Hugo Maldonado, presidente del Comité de Derechos Humanos en Honduras (CODEH), y Melissa Escoto del Centro de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de las víctimas de la Tortura (CPTRT), expusieron en el programa Cuarto Poder la precariedad de los centros penales de Honduras.
Según lo expuesto por Maldonado, la intervención realizada por el gobierno es una “mentira maquillada” en asegurar que han tomado el control de los centros penitenciarios.
“En los cinco meses de querer tomar el control de los centros penales y volver a tener la gobernabilidad de estos, se han suscitado varios factores, como masacres y ahora el Covid-19, pero es una mentira maquillada que se va a poder bajar la vulnerabilidad de derechos al interior de las cárceles y van a tomar el control”.
De la misma forma, Maldonado señala que los centros denominados de “máxima seguridad” solo fue el nombre, pues dentro de estas cárceles ya se han dado masacres y cataloga al Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas), como “una escuelita abierta”.
“Hablábamos mucho de la Tolva, el Pozo, el Porvenir, entre otros, catalogándolos de máxima seguridad donde no entraba ni un alfiler, pero se dio el asesinato de Magdaleno, dos días antes se dio una masacre, esto nos ha venido a quitar la paz y puso de manifiesto la vulnerabilidad de estos centros donde es mentira que exista el control por parte de las autoridades penitenciarias”.
“CEFAS es una pequeña escuelita abierta, allí no han sacado a varias privadas de libertad como lo sucedido con la liberación de el ´Porky´ porque no han querido; Adentro de las cárceles es una situación bastante difícil y crítica”, arguyó.
En el caso del Covid-19, Maldonado criticó que, hasta el día de hoy, los privados de libertad en condición de vulnerabilidad no hayan sido liberados y que, “ni el propio papa” puede hacer algo en la carencia de los centros penales.
“Con todas las carencias en las cárceles, ya puede venir el papa, y no va a poder hacer nada; Desde un principio de la pandemia exigimos que se dotara a los reos de lo básico y que nos prestábamos para visitar los 26 centros penitenciarios para hacer la veeduría. Lo planteamos al Sinager y no tuvo eco nuestra propuesta”.
“Los privados de libertad con tuberculosis, con hipertensión, con problemas bases del Covid, todavía siguen en los centros penitenciarios del país. Hasta el día de hoy, ningún privado de libertad ha salido de la cárcel con el beneficio de la modificación al artículo 84”, detalló.
Por su parte, Escoto denunció que el sistema penitenciario aglomera a personas que están procesadas, pero no han sido condenadas con aquellos que sí lo están; A la vez critica la militarización de los centros penales por parte de las autoridades.
“No hay una separación entre procesados y condenados, aumentando más la vulnerabilidad los derechos; hacemos visitas a los centros penales y en vez de haber un avance, hay un retroceso. Han militarizado los centros y esto ha sido cuestionados por organizaciones internacionales de derechos humanos”.
También, señaló que el hacinamiento en las cárceles del país provocará la expansión del Covid-19 entre los reos a los cuales no se les ha dotado de insumos de protección personal para evitar más contagios de los que ya existen.
“Otro elemento que vulnera a los reos es el hacinamiento, las cárceles están sobrepobladas y se han creado nuevos centros carcelarios pero la situación no mejora. El sistema solo tiene cupo para 10,820 de los cuales hay alrededor de 25,000, es imposible que vaya a haber un distanciamiento social para evitar los contagios de coronavirus, sumado a que no se ha dotado a los privados de libertad de mascarillas, gel o dotarlos de agua constante y por eso ahora vemos el contagio de Covid-19”.
Para ambos expertos en materia de derechos humanos y defensa de los privados de libertad, las cárceles en el país se han convertido en “bodegas humanas” y exigen a la Junta Interventora presentar un informe de su trabajo y así conocer los avances que han tenido desde que se instaló.
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