La encargada para Latinoamérica del Departamento de Estado, Kimberly Breier, viajará la semana próxima a Honduras y El Salvador para «urgir a los Gobiernos locales a hacer más» en la prevención de la «inmigración ilegal» hacia Estados Unidos, informó hoy el Gobierno estadounidense.
Aclara la información que además de este reclamo a los gobiernos la funcionaria buscará «promover la prosperidad, seguridad y gobernanza regional» en sus encuentros con las autoridades de estos dos países centroamericanos.
Breier visitará primero Tegucigalpa, el 21 de abril, donde se reunirá con el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, para discutir «la importancia de fortalecer las instituciones independientes que combaten la corrupción y la impunidad tanto con el gobierno hondureño como con la misión de la Organización de Estados Americanos».
«La corrupción contribuye a impulsar la inmigración y socava la prosperidad, seguridad y gobernanza en toda la región», señala el comunicado del Departamento de Estado.
El lunes próximo Breier llegará a El Salvador para «tratar soluciones para encarar las causas de la inmigración salvadoreña», y se verá con autoridades y líderes empresariales además de visitar proyectos gubernamentales para promover el empleo y los esfuerzos contra las pandillas.
El viaje de la funcionaria estadounidense se produce en un momento de tensión entre su gobierno y los de los países que visitará, generada por las críticas expresadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, responsabilizando a los gobiernos locales por no frenar el flujo migratorio.
Trump ha ordenado cortar la asistencia externa que su país otorga a estos países si las autoridades locales no toman medidas.
Para Trump, Estados Unidos vive una crisis humanitaria en la frontera sur por el arribo incesante de migrantes, la mayor parte procedentes de los países centroamericanos, y como solución ha decretado el desvío de fondos del presupuesto para construir un muro en la frontera con México.
El área del gobierno que se encarga del problema migratorio está en crisis por la renuncia que presentó a inicios de abril la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen.
