Errores en datos sobre niños separados en frontera

ABarahona5 marzo, 2020

El esfuerzo del gobierno de Donald Trump para rastrear a los niños separados de sus familias en la frontera de Estados Unidos con México adolece de problemas de comunicación que ponen en duda la exactitud de los datos, de acuerdo con un informe de la inspectoría general del departamento de Salud difundido el jueves.

El gobierno creó un sistema de rastreo al formular su política de “tolerancia cero” en 2018, cuando se separó a más de 2.500 niños de sus padres en la frontera con México, aunque la inspectoría considera que la cifra podría ser mucho mayor.

Las autoridades de inmigración siguen separando a niños de sus padres por ciertas razones, por ejemplo, cuando sospechan que el adulto tiene antecedentes penales y dicen que el sistema permitirá evitar en parte el caos, la confusión y los traumas que padecen los niños separados. Al menos 995 niños fueron separados de sus familiares entre junio de 2018 y julio de 2019.

Pero el sistema de rastreo es defectuoso, debido en parte a que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus iniciales en inglés), la autoridad en la frontera, no transmite automáticamente los detalles de la separación al Departamento de Salud y Servicios Humanos, encargado de los niños migrantes, dijo la inspectoría.

En algunos casos los agentes fronterizos pueden dar una indicación, pero habitualmente no lo hacen, informó la inspectoría. Funcionarios de Salud y Servicios Humanos mantienen una hoja de cálculo de los niños separados, pero los datos se introducen en forma manual, lo cual es “intrínsecamente vulnerable a errores, lo que pone en duda la exactitud de los datos actuales sobre niños separados”, añadió.

De acuerdo con el informe, Salud y Servicios Humanos se enteró de las separaciones en 2018 a través de la prensa, en parte porque no había comunicación entre los departamentos. El resultado de ello fue caos, niños que permanecían detenidos mucho más allá de los tiempos legales u otros a cargo de gente de acogida que no sabía qué responder a sus preguntas angustiadas sobre sus padres. Algunos niños pasaban horas llorando en camionetas estacionadas a la espera de la reunión.

“El no saber qué había sucedido a sus padres angustiaba a los niños”, dijo una persona de acogida a los investigadores, según el informe. “No podíamos decirles si se reunirían finalmente con ellos. Era difícil. Al principio no nos indicaban cómo conectar a los padres con sus chicos. Los chicos hacían preguntas para las cuales no teníamos respuestas”.

Funcionarios de Salud y Servicios Humanos dijeron en una carta a la inspectoría que velaban por los intereses de los niños, pero que la separación de las familias es un asunto espinoso en el que participan los departamentos de Justicia, Seguridad Nacional y Salud y Servicios Humanos y que algunos problemas no admiten soluciones sencillas.

Fuente: VOA

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