La Pandilla 18 (Parte 1 de 3)

EGO17 abril, 2017

La revista InSight Crime, en conjunto con la Asociación para una Sociedad más Justa, ASJ, presentaron el resultado de su investigación sobre Maras y Pandillas en Honduras.   En ese informe se describe la situación actual de las maras y pandillas en Honduras. Se hace un énfasis en la historia, la presencia geográfica, la estructura y el modus operandi de la 18 y de la MS13 en el país. También se analiza cómo podrían estar evolucionando las maras y pandillas para convertirse en organizaciones criminales más sofisticadas.

Este artículo, dividido en tres partes por su extensión, retrata la pandilla Barrio 18 en Honduras, una organización que combina violencia extrema, fuentes rudimentarias de ingresos y contactos con grupos delictivos de alto perfil.

En esta primera parte, InSight Crime nos presenta la Estructura Organizacional y  modus operandi. En la segunda parte habla de la economía criminal: extorsión, narcomenudeo y  otras fuentes de ingresos de la pandilla y en la tercera parte que habla de la pandilla 18,  analiza  la infraestructura con que cuenta la Pandilla 18, sus  códigos, reglas y disciplina.

En otra nota hablaremos sobre la MS13.

Para desarrollar las secciones de la pandilla Barrio 18 y MS13, InSight Crime junto con los investigadores platicaron con más de dos docenas de fuentes no gubernamentales y del gobierno, así como con miembros activos y retirados de las maras y pandillas, quienes solicitaron anonimato.

SAN SALVADOR, EL SALVADOR - MAY 13: A member of the 18th Street Gang (M-18) proudly shows off his gang tattoos on 13 May 2011 in San Salvador, El Salvador, . During the last two decades, Central America has become the deadliest region in the world that is not at war. According to the UN statistics, more people per capita were killed in El Salvador than in Iraq, in recent years. Due to the criminal activities of Mara Salvatrucha (MS-13) and 18th Street Gang (M-18), the two major street gangs in El Salvador, the country has fallen into the spiral of fear, violence and death. Thousands of Mara gang members, both on the streets or in the overcrowded prisons, organize and run extortions, distribution of drugs and kidnappings. Tattooed armed young men, mainly from the poorest neighborhoods, fight unmerciful turf battles with their coevals from the rival gang, balancing between life and death every day. Twenty years after the devastating civil war, a social war has paralyzed the nation of El Salvador. (Photo by Jan Sochor/Latincontent/Getty Images)
(Photo by Jan Sochor/Latincontent/Getty Images)

La Pandilla 18

La pandilla Barrio 18 opera en algunas de las zonas más pobres donde se concentra mucha de la violencia en Honduras. Permite una muy limitada participación en sus círculos más altos, pero recluta colaboradores provenientes de distintas condiciones y orígenes.

Estructura Organizacional

La estructura de la 18 es nominalmente jerárquica. En la cúspide está una figura a la cual ellos llaman el “toro”. La mayoría de estos toros están en la cárcel, aunque algunos están en las calles. Dependiendo de su estatus y longevidad en la mara o pandilla, cada toro tiene una cierta cantidad de células bajo su comando. A estas células se les llama “clicas”. Constituyen la unidad más claramente definida de la pandilla.

A cargo de la clica hay un “homie”. Cada homie tiene una serie de “soldados” a su cargo. Soldado es un concepto omnicomprensivo que abarca todo lo que puede denotar distintos puestos dentro de la mara o pandilla. Los distintos roles dentro del rango de “soldado” no son fácilmente distinguibles para los observadores externos. El rango depende de varios factores, en ocasiones arbitrarios, que van desde una lealtad percibida hacia la pandilla, hasta la predisposición para cometer actos violentos y las amistades que alguien pueda forjar dentro de la pandilla.

Un soldado puede tener una sola zona o varios territorios bajo su mando, dependiendo de su rango. Los soldados también asumen distintos roles. Algunos podrían especializarse en el aspecto financiero, cobrando dineros de la extorsión y haciendo actividades de narcomenudeo. Otros se convierten en “gatilleros”. Dada la importancia que se le da a la violencia en el mundo de la pandilla, no sorprende que los gatilleros frecuentemente tengan una importancia simbólica además de servir una función esencial.

Por debajo del rango de soldado está lo que se llaman los “paisas”. Los soldados cuentan con una serie de paisas a su disposición, normalmente en el rango de entre 5 y 10 jóvenes. Algunos de los entrevistados por los investigadores de InSight Crime citaron dos tipos de paisas: los paisas “firmes” y aquellos que simplemente son llamados sólo paisas. Los firmes, o miembros fijos, son aquellos que están a punto de convertirse en soldados. Han demostrado una extraordinaria lealtad y/o capacidad de trabajo en pro de los intereses de la pandilla. En ocasiones están dispuestos, como en efecto muchas veces lo hacen, a ofrecer sus vidas por el grupo y por su jefe inmediato. “No pueden decir que no”, le dijo un miembro retirado de la 18 a nuestros investigadores, haciendo referencia al concepto de paisa firme.

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Esta devoción hace de los paisas y de los paisas firmes la carne de cañón en las disputas y riñas perennes que caracterizan las relaciones antagónicas de la 18 en contra de sus rivales, contra las fuerzas de seguridad y contra otros actores armados. Algunos podrán ser menos prescindibles que otros, pero todos comprenden que para ser considerados como un elemento importante de la pandilla, tienen que estar dispuestos a morir.

De hecho, estos paisas firmes añoran el día que puedan ser iniciados a través de “el brinco”. Es esencial comprender que la persona que dirija dicha golpiza se convertirá en el mentor de ese miembro y será su jefe inmediato dentro de la pandilla en lo sucesivo. Esta relación muchas veces dura varios años, periodo durante el cual un soldado o un “homie” instruirá y liderará a varios paisas, quienes luego se convertirán ellos mismos en soldados. Si el soldado juega bien sus cartas y mantiene un ojo sobre sí mismo y su gente, puede ubicarlos en distintos vecindarios, ganando un significativo poder dentro de la pandilla.

Por debajo de los paisas están los que se conocen como “banderas”. Estos representan el nivel más bajo dentro de la jerarquía de la pandilla. Todavía no son miembros y muchas veces son reclutados a la fuerza. Estos jóvenes entre 6 y 14 años de edad serán la siguiente generación de paisas. Con el concepto de bandera se indica que sirven de aviso o advertencia, palabra que describe muy bien su función: están distribuidos por todo el vecindario, aunque muchas veces se concentran en las entradas o puntos de acceso a las colonias o en las fronteras. Se comunican emitiendo señales, enviando mensajes de texto, o en ocasiones llamando por celular cuando tienen que alertar a otros sobre la presencia de algún extraño o de los rivales.

Lea ademas…

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Los banderas también hacen otros trabajos dentro de la pandilla. Sirven como mensajeros y portan armas. Recogen y entregan los pagos de la extorsión. Se llevan cerca de las estaciones de policía, merodean por las escenas del crimen y en otros lugares donde se congregan las autoridades. Se encargan de recoger y entregar droga y dinero de las drogas, aunque esto es más inusual. En otras palabras, ellos hacen la mayor parte del trabajo sucio para la pandilla y asumen el riesgo más alto ante la Ley. Todo esto es por un buen motivo: generan menos sospecha y es poco probable que tengan que enfrentar detención judicial al ser atrapados.

El proceso de iniciación podría durar años y podría no terminar necesariamente en una invitación para convertirse en paisa. La relación también podría llegar a un fin natural, ya que el bandera podría abandonar ese camino o pasar a hacer otras cosas en la vida. El ser bandera, en otras palabras, no implica automáticamente una vida plena dentro del mundo de la pandilla. No puede decirse lo mismo acerca de un paisa. Una vez que te gradúas como paisa, hay muy pocas opciones que sirvan de puerta de salida.

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Por supuesto que hay muchos otros colaboradores trabajando para la pandilla. Resulta difícil sino imposible para los analistas y para las autoridades por igual hacer una clara distinción entre los miembros activos, los miembros pasivos y aquellos que están siendo coaccionados a formar parte de su grupo. Un tipo de colaborador con el que cuenta la pandilla es el traficante de droga que opera a nivel local. Aunque las drogas podrían ser manejadas directamente por la pandilla, tienen un distribuidor que no es parte de la pandilla. La 18 se refiere a esta persona como un “traqueto” o “pucher” (esta última se deriva del inglés “pusher” que significa traficante). La pandilla también cuenta con conductores de taxis, mecánicos que arreglan sus vehículos y les facilitan inteligencia, y abogados que los asisten en sus batallas legales.

Las novias también pueden jugar un rol importante en la pandilla 18. Conocidas como “jainas”, estas pueden traficar droga y manejar las finanzas de un homie o de un paisa. También pueden llevar dinero y meter drogas a las cárceles para los toros y otros miembros activos de la pandilla que están guardando prisión. También hay familiares que trabajan como mensajeros, repartidores (mulas) y otros trabajos ocasionales. Los familiares también sirven para esconder droga, armas y otros elementos de vital importancia para los líderes de la pandilla.

Pero realmente son las “familias” las que cubren toda la gama de actividades de la pandilla. En algunas familias hay hasta tres generaciones de miembros activos de la 18. Algunas de esas familias dependen totalmente de los flujos de ingresos provenientes de la actividad que genera la pandilla. Sin embargo, otras familias son víctimas de un único miembro de la familia que decidió unirse a la pandilla. Muchas veces es difícil o casi imposible establecer la diferencia.

En la siguiente parte del estudio de la Pandilla 18: la economía criminal, extorsión, narcomenudeo y  otras fuentes de ingresos de la pandilla.

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