EL DON DE LAS COINCIDENCIAS: DOS RODAS, DOS GOLPES.

EGO17 agosto, 2016

En mayo del presente año los periódicos hondureños de difusión tradicional sorprendieron con la noticia del regreso a la gesta política y a las filas del Partido Libertad y Refundación (LIBRE) de la hija del célebre político liberal Modesto Rodas Alvarado y ex-Canciller de la República, Patricia Rodas Baca.  Dicho regreso se suscita luego del escándalo en el que se vio envuelta a mediados de este año por la venta en 2009 al Instituto Nacional Agrario de un terreno por el que recibió la suma de 2,678,803.05 de lempiras —cobrados por su esposo Rodolfo Gutiérrez—, y que había recibido en años anteriores de la misma institución como parte del programa de “beneficiarios” de la Reforma Agraria (La Tribuna, 28/06/2016).

La historia, como ella misma sabe, tiene una memoria imponderable, pues no sólo recuerda, también olvida, sobre todo en un país desmemoriado. Fuera de esto, hay ciertas cosas que son inolvidables, por más que la memoria se niegue a recordarlas.

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El Dr. Ramón Villeda Morales junto al Dr. Modesto Rodas Alvarado y el coronel Héctor Caraccioli Moncada el día de su ascensión al poder de la nació en 1957.

GOLPE DE ESTADO DEL 3 DE OCTUBRE DE 1963.

El 3 de octubre de 1963 se registró en Honduras el que hasta la ruptura democrática de junio del 2009 había sido el último Golpe de Estado en Honduras (asentado por Oswaldo López Arellano al gobierno de Ramón Villeda Morales) y el penúltimo de Centroamérica, desde los altos oficiales del Ejército de Guatemala encabezaran el Golpe de Estado contra Fernando Romero Lucas-García en la República de Guatemala, el 23 de marzo de 1982.  Pese a esto, el Golpe de Estado de 1963 no estaba dirigido a Villeda Morales (quien prácticamente había culminado su mandato), sino al líder liberalista Modesto Rodas, quien gracias a su genio político prácticamente tenía asegurada la victoria en las elecciones que se celebrarían dos semanas después del Golpe.

Desde el fin del gobierno del Dr. Vicente Mejía Colindres (1929-1933) y el ascenso al poder Tiburcio Carías, el Partido Liberal había carecido de apertura democrática y de líderes capaces de encumbrar de nuevo a su partido en el poder de la nación. Los últimos dos grandes estrategas de la bandera blanco rojo blanco habían sido José Ángel Zúñiga Huete y Ramón Villeda, quien después de múltiples intentos y exilios llegó a la Presidencia de la República  el 21 de diciembre de 1957, y quien además había impulsado un gobierno de carácter progresista que le dio a la nación importantísimos aportes en aspectos jurídicos, laborales, políticos y sociales; como fueron la avanzada Constitución hondureña de 1957, el Código del Trabajo, la Ley de Emisión del Pensamiento, la Ley de Reforma Agraria, la Junta Nacional de Bienestar Social, el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), la Ley de Fomento Industrial, la estabilidad monetaria y el libre cambio, etc.

El Partido Liberal encontró su esperanza de continuar en el poder en el joven abogado Modesto Rodas Alvarado, quien por los múltiples conflictos políticos acaecidos en el país durante la primera década del siglo XX había emigrado con su familia a Nicaragua, donde además se había recibido como Doctor en Leyes y Jurisprudencia en la Universidad de León en 1949. Desde entonces, y a partir de su regreso al país, Modesto Rodas destacó rápidamente en la filas del Partido Liberal por su carisma, su liderazgo e ideario político; convirtiéndose rápidamente en Presidente del Congreso Nacional de la República en 1957.

Comparecencia en el CN, junto a él, sentado, Modesto Rodas Alvarado.
Comparecencia de Villeda Morales en el CN, junto a él, sentado, Modesto Rodas Alvarado.

Durante el gobierno de Ramón Villeda, la figura política y la connotación de Rodas Alvarado como posible sucesor de Villeda y potencial continuador del reformismo liberal fue tomando fuerza gracias a las acciones emprendidas desde el Legislativo, desde donde se impulsaron los mayores éxitos del gobierno liberal como el Código del Trabajo, la Reforma Agraria y la Ley de Seguro Social. Al mismo tiempo, la firma del convenio de 1957 entre el gobierno liberal y las Fuerzas Armadas —que otorgaba la autonomía a éstas bajo condición de no intervenir en el desarrollo del poder civil—, parecía crear las condiciones perfectas para la continuidad del Partido Liberal en el poder.

Por otra parte, el Partido Nacional, que había dominado casi totalmente la escena política de la nación durante toda la primera mitad del siglo XX, con sólo dos irrupciones del Partido Liberal con Miguel R. Dávila (1907-1911) y Vicente Mejía Colindres (1929-1933), y que había perdido las elecciones de 1957 en el último intento presidenciable de Tiburcio Carías precisamente contra Ramón Villeda, no veía nada clara la victoria de su candidato Ramón Ernesto Cruz frente a la beligerancia, estrategia y popularidad del candidato liberal Modesto Rodas, quien se aprestaba a los comicios casi convencido de su victoria.

De esta manera, por el Partido Liberal se presentaron como posibles candidatos a la Presidencia Andrés Alvarado Puerto, Francisco Milla Bermúdez, José Ángel Ulloa, Óscar Armando Flores y Modesto Rodas Alvarado —quien había dejado su cargo de Presidente del Congreso Nacional en manos de Héctor Orlando Gómez—, siendo elegido éste último por la Convención Liberal como el candidato del partido para las elecciones del 13 de octubre de 1963. No obstante, a pesar de su indiscutible liderazgo, el candidato Rodas también se había enfrascado en un litigio político al interior de su partido, debido sobre todo al carácter dominante e impositivo, y al discurso intolerante y agresivo frente a los opositores.

Para el cronista Vicente Machado Valle: «En Honduras, para todos, hasta para los más despistados, el golpe se callaba por sabido. Incluso algunos afirmaron que el propio mandatario era cómplice. El golpe iba dirigido a Modesto Rodas Alvarado, el candidato liberal cuyo triunfo electoral era previsible a dos semanas plazo…los asistentes de la Convención del Partido Liberal, cuyos delegados fueron reducidos a cautiverio por los modestistas, silbaron en el Cine Clámer a Villeda Morales, y éste anticipó que cuando fuera demasiado tarde, lo buscarían. No solamente lo escuché de cerca como cronista periodístico del evento, sino cuando pasó a mi lado, por las gradas del proscenio a la luneta, vi las lágrimas de indignación surcar su rostro. Aquello presagiaba el principio del fin; el precio de la soberbia de quienes se creían dueños del partido y del país» (Revista Política de Honduras, Año VII, No. 34, Tegucigalpa, abril, mayo y junio de 2005).

Por su parte, el entonces embajador de los Estados Unidos en Honduras, Charles R. Burrows, declaraba: «La raíz del golpe se debió a que Modesto Rodas Alvarado, el candidato del Partido Liberal, ganaría las elecciones. Era claro que ganaría. Había un candidato nacionalista, Ramón Ernesto Cruz, muy débil. Había una razón fundamental: los militares querían impedir que Modesto fuera PresidentePero Rodas cometió varios errores. Su campaña sonaba como un programa extremista. Hizo muchas declaraciones en el interior del país. Cuando fuera presidente, una puerta estaría abierta para los nacionalistas: la puerta de salida del país. Y habló sobre cosas como colgar a los nacionalistas en los árboles» (Ibíd).

Patricia Rodas Baca, en una manifestación del partido Liberal durante el gobierno de Manuel Zelaya.
Patricia Rodas Baca, en una manifestación del partido Liberal durante el gobierno de Manuel Zelaya.

GOLPE DE ESTADO DEL 28 DE JUNIO DEL 2009.

El Golpe de Estado del 2009 representó una analogía de singular repetición en la historia de la nación: las causas propiciatorias tenían una serie de similitudes con el Golpe de Estado efectuado en 1963. De hecho, resulta particularmente interesante el hecho que en ambos Golpes hayan sido propinados (en un trasfondo verdadero) a una sola familia, o por lo menos a dos miembros de la familia Rodas: Modesto Rodas y Patricia Rodas.

Como había ocurrido durante los años de gobierno de Ramón Villeda, cuando el desempeño estratégico y la visión política de Rodas Alvarado se habían impuesto dentro de su partido y dentro de la pugna política nacional, también sucedió durante el gobierno de Manuel Zelaya, cuando el accionar, la estrategia y el ideario político estuvo principalmente dirigido por la hija del “León del liberalismo”, la historiadora Patricia Rodas Baca. Al mismo tiempo, sucedía una segunda coincidencia: Patricia Rodas se había impuesto en su partido, ganándose adeptos y detractores a lo interno del mismo, tal como lo había hecho su padre.

En la historia nacional existen diversos casos de familias que se han heredado el poder político y económico (redes familiares) a través del ejercicio partidario. De este modo, encontramos los particulares casos de Juan Ángel Arias, Céleo Arias y Juan Ángel Arias, quienes fueron Presidentes de Honduras en 1829-1830, 1872-1873 y 1903 respectivamente, y quienes además fueron abuelo, padre e hijo, en ese orden (Enciclopedia de Honduras, Océano, p. 264). En el siglo XX encontramos los casos de las familias Callejas, Reina, Villeda, Corrales, etc., las mismas que fueron parte de los gobiernos y la vida pública nacional a lo largo de todo el siglo XX, y que siguen siéndolo hoy día.

[Lea acá la nota de El Pulso sobre la trayectoria política de la familia Reina en la historia de Honduras].

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Patricia Rodas, sin embargo, es un caso particular desde toda óptica, pues no sólo representa la continuidad de las redes políticas familiares del país; representa además el poder de la mujer, que hasta ella, no se había manifestado con tanta influencia en los procesos políticos de Honduras.

Durante el gobierno de Manuel Zelaya, Rodas Baca no sólo fungió como Ministra de Relaciones Internacionales, también sirvió de enlace con los gobiernos y políticos de tendencia socialista (Cuba, Venezuela, Brasil, Bolivia, etc)  con los que se alió la administración de Zelaya, por lo que se la ha considerado como la principal ideóloga del proyecto reformista socialista y reeleccionista de ese gobierno.

«La ex-presidenta del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL) está considerada como la principal artífice del fracasado proyecto de la Cuarta Urna que condujo al ex-Presidente Zelaya a su salida forzada de la Presidencia, lo que derivó en la crisis política» (El Heraldo, 16/05/16). En otras palabras, la lideresa liberal fue una de las causantes directas de la crisis política del 2009, y así como el Golpe de Estado de 1963 estaba dirigido a su padre, en el fondo, el Golpe de Estado de 2009 estaba dirigido a las ideas políticas de Patricia Rodas.

La relación directa entre Rodas Alvarado y Rodas Baca radica en un punto común: ambos Golpes les fueron asestados por el fundado temor de las Fuerzas Armadas y los grupos oligárquicos a la implantación de un proyecto político transformador contrario a las ideas e intereses de los grandes consorcios económicos del país (burguesía), en un país que penosamente se ha desempeñado como el más conservador de Centroamérica y América Latina; como en efecto lo demostró el hecho que, mientras en el siglo XX los países de la región lucharon por la liberación hegemónica que ejercían los Estados Unidos en sus territorios, Honduras (para vergüenza nuestra) sirvió de bases de operaciones al imperio estadounidense para contrarrestar esos intentos de liberación nacional por parte de los países hermanos.

Patricia Rodas a su regreso a Honduras, incorporándose de lleno en la actividad política del Partido Libre.
Patricia Rodas a su regreso a Honduras, incorporándose de lleno en la actividad política del Partido Libre, junto a Rodas, Silvia Ayala y al fondo el expresidente Manuel Zelaya Rosales.

En entrevista concedida a El Pulso, el reconocido historiador nacional Omar Alexis Talavera, al cuestionársele sobre ¿Qué similitudes se encuentran en el papel ejercido por Modesto Rodas Alvarado en el Golpe de Estado del 3 de octubre de 1963 y el papel de Patricia Rodas Baca en el Golpe de Estado del 28 de junio del 2009?, el estudioso dijo:

«En primer lugar ambas personalidades eran muy cercanas al presidente del momento, en ese caso Ramón Villeda Morales y Manuel Zelaya, por lo que ejercieron influencia en las determinaciones que se tomaron en ambos gobiernos, y por tanto son tomados como corresponsables de estos hechos históricos. Otro aspecto a tomar en cuenta, y que probablemente Patricia lo heredó de su padre, es la aversión a las Fuerzas Armadas; lo que se manifestó en el sometimiento que Zelaya intentó imponer a toda costa, sin tomar en cuenta que no todos estaban dispuestos a realizar la voluntad del gobernante».

¿Fue Modesto Rodas el principal ideólogo de las políticas y acciones del gobierno de Ramón Villeda, en qué sentido y por qué?

«Sí fue el principal ideólogo —sin desconocer la capacidad política de Villeda Morales—. El hecho que se haya dado continuidad a las políticas de Modernización del Estado iniciadas durante el mandato de Gálvez nos da pie para expresar que sí, dado que las mismas eran debatidas y aprobadas en el Congreso, del cual Modesto era Presidente. La tendencia de Modesto a favorecer a los menos favorecidos se plasmó en el Congreso a través de la creación del Código de Trabajo, así como con el Decreto No. 21 que estipula el deber del Estado hondureño de garantizar a los trabajadores los medios de subsistencia como derecho real. Dos años más tarde se fundó el IHSS mediante el Decreto No. 140 del 3 de julio de 1959. Por otra parte, dada las circunstancias del momento, la posibilidad de un golpe de Estado y el intento del mismo en 1959 por Velásquez Cerrato conllevó a la creación de la Guardia Civil como instrumento al servicio del Ejecutivo, lo que significó una “puñalada” para las Fuerzas Armadas. Esto produjo el distanciamiento entre número 1 de la institución castrense Oswaldo López Arellano y Modesto Rodas Alvarado. Y Allí comenzó a fraguarse el golpe de Estado consumado en 1963».

¿Fue Patricia Rodas la principal ideóloga de las políticas y acciones del gobierno de Manuel Zelaya, en qué sentido y por qué? 

«De eso no hay ninguna duda. Su formación en las Ciencias Sociales como historiadora le ha permitido tener una visión diferente de la realidad que se vive en nuestro país y de los cambios sociales que podrían ayudar a mejorar la situación de los más descompensados por el sistema en que vivimos los hondureños. Unido a esto, debemos tener presente la relación de Patricia Rodas con el gobierno Sandinista. Fueron estas relaciones las que provocaron el intento de integración de Honduras al sistema representado por en ALBA. Todo ello generó la idea de la famosa Cuarta Urna, idea que estimuló diferentes reacciones en la población, al punto de crear la división que todos conocemos y que tuvo como punto culminante el golpe de Estado del 28 de junio de 2009».

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