MOSCÚ, Rusia
El secretario general de la ONU, António Guterres, reconoció la influencia que tuvo el exmandatario soviético, Mijaíl Gorbachov, para que concluyera la Guerra Fría y comenzara un nuevo orden geopolítico internacional.
La muerte del último mandatario de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) representa la pérdida de un líder mundial destacado, un multilateralista comprometido y un incasable defensor de la paz, aseguró el secretario general de las Naciones Unidas.
En un comunicado, Guterres expresó sus condolencias a la familia de Gorbachov, así como al pueblo ruso y al Gobierno encabezado por el presidente de Vladímir Putin, quien también lamentó horas antes el fallecimiento del exmandatario.
«[Gorbachov fue] un estadista único que cambió el curso de la historia. Hizo más que ninguna otra persona para lograr el fin pacífico de la Guerra Fría», sostuvo el secretario general de la ONU.
También recordó una frase que pronunció el político nacido en Stávropol, cuando recibió el Premio Novel de la Paz en 1990: «La paz no es la unidad en la similitud, sino la unidad en la diversidad». Según Guterres, Mijaíl Gorbachov predicó con el ejemplo sus palabras, siempre siguiendo el camino de «la negociación, la reforma, la transparencia y el desarme».
«En sus últimos años, Mijaíl Gorbachov aceptó un nuevo reto igual de vital para el bienestar de la humanidad: construir un futuro sostenible cultivando relaciones armoniosas entre los seres humanos y el medio ambiente. Con este espíritu, fundó Green Cross International», señaló el líder de la ONU.
El último jefe de Estado de la extinta Unión Soviética, que se desintegró el 26 de diciembre de 1991, un día después de su dimisión, murió a los 91 años en Moscú tras una larga batalla con una enfermedad renal.
Su fallecimiento recuerda el fin de una era para el mundo. Con el término de la Guerra Fría y la caída del llamado Telón de Acero, el planeta dejó de funcionar en dos bloques: el socialista y el capitalista.
La personalidad estatal y política de Gorbachov marcó el inicio de la perestroika y la glasnost en la URSS. Esta serie de reformas políticas y económicas derivarían, finalmente, en la disolución del bloque soviético. (Con información de Sputnik).
