Ajuste de cuentas

Redacción El Pulso29 junio, 2022

(Por: Óscar Esquivel) A partir de aquel domingo 28 de junio de 2009, hace 13 años, se impuso la muerte, el terror, la violencia. El Golpe de Estado, la ruptura del orden constitucional no son palabras vacías, sino que son hombres y mujeres que perdieron su vida, mujeres que fueron violadas, ancianos, niños, mujeres y adultos gaseados ¿Dónde están los culpables?

Sangre de mártires, semilla de libertad es una palabra ambigua sino se hacen cuentas y se lleva ante la justicia a los responsables. Y aún así las cuentas quedarán pendientes.

Como se revive a un joven que recibió «43 puñaladas por la espalda y 3 cortes con machete en la cabeza». Pedro Magdiel para ese entonces tenía 23 años, hoy tendría 36. ¿Qué de sus sueños? ¿Quién lo asesinó, quién ordenó su muerte? ¿Qué de Wendy Ávila? La joven que andaba de aquí para allá con Edwin en su moto; murió a causa de los gases lacrimógenos que se repartían como confites ¿Quién responderá por su muerte?

Y eso de falsificar una firma de un presidente ¿No es un delito? ¿Los militares y policías de aquel entonces son los mismos de hoy? Acaso la gran nación del norte ¿Ya no se involucra en asuntos internos del país?

¿Dónde está Gerónimo González echándose “hasta siempre comandante “? Nadie podrá sustituir su guitarra y sobre todos sus anhelos de una patria para las mayorías. ¡No basta con decir presente!

El presidente Manuel Zelaya fue el símbolo del golpe de Estado, sin embargo, el hombre y la mujer de a pie fueron los más golpeados ¿hagamos las cuentas?

¿Qué de aquellas mujeres que fueron golpeadas en sus piernas con toletes para después violarlas con el mismo objeto? ¿Quién pagará el asesinato en aquellos días de miembros de la comunidad gay?

13 años han transcurrido y ahora se está en el poder político ¿Qué de esos funcionarios que hoy ocupan ministerios y otros altos cargos que no asumieron a la hora en que la patria reclamó su deber ciudadano? Hoy desde una cómoda posición se dice que no se luchaba por una oportunidad de trabajo, cuando son ellos los que lo tienen; con altos sueldos, carros de lujo y con guaruras. Estamos claros que no se luchó y no se lucha por un puesto de trabajo, se lucha por algo más sagrado que almas rencas nunca entenderán, se luchó y se sigue luchando por el bienestar de las mayorías, pero tampoco se crea que sé es tonto, haciendo de la vista gordo ante los oportunistas, mapaches y los que tienen el único mérito de afinidad con la familia presidencial.

Dar un golpe de Estado para luego ir a morir de viejo, suena atractivo, romper el orden constitucional para luego sentarnos en negociaciones, porque eso es política, es cómodo. Pero, y, ¿Manuel Flores? Manuel Flores, aquel maestro que fue asesinado en su centro educativo. ¿Quién lo revive para que siga impartiendo el pan del saber? Sabrán esos mapaches de qué hablan cuando dicen sangre de mártires y semilla de libertad.

Hagamos cuentas, hagamos justicia, veamos sí nos deben o les debemos.

¿Quién le curará el dolor al Doctor Valeriano de aquellos latigazos que recibió en su espalda? ¿Quién aliviará la ausencia de los que tuvieron que irse del país para salvaguardar sus vidas?

“La orden era matarlo y decidí enviarlo a Costa Rica” fueron las declaraciones de Romeo Vásquez Velásquez ¿Qué hay detrás de esas declaraciones? ¿Acaso se le debe por esa acción “magnánima”?

Muchos actores de aquel entonces son los mismos que hoy rodean a la presidenta Xiomara y ella lo sabe, ya que asumió la vanguardia en aquellos días trágicos.

Prohibido olvidar ya que hasta el momento las cuentas no nos cuadran, sobre todo con aquellos, los humildes como dice la canción, con los “nadies” como dice Galeano.

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