El presidente de la Central de Cooperativas Cafetaleras, Dagoberto Suazo expuso a El Pulso, que para la cosecha de café 2017-2018 se tiene un estimado de producción de 10 millones de sacos, pese a las grandes dificultades meteorológicas como: frentes fríos y exceso de lluvia en las zonas; por ello se mantiene un pronóstico reservado.
Asegura que es un gran esfuerzo que están haciendo los productores de tener un ingreso que les permita llevar la alimentación a sus familias.
Ha habido perdida por el grano dañado por la lluvia y el frío y no puede ser cortado pero, hasta el momento se mantienen las posibilidades de que se llegué a lo previamente definido.
Suazo afirmó que el café hondureño tiene un mercado seguro, el 80% va a Europa un 15% a Estados Unidos y el 5% restante tiene como destino el mercado de Asia y Australia. Destacó que tiene un ingreso de entre 1,300 a 1,500 millones de Dólares. En el pasado reciente se tuvo un ingreso de 1,330 millones de Dólares en divisas por lo que para el 2018 se estima una cantidad igual o quizá un poco más de esa cantidad. Lamentó la caída de los precios en los mercados internacionales que oscila entre 120 a 125 Dólares en comparación con el año anterior que tenía un precio de 145 y 150 Dólares. Eso provocará que se tenga un ingreso menor de divisas, pero lo más preocupante es que el productor no logré cubrir los costos de producción.
Según Suazo, esto se debe a dos factores: el bajo precio en el mercado internacional y que en el mercado nacional hay una intermediación y que en algunos casos no se paga el precio correcto al producto. Circunstancia que depende de las zonas y del intermediario a quien el productor venda el grano. Por ejemplo: “existen intermediarios que solo pagan entre 65 y 90 Dólares lo que es una fluctuación bastante grande porque los costos de producción del quintal andan en alrededor de 100 Dólares, básicamente el productor en este momento está perdiendo al comercializar su café”.
«El productor en este momento está perdiendo al comercializar su café”.
Al no cubrir los costos de producción, el productor no va tener la utilidad para hacerle frente a sus compromisos financieros tanto con la banca privada como con la banca estatal, y también la banca informal (prestamistas no formales que abundan en el sector cafetalero) por lo que necesita una readecuación de la deuda, no porque el productor no quiera pagar, sino porque no obtuvo los ingresos, y por otra parte para que no afectar la cosecha y que el productor pueda comprar insumos, combatir las enfermedades y nutrir la planta; el productor no va a tener dinero, la planta es un ser vivo que se le tiene que dar de comer, porque si no le presta la atención adecuada se puede perder, en ese sentido es urgente que exista un nuevo financiamiento para poder comprar fertilizantes.
El dirigente detalló que necesitan mínimo de mil millones de Lempiras de financiamiento con un crédito a mediano plazo, y entre cinco y diez años a bajo interés, con la promesa de que pagarán con la cosecha, partiendo de la captación de las divisas que produce el rubro.
La generación de empleos del rubro del café oscilan en aproximadamente un millón de trabajos por lo que se debe implementar una política consecuente con los hondureños que no tienen trabajo, ninguna otra actividad económica de las que se promueven y dan incentivos en país produce la cantidad de empleos que genera el café. Suazo señaló que no se tiene una política coherente con el sector del café, y que es una actividad de producción tan importante en el país y que está en manos de hondureños, de pequeños productores, además agregó que el productor de café ayuda a mantener las fuentes de agua, prevenir los incendios con lo que contribuye a mantener el ambiente. Pero el Estado está más preocupado en traer inversionistas extranjeros comprometiendo la soberanía, porque hay muchos intereses que se juegan en la caficultura.
«Existe mucha gente que se beneficia de que el productor no tenga acceso al financiamiento». La necesidad es establecer una política alternativa de financiamiento que sea automático, sería un mecanismo que permitiría al productor no recurrir al crédito usurero con tasas de interés hasta del 120% anual, el 10% mensual, porque así será difícil que el productor pueda salir adelante, buscar esas alternativas es una obligación para consolidar una economía de la caficultura democratizada.
Por no poder dar de manera adecuada el tratamiento de las enfermedades y en lugar de producir 10 millones de quintales solo se cosechan 6 millones de sacos, lo que implica un riesgo de pérdida del 40% de la cosecha, el efecto sería dejar de percibir unos 1,300 millones de Dólares en divisas de lo que solo se puedan captar 800 millones de dólares y eso seria dramático.
«Existe mucha gente que se beneficia de que el productor no tenga acceso al financiamiento».
El cooperativista consideró que no es cierto que a los hondureños no les guste participar en la recolecta del grano. Para Dagoberto Suazo lo que pasa es que los productores no tienen las condiciones para que gente la de las ciudades puedan vivir durante la temporada, pues las zonas productivas carecen de servicios como el agua potable, servicios sanitarios, lo que hace difícil pernoctar, por lo que la gente de la ciudad no se adapta.
Las personas que vienen de Nicaragua y Guatemala son familias campesinas que viven en condiciones similares a las del productor en la montaña, y este año se le agregó la crisis política, la gente no quiere movilizarse de un departamento a otro y dejar la familia por la incertidumbre de no saber qué puede pasar, por eso se tiene la percepción de que no hay suficiente mano de obra, otro elemento es la falta de organización donde se requiere.
Explicó que el ingreso diario por persona oscila en aproximado de 240 Lempiras, si la persona corta un mínimo de 6 latas por día. Generalmente la actividad la realizan en familia por lo que pueden ganar hasta mil quinientos lempiras diarios a un precio de 40 lempiras por lata, para muchas familias es el sustento de todo el año.
Consultado sobre la controversia de las deducciones de $13.75 del fideicomiso y de las acusaciones de que lo usan para su enriquecimiento personal, porque las agremiados se quedan con $5.50 por quintal de café vendido en el mercado internacional, manifestó que no es cierto. Para las organizaciones solo se destina $1.75 para el Fondo Cafetero, 1.00 dólar para el IHCAFE (Instituto Hondureño del Café) con lo que se trabajó. El Fondo Cafetero es para mantener la red vial cafetalera solo en la zona cafetalera, y el Instituto Hondureño del Café se dedica para a la asistencia técnica, investigación y promoción del café hondureño y se puede comprobar el éxito; hace 15 años solo se producían 3 millones de quintales y en este momento se producen 10 millones, son los resultados, también que no hay zona cafetalera que no haya acceso en vehículo.
Los 9 dólares son el fideicomiso que de inicio sirvió para que el productor readecuara y pagara sus deudas, pero esos 9 dólares regresan al productor, si no tiene compromisos con el sistema financiero.
El 47% sirve de garantía para el financiamiento que haya recibido, el 53% de se le devuelve al productor y existe la deducción de un 1 dólar de un préstamo que recibieron en el pasado pero, el caficultor que no tenga deuda se le devuelve y $50 centavos de un préstamo en el gobierno del presidente Ricardo Maduro, que aunque se condonó, el Estado determinó que se reinvirtiera en los programas de asistencia de fertilización, programas del pequeño productor, programas de diversificación, programas de investigación y es lo que ha permitido que la caficultura a pesar de las dificultades que enfrentan se encuentre en una posición de crecimiento y desarrollo en América Latina y que Honduras sea el principal productor de Centroamérica México y el Caribe, el tercero en Latinoamérica y el quinto del mundo, resultados logrados por la capacidad de la institucionalidad cafetalera, con poco o casi nulo apoyo gubernamental.
Para Dagoberto Suazo, la iniciativa de eliminar las retenciones tiene en contra de la institucionalidad cafetalera, porque hay gente que quiere que desaparezca el Fondo Cafetero, el IHCAFE y las organizaciones gremiales, es como que se quiera desaparecer los colegios profesionales porque todo el que pertenece a un gremio aporta.
El dirigente se pregunta ¿Qué intereses están en contra, qué político anda promoviéndose? Se respondió que hay nombres y que sectores que están financiando la campaña, los sectores que no quieren que se regule la humedad, el nivel de rendimiento, donde quitan el 10% que traducido en números: 10 millones de sacos producidos, sería 1 millón de sacos que se deducen al productor y no lo pagan, ¿por qué no se habla de eso?
Si se quiere proteger al productor porque hablan de manejo con transparencia, pero no se habla de las deducciones por humedad, por grano dañado, la calibración de las peas, que no se le deduzca incorrectamente al productor el 10% que en 1 millón de sacos son 2 mil millones de Lempiras, esos son problemas, si desaparecen las gremiales o el IHCAFE que son los que velan porque la comercialización sea transparente, no están en contra de que el intermediario no gane o el exportador no gane pero, que gane de manera transparente. Uso de ejemplo los gasolineras que saben cuánto gana cada quien, así debería ser en el negocio del café, pero hay sectores que se oponen a esa transparencia, pero se debe lograr.
