Los 100 días de gobierno

TEGUCIGALPA, Honduras

Los 100 días de gobierno. La evaluación de los primeros cien días de gobierno de la mayoría de los mandatarios del mundo occidental es una tradición que se remonta a los años 30’s del siglo pasado, específicamente en los Estados Unidos de América, con el acenso a la presidencia de ese país Franklin Delano Roosevelt.

La nación norteamericana estaba sumida en la llamada gran depresión, una de las mayores crisis que han afectado a las economías de los países industrializados. Para el año 1933 más de 10.000 bancos habían quebrado, el desempleo afectaba a la cuarta parte de los trabajadores de la nación estaba sin empleo, las bolsas de Nueva York y Chicago estaban cerradas, se había perdido un tercio de su riqueza en cuatro años.

El mandatario norteamericano que asumió la máxima magistratura en enero de 1933, tenía el reto de reencausar a ese país por la senda de la estabilidad financiera y hacer frente al panorama devastador que vivía millones de ciudadanos.

Durante los cien días de mandato, promulgó quince leyes, cuya prioridad era hacer que los estadounidenses volvieran a trabajar, proteger sus ahorros y crear prosperidad, brindar alivio a los enfermos y ancianos, y recuperar la industria y la agricultura, Fue así, que se acuñó y volvió una tradición evaluar la primera centuria de cada administración, algo de lo que no escapa la titular del poder ejecutivo de Honduras, así pues, hacemos un repaso del desempeño de Xiomara Castro Sarmiento.

Luego de una abrumadora victoria electoral, que acabó con doce años del régimen nacionalista, ocho de los cuales estuvo al frente, el extraditado Juan Orlando Hernández, el partido libertad y refundación se aprestó para asumir las riendas de la patria. Los días previos a la toma de posesión, fueron tumultuosos, disidencia parlamentaria de libre, pretendió dirigir el poder legislativo, expulsiones, vigilia y colectivos de la agrupación rojinegra visitaban las casas de los discordantes diputados presionándolos para que recularan a tal emprendimiento.

Ese paisaje era el preludió de lo que encontraría la primera mujer presidenta de este país centroamericano, una economía en bancarrota, con las arcas vacías, contratas que entregan la soberanía nacional y los recursos naturales, leyes que priman la impunidad, la opacidad, por sobre la transparencia. Altos índices de pobreza, miseria, corrupción, flujo masivo de compatriotas en busca del mal llamado sueño americano, desmembramiento del sistema de salud, mediante la tercerización, un deterioro sin precedentes de los centros educativos, colapso del sistema productivo, instituciones intervenidas, que más que buscar la mejora de las mismas, tenían la misión de encubrir la suciedad y podredumbre del saqueo descarado de los bienes.

Con un horizonte nada halagüeño, la mandataria, junto con la mayoría parlamentaria con que cuenta, han hecho algunos movimientos para la reconstrucción de la institucionalidad perdida, el desmontaje de todo el andamiaje corrompido que hundió la economía familiar de un significativo número de catrachos. Es así que, en estos cien días, ha conseguido dar pasos para la recuperación de la soberanía al derogar las Zonas Económicas de Desarrollo y Empleo, otros que reivindican el carácter humanista, tales como: la supresión de la ley del empleo por hora, reformulación al presupuesto general de la república que refleja un aumento a las secretarías de Salud y Educación. De igual manera, se ha reducido vía formula el precio de los combustibles, que se tradujo en diez lempiras menos de forma permanente, se subsidió la energía eléctrica para los hondureños que consumen menos de 150 kilovatio al mes, se le devolvió la nacionalidad al padre Andrés Tamayo, un incansable luchador por la conservación de los bosques, expatriado por los golpistas en 2009. A la lista de verificación de la esposa del derrocado exmandatario Zelaya, se suman: La eliminación de la norma que mantenía en secreto el manejo de los fondos nacionales, avance para la instalación de una Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad CICIH, se liberó a cientos de compatriotas encarcelados por cuestiones políticas, como los presos de Guapinol. Aún queda mucho por hacer, algunas de las tareas pendientes están: La creación de una policía comunitaria, depuración del sistema judicial, cambio del fiscal general, elección de un Comisionado Nacional de Derechos Humanos al servicio de la comunidad y no a los grupos de poder, abrir espacios en el aparato gubernamental, para el nutrido grupo de dirigentes y simpatizantes que lucharon para alcanzar el poder. A lo anterior se suma, el combate a la extorsión, atracción de inversión nacional y extranjera para la generación de empleos dignos, transformación educativa para adaptarla a la nueva realidad, rescate de las empresas como la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, Hondutel, Banadesa y otras que fueron sometidas a un deterioro sistematizado para ser entregadas a un grupúsculo carroñero, llamados empresarios. Igualmente, es preciso la definición de una verdadera estrategia comunicacional, donde se profesionalice el canal y radio nacional, para marquen la línea editorial, no como sucede en la actualidad, donde los medios pertenecientes a los grupos de poder, llevan las vos cantante. Sin duda, hay mucho por hacer, pretender que en un corto tiempo se logre recuperar todo lo perdido en décadas de desgobierno es pecar de ingenuo y ser un candidato ideal para la desinformación y manipulación mediática.

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