Los campesinos también han estado en primera línea

ABarahona30 septiembre, 2020

Mientras el terrateniente enciende su tractor para darle vuelta todo a su paso. El campesino pide fiado un machete en la pulpería. Mientras el que posee tierras con títulos de dudosa procedencia echa andar su máquina desgranadora de maíz. El campesino junto a su parentela todas las tardes, se sienta en el piso de tierra a desgranar la mazorca, grano por grano.

Benditos sean los campesinos quienes a pesar de las adversidades del sistema oprobioso que les ha despojado de todo, siguen haciendo parir la madre Tierra.

Al igual que médicos, enfermeras, aseadoras de hospitales en el marco de ésta Pandemia del covid-19. Los campesinos también están en primera línea, garantizando el abastecimiento de alimentos en el mercado.

Benditas las manos del campesino quien al despuntar el alba parten hacia tierras alquiladas para hacerlas parir. Acompañado de su cumbo de agua y como sustento en sus entrañas una tasa de café. Lleva un machete, un pujaguante, un pando o a lo mejor un azadón para hacerle frente al inclemente sol o la tenaz lluvia. ¿Quién podrá hablarle aún campesino sobre el amor a la tierra? ¿Acaso el terrateniente?

¿Acaso el empresario y político corrupto sentirán más placer al llevar su bocado que el campesino?

¿Sabrán los perfumados lo digno que es comer en el monte bajo la sombra de un árbol? Esa dignidad les corresponde a los hijos auténticos de la tierra.

La tierra debe ser de quien la trabaja.

Hoy en los tratados de libre comercio en donde el tiburón se come a la sardina. En donde se trae de tierras extranjeras el frijol, el maíz, el arroz habiendo abundante tierra y manos en la hondura nuestra. Organicemos al campesino en cooperativas para que luche y haga suyo lo que de hecho le pertenece.

El campesino pide tierra y le dan 3 metros bajo ella. Una enorme deuda se tiene con los campesinos que trabajan tierras ajenas. Honduras de vocación agrícola cuya tierra está en manos de terratenientes u ociosas. También los campesinos y obreros han sido traicionados por dirigentes vestidos de ovejas que resultan ser después grandes dueños de proporciones de tierra y ganado. Dirigentes que se convierten en lo que juraron combatir.

En éste momento de campañas proselitistas es una buena oportunidad para que elijan personas que les representen y probados en el fuego. Pero más allá de eso de la ilusión electoral, el campesino debe de organizarse y hacer suya lo que de hecho le pertenece: la tierra.

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