SAN SALVADOR, El Salvador
El Gobierno de Honduras está interesado en retomar inversiones de capital brasileño a partir de la toma de posición del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el 1 de enero, manifestó el 27 de diciembre un representante diplomático del país centroamericano en el gigante suramericano.
«Estamos retomando las relaciones (…) en el área económica para reactivar proyectos que están paralizados y aprovechando que asume el nuevo Gobierno del presidente Lula, poder retomar esos proyectos y conseguir el financiamiento necesario para realizarlos», expuso el ministro consejero de la Embajada de Honduras en Brasil, Raúl Graugnard, en un vídeo divulgado por la Secretaría de Prensa del Gobierno en su perfil de Twitter.
El 29 de noviembre la presidenta hondureña, Xiomara Castro, había adelantado su presencia en Brasilia para asistir a la inauguración del tercer mandato presidencial del líder del Partido de los Trabajadores (izquierda).
«Este 1 de enero de 2023 estaré viajando a Brasil para la toma de posesión del presidente Lula, y así retomar y rescatar el financiamiento para la represa de Jicatuyo y Los Llanitos, como una propuesta y un plan que se impuso desde el Gobierno del presidente Manuel Zelaya [y] por el golpe de Estado no se logró concretar», expuso la mandataria durante un acto de lanzamiento del programa social Red Solidaria.
Graugnard dijo que realizarán una serie de foros y visitas a las empresas y a las cámaras de comercio de varios estados, como Río de Janeiro y Sao Paulo, territorios donde radican los emporios económicos más fuertes de Brasil.
Entre las compañías brasileñas interesadas en invertir en Honduras citó a la multinacional Andrade Gutiérrez, especializada en obras de infraestructura y una de las mayores de América Latina en ese rubro.
El diplomático hondureño destacó las garantías que ofrece al capital foráneo la Ley de Incentivos de su país.
Datos del Observatorio de la Complejidad Económica (OEC, por sus siglas en inglés) indican que en 2020 Brasil exportó a Honduras bienes por un valor de 103 millones de dólares, en lo fundamental arroz, cerámica sin esmaltar y maquinaria agrícola; mientras en sentido contrario las ventas eran de 11,3 millones, centradas en chatarra de aluminio, cables aislados y restos textiles. (Con información de Sputnik).
