ESTADOS UNIDOS DECLARA LA GUERRA A LA MS13, ¿POR QUÉ NO A LA 18?

ALG27 mayo, 2018

Para quienes vivimos en los países del triángulo norte de Centro América, no nos resultan extrañas las imágenes que hoy aterrorizan las portadas de los grandes periódicos en Estados Unidos, señalando las atrocidades cometidas por la Mara Salvatrucha (MS13). Desde hace dos décadas venimos experimentando el efecto que las imágenes de cuerpos desmembrados, masacres o ejecuciones producen en la población, una proyección de la oxitocina a la amígdala del cerebro que nos paraliza como sociedad.

Pero quienes vivimos en los países del triángulo norte de Centro América sabemos también, que no han sido únicamente la MS13 los responsables de ese terror, tenemos otras bandas criminales, carteles de narcotraficantes, grupos paramilitares, bandas de policías, zetas y, claro está, la Pandilla 18, principal rival de la MS, que al igual que estos han hecho alarde de acciones despiadadas en contra de quienes corren la suerte de meterse en su camino. 

Llama entonces la atención, que en medio de una política dura en contra de la migración indocumentada, el presidente Donald Trump anuncie además una guerra sin cuartel en contra de quienes califica como “animales”, la “temible” Mara Salvatrucha. ¿Por qué  Trump no ataca igualmente a la pandilla Barrio 18, a la Florencia 13, la Mafia Mexicana, Nuestra Familia, Barrio Azteca o los Trinitarios entre otras bandas que pululan en los Estados Unidos? ¿Qué de especial tiene la MS13 que la vuelva ahora blanco de la política militar del país más poderoso del planeta?

En la actualidad Estados Unidos es hogar de un millón 400 mil pandilleros distribuidos en 33 mil bandas criminales que operan a lo largo y ancho de los 50 estados de la unión, según el informe nacional sobre la amenaza que representan las pandillas, el National Gang Threat Assessment, que el FBI difundió en 2011.

Las pandillas más importantes hasta el 2011 eran la Mexican Mafia o eMe; la Aryan Brotherhood, Barrio Azteca, Black Guerrilla Family, Pistoleros Latinos, Mexikanemi también conocida como la Texas Mexican Mafia o “Emi”, y la Ñeta de Puerto Rico. Hasta ese momento la MS-13 no aparecía en la lista de pandillas importantes o peligrosas en el interior de Estados Unidos. Es hasta el 2017 que el FBI agregó a la lista de los Diez Fugitivos Más Buscados a un miembro de la MS-13 que es sospechoso de matar con un bate de béisbol y un destornillador a un hombre en 2011.

Las autoridades norteamericana sospechan además que los miembros de la MS13 son los responsables de los asesinatos de cuatro jóvenes en la región central de Long Island, parte de los 11 homicidios que sacudieron a los inmigrantes que viven en Central Islip, Nueva York. ¿Es esa razón suficiente para mover toda la maquinaria de guerra de Washington en contra de un grupo de delincuentes de pacotilla?

El gobierno de Donald Trump ha prometido poner freno a la Mara Salvatrucha y acusó a las políticas fronterizas de la era Obama de permitir que crezcan sus filas.

“Estas organizaciones se enriquecen envenenando a nuestras comunidades, con el tráfico de menores con fines de explotación sexual e infligiendo horrible violencia en las comunidades en las que operan”, dijo el secretario de Justicia Jeff Sessions antes de reunirse con altos funcionarios federales para discutir la manera de desmantelar a la MS.

Las advertencias de Sessions fueron respaldadas por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, en un discurso por separado unas horas antes de que Trump tuiteara que “las débiles políticas migratorias del gobierno de Obama permitieron que se formaran las malévolas pandillas de la MS-13 en ciudades de todo el país. ¡Las sacaremos rápidamente!”.

En su discurso en la Universidad George Washington, Kelly dijo que los grupos delictivos transnacionales, como los cárteles del narcotráfico y la MS-13, están involucrados en el secuestro, tortura y tráfico de personas, por lo que representan una de las mayores amenazas contra Estados Unidos. “Viven totalmente al margen de la ley y no tienen consciencia ni respeto por la vida humana”, recalcó.

El sociólogo hondureño Ernesto Bardales, que por más de 25 años ha estudiado el fenómeno de las pandillas en el triángulo norte, tiene una explicación sobre el por qué del súbito interés de Washington en desmantelar a la MS.

Para Bardales, son tres las causales que explicarían esa política.

La primera, una suerte de respuesta a las posturas rebeldes del gobierno del FMLN en El Salvador. 

“Se podría interpretar que es como devolverle el balón por parte del gobierno de Trump al gobierno de Sanchez”, afirma.

La MS13, formada en 1988, originalmente por migrantes centroamericanos entre McArthur Park y Korea Town en la ciudad de Los Ángeles, tiene su base en la ciudad de San Salvador y su centro de control y operaciones se extiende por el Triángulo Norte (Honduras, El Salvador y Guatemala) hasta el sur de México. Aquí viene el segundo punto según el sociólogo Bardales.

“Tiene que ver con el tipo de felonías que cometen. La inteligencia norteamericana conoce muy bien a estos grupos y ha sabido identificar que hay una diferencia entre la MS y la 18, más que en el triángulo norte en donde la marginalidad tienden a hacerlas parecidas, en los EEUU esa diferencia es mucho más marcada, para comenzar la 18 está vinculada más con el tráfico de armas, custodia del paso de la droga, narcomenudeo para consumo en sus territorios, en cambio la MS se ha vinculado más con la trata de personas y los negocios que derivan las corrientes migratorias.”

Según Bardales, aunque la extorsión es uno de los problemas que más aquejan a los pobladores del triángulo norte, no es este el principal medio de agencia de recursos de la MS y la 18.

“La inteligencia americana entiende que muchos de los negocios de la MS están relacionados con las corrientes migratorias, o la movilidad humana de centroamericanos: hondureños, salvadoreños y guatemaltecos.”

Donald Trump ha hecho de la migración un tema de seguridad nacional. El tráfico de armas, en un contexto de crisis por constantes masacres en centros educativos, es un tema que prefieren ignorar.

“La 18, mas que tener relación con el tráfico de drogas lo hace con el de las armas. La inteligencia de EEUU debe saber que la 18 trabaja el tráfico de armas con miembros activos de las fuerzas armadas del TN,” afirma Bardales.

El tercer punto, según el analista, es un cambio en la estrategia del gobierno norteamericano que involucra una mayor vinculación del Pentágono en la vida política de la región.

“Al final la decisión (de atacar a la MS13) no la toma Trump sino sus principales asesores de seguridad, que son miembros de la comunidad de inteligencia militar estrechamente vinculados al pentágono. Al interior de la administración Trump el ala que trabaja más la diplomacia, ahora están desplazados por un ala más agresiva del pentágono, con el desarrollo de una geoestrategia norteamericana que incluye arrimar su maquinaria de guerra a la región.”

“Si observamos el guión de la política norteamericana vemos que temas de terrorismo, narcotráfico, seguridad, caen como anillo al dedo para esos objetivos geoestratégicos. Coinciden las declaraciones de Trump en una misma semana con el lanzamiento de la Fuerza anti Maras y Pandillas de la política del gobierno de Honduras, previo a la reuniones de trabajo en Florida y Washington… puede ser que estamos presenciando el inicio de una política de intervención directa norteamericana en la región, amparadas con el tema de la lucha contra la MS y Honduras es solo un punto de parada, teniendo como objetivo inmediato el gobierno sandinista en Nicaragua, en donde estamos viendo los inicios de la intervención en ese país. Honduras está totalmente plegada a esa estrategia,” afirma.

Para Bardales, el tema de las pandillas en la óptica norteamericana, está vinculado con una política migratoria que también está en desarrollo.

“El combate a la migración ilegal y a la MS están vinculados, porque es la MS la que controla las rutas de tráfico de personas. Lo que viene es una intervención directa de uniformados del ejército norteamericano en el triángulo norte y Honduras es la base para ello. En un futuro próximo podríamos hasta ver escuadrones militares norteamericanos enfrentándose en nuestras calles con la MS.”

El gobierno de los Estados Unidos, a través de la Agencia para el Desarrollo USAID, mantiene en la actualidad cerca de 12 programas orientados para prevención de violencia de pandillas y maras, entre ellos 2 programas que están enfocados en trabajar con miembros activos. La nueva política de Trump entra en conflicto con estos programas. Según Bardales, “lo que hay que esperar es el recorte para esos programas de USAID. El día de ayer en el marco de una mesa de trabajo en la cual estuvo el presidente Trump con víctimas de la MS, él presidente se comprometió en el recorte de fondos para estos programas que se financian a través de la agencia de cooperación de Estados Unidos en el triángulo norte. No quieren distorsión a la política de intervención que está en proceso.”

La pandilla Barrio 18, principal grupo antagónico de la MS en el TN, ha sido ignorada adrede en los discursos del gobierno de Estados Unidos. Según Bardales, su principal fuente de ingresos proviene del tráfico de armas. Pero si seguimos un estudio de la Historia de la estrategia militar de Estados Unidos, podemos imaginar que tendrán una función clave en el desmantelamiento de la MS; la 18 sería utilizada como “carne de cañón” en la guerra que está comenzando. Esa “ha sido una estrategia clásica en la escuela militar de Estados Unidos.”

“Probablemente a la 18 la persigan después, pero en este momento es más conveniente no atacarla”, afirma Bardales.

Esa estrategia recuerda a la usada en Colombia en contra del cartel de Medellín, cuando el igualmente poderoso cartel de Cali fue usado para eliminar a Pablo Escobar, y luego ellos mismos desarticulados.

Algo puede aprender Estados Unidos de nuestra experiencia en la lucha contra las maras y pandillas en el Triangulo Norte, partiendo desde aquellos años cuando Rudolf Giuliani (ahora asesor de seguridad de Trump), llegó al país para impulsar la política de Cero Tolerancia del presidente Ricardo Maduro, y es que la guerra de exterminio contra las pandillas NO FUNCIONA. La experiencia nos demuestra que cuando a adolescentes y jóvenes no miembros de las maras y pandillas se les captura y son tratados de la misma manera que a mareros y pandilleros, ya sea porque comparten elementos de clase, origen o características parecidas, esos jóvenes que en otras circunstancias habrían tomado otros caminos, terminan ganando simpatía para las maras y pandillas, extendiéndolas en su membresía.

El gobierno de Estados Unidos ha declarado la guerra contra la MS13 y comenzará, por ende, a atacar a las comunidades que acogen a los mareros, que son comunidades de centroamericanos en las grandes ciudades de Estados Unidos y ampliará así la membresía de quien ahora ataca.

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