuñalamiento a la campaña.
Esta no es la primera vez que la violencia alcanza a los políticos en los últimos meses. En marzo, mientras Lula se encontraba en el sur del país antes de entrar en prisión, los autobuses de su caravana recibieron balazos que no causaron heridos. Ese mismo mes, Marielle Franco, una concejala negra de Río de Janeiro, murió baleada junto a su conductor tras acudir a un acto.
Aunque cuenta con muchos partidarios, Bolsonaro es una figura muy polémica. Ha sido multado, e incluso enfrentado cargos, por declaraciones peyorativas hacia las mujeres, los negros y los homosexuales.
Habla nostálgicamente sobre la dictadura militar que rigió el país entre 1964 y 1985, y ha prometido crear un gobierno con líderes y exlíderes militares. Su compañero de fórmula para la vicepresidencia, Hamilton Mourao, es un general retirado.
El congresista de derecha Jair Bolsonaro, un excapitán del ejército que se comprometió a atajar la criminalidad, sostiene desde hace tiempo que Brasil está sumido en el caos y que necesita una mano firme que lo estabilice.
