EL PROFUNDO POZO DE IMPUESTOS QUE PAGAN HONDUREÑOS

EGO6 julio, 2017

Por: Óscar Esquivel

Empezaremos por decir que un impuesto es un tributo que paga una persona natural (individuo) o jurídica (empresa) al Estado, representado por el Gobierno, con el objetivo que el gobierno brinde condiciones al individuo para que desarrolle sus capacidades y aspire a un desarrollo pleno.

Según el psicólogo estadounidense Abraham Maslow (1908-1970), el ser humano tiene una serie de necesidades que van desde fisiológicas hasta de autorrealización.  Dentro de las fisiológicas encontramos la sed y el hambre, luego empleo y la vivienda. Enumeraré solamente éstas con el fin de ilustrar la presente opinión.

Rousseau  (1712-1778) por su parte  hablaba del pacto social que firma el individuo con el Estado, con el fin de poder vivir en armonía en una sociedad de desiguales.  Los impuestos son parte de los deberes que contrae el individuo al firmar el contrato social con el Estado, y el individuo, por su parte, tendrá derecho a alimentación, educación, vivienda, salud, seguridad, entre otras necesidades.  No estoy diciendo con ello que el gobierno, como representante del Estado, deberá de cubrir completamente todas estas necesidades, pero al menos generar las condiciones para que el individuo por la misma relación con sus pares pueda cubrirlas.

Si no hay hospitales públicos de calidad, si no hay escuelas, colegios y universidades públicas de calidad, si no hay carreteras de calidad y publicas (sin peajes), si no hay seguridad pública y jurídica, si no hay empresas públicas, ¿para qué sirve el pacto social que se firma con el Estado a través del gobierno?

En Honduras el individuo que compra un bien o servicio deberá de pagar un 15 % de impuesto, más un 3% en las bebidas alcohólicas, conocido como el impuesto sobre ventas, siendo el impuesto  más alto a nivel de Centroamérica junto a Nicaragua. Mientras tanto, en Panamá el impuesto sobre venta es de 7%.  En Honduras también, la persona natural que perciba un  ingreso anual arriba de L 185,667.10 (se incluye L.40, 000 de gastos médicos y educativos), pagará un 15 %, y si es arriba de L.516, 550.01, deberá pagar un 25% a este impuesto. Éste se conoce como impuesto sobre la renta.

Si la persona posee un vehículo de transporte, deberá pagar una tasa vehicular anual más una tasa municipal que anda arriba de L. 2,000, dependiendo del año del vehículo. Si es dueño de una casa o terreno, debe pagar un impuesto de bienes  inmuebles todos los años.

Ahora, si es una persona jurídica (empresa), deberá pagar permiso de operación, impuesto sobre la renta, y a partir de Enero de 2014, se empezó a pagar 1.5% sobre ventas brutas.

Sumado a los impuestos descritos se agregan otros no menos importantes, como pago por  volumen de ventas a la alcaldía, tren de aseo, bomberos, rótulos, pago por ganancia de bienes de capital, impuestos por lotería.

Y  un impuesto que es sumamente fuerte y que, como es indirecto, no se ve, pero se siente a diario: es el impuesto a los combustibles que el gobierno aplica por galón dependiendo del tipo de combustible,  que está entre el 33% al 43 %, siendo uno de los más caros a nivel del istmo. Es decir si el galón de gasolina súper esta a x precio, dentro de ese valor hay un 33% o 43% que va para el gobierno.

Para concluir con la descripción de los impuestos, mencionaremos la tasa de seguridad poblacional que se aprobó en el 2011, que consiste en que la persona que tiene una cuenta de ahorro promedio mensual arriba de L.120, 000, deberá pagar por cada retiro  L 2.00 por millar; si es persona jurídica (empresa), independiente del monto que tenga en su cuenta, deberá pagar L.2.00 por millar.

Después de pretender explicar  para qué y cuáles son los impuestos, se impone una pregunta: ¿Están llegando esos impuestos al objetivo por el cual fueron creados? Y si no es así, ¿qué es lo que tenemos que hacer para que vayan a su destino?

Entre menos dinero tenga la persona natural para consumir, menos riqueza genera. Asimismo, entre más impuesto pague una empresa, menos competitiva es en relación con el comercio exterior, siguiendo el ABC del capitalismo. Ahora, el que tributa debe de estar consciente del poder que tiene.  Aplicando la misma lógica del capitalismo, el que paga manda y en este caso el tributario aporta la sangre (dinero) que sostiene al que le ayuda/oprime (gobierno).

Hubo un hombre de nacionalidad norteamericana llamado Henry David Thoreau (1817-1862), autor de un ensayo llamado Desobediencia Civil. No estaba de acuerdo con  la esclavitud practicada en su país  y con la guerra que libraba contra México, por lo que se negó a pagar su impuesto y por ello fue a la cárcel. Thoreau dijo, “Bajo un gobierno que encarcela a alguien injustamente, el sitio adecuado para una persona justa es también la cárcel.” Thoreau fue inspiración para Gandhi y luego para Martin Luther King en sus diferentes luchas.

Entiendo que los hondureños somos muy obedientes hasta de lo injusto (por desconocimiento). Como decía Guillen Zelaya (1887_1947) “…Los centroamericanos no nacemos sobre la superficie de la tierra, sino debajo de la tierra. Tenemos que gastar tiempo y lucha y sangre para romper la pesada costra que nos cubre al nacer, a fin de darnos cuenta que existe la luz…” Pero ya hemos recorrido un buen tiempo desde nuestros antepasados hasta nuestro días; tiempo de lucha y sangre.

¡Ya va siendo  hora que despertemos paisanos!

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