WASHINGTON, EE.UU.
La presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, emitió un comunicado en el que caracterizó su controvertida visita a Taipéi como una «fuerte declaración de que EEUU apoya a Taiwán».
«La visita de nuestra delegación del Congreso debe verse como una fuerte declaración de que EEUU apoya a Taiwán», dijo Pelosi.
«Vinimos a Taiwán para escuchar, aprender y mostrar nuestro apoyo al pueblo de Taiwán, que ha construido una democracia próspera que se erige como una de las más libres y abiertas del mundo».
Pelosi arribó a Taiwán en la noche del 2 de agosto, el miércoles 3 por la mañana tuvo una reunión con la jefa de la administración de Taiwán, Tsai Ing-wen. Es la primera visita de un presidente de la Cámara de Representantes de EEUU a Taiwán desde 1997.
La Administración de EEUU, advertida por el presidente de China de que «el que juega con fuego corre el riesgo de quemarse», aseveró a Pekín que respeta el principio de «una sola China» y se distanció de la visita de Pelosi, al declarar que ella toma las decisiones por su cuenta.
China percibe a Taiwán como su provincia y siempre se opone a cualquier contacto entre los representantes de Taipéi con funcionarios en ejercicio, y sobre todo con altos funcionarios o militares, de los países con los que Pekín mantiene relaciones diplomáticas.
Pekín exigió a Washington que cancele la visita de Pelosi a Taiwán y cese los contactos oficiales con la isla rebelde.
El pasado 26 de julio, el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Tan Kefei, prometió que el Ejército de Liberación Popular no se quedaría de brazos cruzados si Pelosi efectúa la visita a la isla.
Los vínculos entre China y la isla de Taiwán se rompieron en 1949 después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran a ese archipiélago. (Con información de Sputnik).
