El istmo que duerme

Redacción El Pulso2 agosto, 2022

(Por: Óscar Esquivel)

Desmembrada desde la invasión española y pese a los esfuerzos por su unión política, económica y social, nuestro istmo centroamericano sigue caminando a pie, mientras otras naciones vuelan. Y no es que los esfuerzos realizados por sus habitantes hayan sido mínimos o que las luces de sus hombres y mujeres fueran llamarada de tusa, todo lo contrario; los sacrificios de nuestros pueblos han sido incuantificables, desde el fusilamiento de sus líderes pasando por guerras civiles, entre países y la guerra encubierta; la pobreza: la llama por hacer de una Centroamérica fuerte, respetada, solidaria, digna, sigue latente.

El intelectual hondureño Alfonso Guillen Zelaya en una conferencia a la que llamó “la inconformidad del hombre” dada en la universidad de San Carlos en 1945 decía lo siguiente: “…Los centroamericanos no nacemos sobre la superficie de la tierra, sino debajo de la tierra. Tenemos que gastar tiempo y lucha y sangre para romper la pesada costra que nos cubre al nacer, a fin de darnos cuenta de que existe la luz. Nuestro esfuerzo es más difícil, más doloroso e intenso que el de los pueblos afortunados que nacen en contacto con los progresos de la técnica, con las conquistas de la cultura y cuentan con oportunidades que nosotros nunca hemos tenido…”

La pesada costra que nos refiere Guillen Zelaya no ha sido superada a pesar del tiempo: los centroamericanos migran por miles a diario a causa de la pobreza e inseguridad hacia Europa y principalmente a Estados Unidos de Norteamérica. Según el portal de migración regional, la migración regional en los últimos 30 años (1990-2020) ha aumentado en un 137% pasando de 6,82 a casi 16.2 millones de personas siendo los países de mayor migración: Honduras y Guatemala y los de menor migración Costa Rica y Panamá.

La inestabilidad política y social sigue siendo factura bastante alta que no hemos podido saldar, nuestras democracias siguen moviéndose en la cuerda floja con presidentes encarcelados y extraditados por narcotráfico, corrupción. Hemos sido incapaces como países de crear una institucionalidad fuerte, capaz de caminar por sí misma, lo que no significa vivir como isla.

Hay organismos regionales que se han creado para buscar la unión centroamericana sin resultados de gran envergadura; Un parlamento centroamericano donde no está Costa Rica, y que no tiene mayor influencia en asuntos de cada Estado. Existen voces de otros países que buscan retirarse del organismo regional, alegando ser refugio de diputados que carecen de capacidades para robustecer el PARLACEN. En materia de justicia también existe una Corte Centroamericana de Justicia que corre la misma suerte que el parlamento. Hay que corregir lo que haya que corregir en estos organismos, pero su existencia es vital para la integración.

En materia económica, Centroamérica es un gran mercado con una población de 61.4 millones de habitantes, sin embargo, con una inequidad entre países y con altos niveles de pobreza en sus habitantes, a la vez que con altos niveles de endeudamiento interno y externo.

Costa Rica y Panamá que poseen menor población tienen mayor ingreso per cápita, pero son de los países más endeudados de la región con 37.135 millones de euros el primero y con 31.419 millones, el segundo ¿Viven con una bomba de tiempo? ¿Acaso la estabilidad social de la que gozan en la actualidad es un placebo?

(https://datosmacro.expansion.com/paises/grupos/sistema-integracion-centroamericana)

Por supuesto que los desastres naturales han contribuido a que el cinturón de américa se encuentre en la situación actual, también enfermedades como la pandemia del covid 19 han hecho su parte. El narcotráfico tampoco es que no haya contribuido a nuestra miseria como países. Pero no podemos olvidar la posición geopolítica de la región que entra en disputa entre potencias extranjeras: águilas y dragones buscan repartirse nuestras riquezas.

Nuestra balanza comercial sigue siendo deficitaria, siendo Guatemala el país que mayor importa bienes, seguido por El Salvador con 7. 2 millones de Euros de déficit comercial y Guatemala con 10.9 millones (https://datosmacro.expansion.com/comercio/balanza).

Seguimos siendo una economía primaria donde exportamos guineos(mínimos) e importamos servicios tecnológicos.

Que tragedia la de nuestros pueblos; la bestia, el desierto o los grupos criminales son menos peligrosos que las realidades que viven a diario muchos de nuestros pobladores y que se ven obligados a emigrar. Y son estos, los desterrados, los que sostienen las economías nuestras.

En el triángulo norte, las remesas representan el 24 % del producto interno bruto de El Salvador y Honduras, y en Guatemala el 14. 6 %. Dinamizan la economía del migrante, de sus familiares y de sus comunidades.

Por supuesto que han existido avances, pero estos no han sido suficientes para salir de la situación económica, social y política en la que nos encontramos. No ignoramos que existe mayor acceso a la información, mayor participación ciudadana pese a los riesgos que corre enfrentarse a cualquier” ídolo de barrio”. Nuestra fe descansa en el despertar en consciencia y acción de nuestros pueblos.

Soñamos con una Centroamérica más equitativa, fuerte, respetada en el concierto de las naciones del mundo. “Soñaba el abad de San Pedro y Yo también se soñar”. Esa es la fe que profesamos: que el istmo no sea solamente tráfico de mercancías sino la unión de nuestros pueblos y que se convierta al fin lo que está destinada a ser, una nación próspera y desarrollada para sus habitantes.

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