Parientes de Maduro hostigan a dama para que abandone negocio en Quinchon

Redacción El Pulso10 junio, 2022

TEGUCIGALPA, Honduras

Parientes del expresidente hondureño Ricardo Maduro, quienes son propietarios de la denominada Casa Quinchon, situada en el casco histórico de la capital, están presionando a una emprendedora y propietaria de una cafetería, identificada como Yamileth Velásquez, para que abandone el establecimiento a pesar que la afectada alega tener sus pagos al día.

Asimismo, señaló que los presuntos chantajes que suele sufrir a manos del administrador del establecimiento, Armando Flores Hernández, es para que abandone el establecimiento y que daría pie para que pague una suerte de multa por incumplimiento de contrato.

El pecado de la empresaria es denunciar las condiciones antihigiénicas que priman en el local, entre ellos, la falta de operación de equipos extractores de olores, entre otras irregularidades, por lo que es víctima del vandalismo, supuestamente ordenado por la administración del local.

VANDALISMO. Aseguró que «alquilamos un local para cafetería en Casa Quinchon y hemos sido amenazados y hostigados. También hemos sido víctimas de destrucción de la propiedad; ingresan al local sin ningún permiso y todo esto con la intención de que cerremos el negocio porque no estamos de acuerdo que se aumenten los precios».

Lamentó que la Policía Nacional haga la vista gorda ante la arremetida que sufre a diario. También cuestionó a los medios porque no quieren abordarla para hacer acopio de la denuncia.

«Vinimos aquí con el supuesto dicho de vuelve al centro y que hay que ayudar a renovar la economía, nos engancharon para que hiciéramos el esfuerzo y que todo iba a mejorar, pero nunca a mejorado nada, todo empeoró», dijo.

Es más, añadió, al menos perdió unos 60 mil lempiras en electrodomésticos que usaba para producir alimentos y bebidas; hace un tiempo sufrió un ataque cuando personal de fumigación le envenenó comida lista para ser vendida, miembros de mantenimiento le arrancaron el lavamanos, le cortaron la energía y el servicio de gas.

Sostuvo a El Pulso que tiene sus pagos al día y en cuanto al local, afirmó que tiene cancelado el alquiler hasta julio.

«Este es el séptimo día que llevo sin energía eléctrica y sin deber nada me cortaron el servicio de agua, e ingresan al local sin permiso», aquejó.

PRECIOS ONEROSOS. El precio de cada establecimiento, dijo, suele ser variable, por lo que los precios oscilan entre los 240 y 250 dólares y el administrador Flores no acepta pagos en lempiras y «no dan mucha explicación del porque no aceptan lempiras, ellos no dan explicación de nada».

Afirmó que «tenemos más de un año de estar solicitando hablar con Fernando Castillo Callejas -dueño del lugar- para arreglar este problema y él se niega a escucharnos, también hemos querido hablar con Armando Flores Hernández, pero solo hemos recibido amenazas y malos tratos de parte de él».

Dijo que «el dueño del lugar es el esposo de la hija del expresidente Ricardo Maduro y me imagino que es familia de los Callejas, creo que es sobrino no lo tengo muy claro y son los del proyecto vuelve al centro».

El local ubicado en Casa Quinchon que administraba la afectada permanece fuera de servicio por órdenes superiores. La emprendedora denunció que buscan echarla para cobrarle lo que resta del contrato, hecho que calificó de abuso.

ADMINISTRADOR LA HUMILLA. Al ser cuestionada sobre qué tipo de malos tratos ha recibido por parte de Flores Hernández, la perjudicada detalló que «él nos grita, tiene formas abusivas de referirse a nosotros, él dice que es abogado y que puede hacer con nosotros lo que quiera, que las autoridades están de parte de ellos por ser quienes son y que una denuncia o cualquier tipo de proceso de parte de nosotros no va a proceder».

Precisó que por más de ocho meses le ha tocado sufrir todo tipo de acosos «no estamos de acuerdo con varias cuestiones que suceden aquí, por ejemplo hace más de un año que solicitamos que funcione el sistema de ventilación de extracción de olores y no funciona, hay roedores y hemos tenido quejas porque hay demasiado humo y contaminación adentro».

Indicó que «a los clientes de nuestra cafetería, como nosotros protestamos, no les permiten estacionar sus vehículos o les faltan al respeto viniendo a las mesas y diciéndoles que tiene que salir aquí directamente, incluso les han dicho que nuestro negocio está cerrado».

«Si usted le dice a los guardias que viene a nuestro negocio ellos le dicen que desde hace seis meses el café está cerrado o sea que nosotros no existimos y hace cuatro meses ya los clientes definitivamente los sacaban y no les permitían entrar, incluso tengo videos de clientes que están peleando con el guardia porque les dice no pueden comprar en este local que tiene que ir a comprar a otro negocio», exteriorizó.

Agregó que tampoco les permiten publicitar la cafetería en las redes sociales de Casa Quinchon y tampoco dejan que pongan rótulos en el local.

PRÁCTICAS RECURRENTES. No es la primera vez que la administración del local hace desplantes, amenaza a locatarios y usa a guardias para atacar a quienes están inconformes con sus políticas.

Un empresario denunció que en cierta ocasión negoció el arrendamiento de un local para oficinas, por lo que la gerencia cerró trato con él, le tomó el anticipo y días después le mandó a decir que el contrato se rompía sin causal.

«Si bien nos devolvieron el dinero del depósito, pero lamento la conducta informal de quienes administran Casa Quinchon porque nos obligó a cambiar todos los planes que teníamos para poner a funcionar nuestro negocio», denunció el afectado a este periódico.

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