Los taxistas del punto de taxis La Joya – Centro colocaron un rótulo en la improvisada cabina de espera explicando las razones del cierre y con la leyenda “por motivos de inseguridad y extorsión el punto de taxi cierra labores”. No quisieron explicar que una cuarta banda criminal los está extorsionando.
Según datos aportados por la dirigencia del transporte de taxi, debido a la extorsión se han cerrado alrededor de 30 puntos de taxis colectivos. El más reciente fue el sábado anterior cuando los taxistas que cubre la ruta La Joya-Centro abandonaro el punto por amenazas. El martes restablecieron en servicio, pero de forma parcial.
El 25 de enero fue asesinado, Pedro Anael Ávila García (27) quien era despachador del punto de taxis La Joya – Centro. Con esta muerte comenzó el repliegue de los conductores de taxis colectivos de esa ruta los que cerraron el punto durante tres días. Volvieron a trabajar por la necesidad, volvieron con miedo.
Otro punto de taxis atacado fue el de Los Dolores- Buenos Aires este se ubica en una de las calles de salida del Hoyo de Merriam en el barrio Abajo de Tegucigalpa. El domingo anterior les dispararon provocaron el miedo y se fueron, esto a pesar de que el Core 7 (Jefatura Metropolitana Número Uno) se encuetra a unos 50 metros de distancia. +
La respuesta oficial siempre es positiva y llena de promesas, como la de el coronel Francisco Cámbar, comandante de la Fuerza Nacional de Seguridad del Transporte Urbano (creada en marzo de 2019), quien garantizó que muy pronto se ejecutará “un proyecto” para combatir a los “infiltrados” dentro del rubro afectado. Muy pronto es muy ambiguo, mientras tanta se seguiran contando los muertos.
El presidente de la Asociación de Taxistas de Honduras (Ataxish), Víctor Aguilar, dijo que tras el cierre del punto de taxis de la colonia La Joya de Tegucigalpa existen otros intereses que “se juegan”.
Aguilar no especificó de qué trata la política que quieren implementar, dejó claro que en las próximas horas estarían cerrando otros puntos de taxi.
Manifestó que “los transportistas temen denunciar las extorsiones por lo que hacen un llamado a las autoridades para que actúen de oficio ante el impuesto de guerra”.
Según estimaciones se pagan 21 millones de lempiras al mes a distintos grupos que exigen la extorsión, en lo que va del año al menos 80 personas entre conductores de bus y taxi y cobradores han sido asesinados.
El empresario del transporte, Jorge Lanza ha denunciado que pagan un estimado de 250 millones de lempiras cada año a las organizaciones criminales.
