(Por: Gilberto Ríos Munguía •) El 20 de julio se conmemora en Honduras el día del indio Lempira, defensor de la soberanía de los territorios indígenas, feroz combatiente contra la tiranía de la Corona Española y su genocidio (1537) y un orgullo hondureño universal, su nombre es el de nuestra moneda nacional.
El gobierno de Biden en la misma fecha publicó nuevamente la lista Engel, ampliamente constituida por personajes de fama nacional y regional, por sus vínculos al narcotráfico, crimen organizado y las estructuras financieras para el saqueo del Estado de Honduras; la diferencia en esta ocasión son los nombres agregados, que revelan una intención política negativa contra el gobierno de la Alianza Política conformado por un gran número de fuerzas y encabezado dignamente por la compañera presidenta Xiomara Castro de Zelaya, al revivir los argumentos del golpe de Estado y la persecución que desató el régimen anterior contra dirigentes de la oposición.
El periodo político en la región podría caracterizarse por el avance de fuerzas progresistas y democráticas en América Latina; Brasil, el sub imperio regional, muestra una clara tendencia hacia la izquierda que lidera el expresidente Lula da Silva. El conjunto de victorias recientes que significaron México, Chile, Bolivia (luego del golpe) y posteriormente Honduras y Colombia, muestran un acumulado bastante desfavorable de la hegemonía norteamericana. La Cumbre de las Américas fue una síntesis de esas debilidades que develan constantemente sus desaciertos internacionales y su autoaislamiento.
Las constantes y escandalosas masacres en sus escuelas secundarias y la prevalencia de los intereses de la industria armamentista -de sus principales motores económicos- por encima de la vida de seres humanos connacionales y de otros pueblos del mundo, denotan su decadencia y crisis de valores. A la vez su propia clase proletaria hoy es víctima también de las sanciones irracionales con las que han bloqueado el libre comercio en el planeta. No obstante, la multipolaridad es más clara que nunca, y el rezago del imperio norteamericano refleja su acelerada caída.
Juan Orlando Hernández fue su principal aliado desde el gobierno del expresidente Porfirio Lobo (2010 -2014), ellos fueron continuadores del golpe de estado, pero perpetradores del principal crimen: continuar con el desmontaje del Estado y las empresas nacionales, bajo la lógica neoliberal al mismo tiempo que comprometían la economía nacional desde sus gobiernos ilegítimos, con los capitales del narcotráfico, el temible sistema financiero de Honduras y los capitales trasnacionales de orígenes oscuros. En todo su proceso Juan Orlando estuvo siempre acompañado y plenamente apoyado por el gobierno de los Estado Unidos.
Con mucha tristeza vimos renacer esta semana a la hipocresía mediática en su máxima expresión; portadas de diarios que combinaron los rostros de los dirigentes del Partido Libre Abogado Enrique Flores Lanza, el Diputado Prof. Edgardo Casaña y el diputado Abogado Rasel Tomé, con los de sicópatas como el “Tigre” Bonilla Ex jefe de la policía y sicario de la oligarquía, David Castillo uno de los asesinos intelectuales de la compañera Berta Cáceres y otros jefes intermedios del hampa en el país, ampliamente conocidos por el pueblo y antes también publicados en los listados en cuestión.
Las ideas de cambio del nuevo gobierno son claras; el rescate y la reforma estructural del Estado colocan indefectiblemente en coordenadas de colisión los intereses de las grandes mayorías con los de la élite; En las redes algunos incautos a la par de un ejército de bots, confunden la opinión pública, las premisas tiene el claro objetivo que desalentar el apoyo popular al gobierno. “Todos los políticos son iguales”, “Este gobierno es más de lo mismo”, “lo mismo es una dictadura de derecha que una de izquierda”, etc. Estimulando una matriz de inconformidad ante una crisis nacional que es generada en gran medida por la herencia de 13 años del régimen del narco tráfico y también por la situación económica mundial como efecto de la guerra ruso-ucraniana.
La batalla por una sociedad socialista y democrática, que produzca una población profundamente humanista, con pensamiento crítico, sensibilidad social y conciencia política es el gran objetivo; Los prejuicios ideológicos están a la orden del día en el debate público, pero sobre estas opiniones lo que abunda es el distanciamiento de los hechos, el desconocimiento de los mismos y una sistemática campaña de la oligarquía que intenta debilitar el novel gobierno y desestimular su enorme apoyo en las masas populares demostrado en las pasadas elecciones.
La refundación de la soberanía política, económica y cultural, pasa también por el rescate de la Corte Suprema y la restauración de la soberanía en lo referido a la Justicia; en los últimos 40 años del periodo seudo democrático del país, las leyes -en su base fundamental-, han acompañado el proceso de acumulación económica de las élites, generando pobreza, miseria y exclusión. En enero del 2023 se elegirán 15 magistrados /as para la nueva Corte y los meses que nos separan de esta fecha se convertirán en campos de batalla en lo que no deberá falta el pueblo consciente y el espíritu de Lempira.
(•) Dirigente del Partido Libertad y Refundación.
