Por los mártires

Redacción El Pulso28 junio, 2022

(Por: René Alfaro) Se cumplen trece años del fatídico golpe de Estado que acabó con la insipiente democracia que gozaba la sociedad hondureña y con ello vino mas de una década de terror, destierro, persecución, venta de la soberanía, violaciones sistemáticas a los derechos humanos, desmembramiento de todo el aparato estatal, saqueo a las instituciones y la conformación de una red criminal que convirtió a Honduras en un narcoestado.

Luego de infructuosos esfuerzos para contener el virulento ataque las fuerzas más conservadoras tanto nacionales e internacionales, la resistencia popular se convirtió en el partido Libertad y Refundación, el cual sería el vehículo para la toma del poder por medio de la vía democrática.

Es así que al tercer intento y después de dos monstruosos fraudes, reconocidos por sectores de la comunidad internacional, Libre, accede a la presidencia de la república, mediando una amalgama de fuerzas políticas que permitió derrotar al partido nacional en noviembre de 2021.

Pero como en toda lucha, hay víctimas, en el camino quedaron cientos de valiosos hondureños que resistían valientemente las bayonetas, el gas lacrimógeno, el tolete, la cárcel y la represión que los órganos represores ejecutaban, contra toda fuerza que reclamaba libertad y democracia.

Es así, que, desde el cinco de julio de 2009 a la fecha, organismos de derechos humanos han reconocido casi 200 asesinatos con motivación política, seguramente nunca habrá consenso de la cifra real de caídos, las formas de ejecución de los cuerpos represivos son diversas y algunas de ellas, se enmascaran como accidentes o asaltos.

A diferencia de las conmemoraciones anteriores, la actual esta revestida de un aura diferente, la enseña rojinegra, logró alzarse con el triunfo en los comicios generales del año anterior, por primera vez, una agrupación de izquierda ocupa la casa presidencial.

Esto implica enormes retos, inicialmente, desmontar todo el engranaje mafioso instaurado durante más de una década del juanorlandismo, segundo, crear las condiciones políticas, sociales y económicas, para parar los altos índices de pobreza, exclusión y desigualdad que se acentuaron desde el rompimiento del orden constitucional.

Con unas finanzas en bancarrota, como lo declaró a inicios del gobierno, la secretaria de Finanzas, Rixi Moncada, una burocracia arraigada, miles de acuerdos de contratación otorgados en los últimos días del régimen, la situación se vuelve más compleja.

Las bases de Libre, exigen participación en las instituciones, pero de igual forma, piden que los funcionarios tengan un comportamiento diferente, con actuaciones rectas, enmarcadas en la ley, apegadas a la crisis que se vive y por, sobre todo, respetando los postulados y la propuesta de refundación del país.

Por otro lado, la derecha rancia, apuesta a un desgaste pronto de la popularidad de la presidenta Xiomara Castro, para conseguir tal objetivo, han desplegado una sistemática campaña propagandística, para culpar a la actual administración, de todos los males dejados por los miembros de la enseña con la estrella solitaria.

Es así, que, desde tempranas horas, los noticieros siguen al pie de la letra un guion, que, por medio de analistas y comentarios sesgados de los directores de medios, imputan los altos precios de los combustibles, la inflación, el desmesurado endeudamiento, la carencia de medicinas, los elevados precios de la energía, la criminalidad, la regordeta burocracia, entre otros, al directorio de Castro Sarmiento.

A eso se suman, los militantes de la organización política, comparada por funcionarios estadounidenses con la mafia siciliana, quienes parecen sufren amnesia y han olvidado que, durante su guía, las escuelas quedaron en el abandono, la ENEE fue prácticamente destruida, los ríos, montañas, carreteras y otros fueron concesionados. La salud fue tercerizada y todos los recursos del Estado fue arrasado por una horda delincuencial.

Es por eso, que cada empleado que asuma una responsabilidad dentro de esta administración, por muy pequeña que esta sea, debe brindar lo mejor de sí, obrar con honestidad, disciplina, esmero, humildad, anteponer los intereses patrios a los personales o de grupos.

Deben servir y no servirse, manejar sus acciones apegadas al derecho y por, sobre todo, tienen la imperante obligación de no defraudar a un pueblo que ha depositado sus esperanzas en la promesa de cambiar el rumbo de esta nación y encarrilarla por la ruta del desarrollo y bienestar de las mayorías.

El reto es mayúsculo, este 28 de junio, no es una fecha cualquiera, es el tiempo de la reivindicación, de la refundación y de honrar la memoria de quienes entregaron su vida por esta causa. Por Isy Obed, Wendy Ávila, Pedro Magdiel, Emmo, Omar Rodríguez y otros cientos de valiosos compatriotas que físicamente no están, NO SE PUEDE FALLAR.

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