MOSCÚ, Rusia
El portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, condenó la iniciativa de Estados Unidos de incautar en beneficio de Ucrania los activos de entidades e individuos vinculados al Kremlin.
«Es un precedente muy peligroso, una flagrante violación de todas las normas legales y tergiversación de los conceptos jurídicos. No es otra cosa sino expropiación de propiedades privadas y un intento de legalizar tal expropiación», declaró Peskov a los periodistas.
El plan estadounidense, agregó, suscita «una profunda incomprensión y rechazo».
La Casa Blanca anunció el 29 de abril que el presidente Joe Biden enviará al Congreso propuestas para establecer nuevas autoridades a fin de confiscar «propiedades vinculadas la cleptocracia rusa» y utilizar lo recaudado en apoyo a Ucrania.
También se creará un nuevo delito penal, para criminalizar a «cualquier persona que posea a sabiendas o intencionalmente «ganancias obtenidas directamente de tratos corruptos con el Gobierno ruso».
Las propuestas fueron elaboradas en estrecha consulta con socios interinstitucionales, entre ellos los departamentos de Estado, del Tesoro, de Justicia, de Comercio, según la Casa Blanca, y EEUU está trabajando con aliados y socios para localizar bienes rusos en todo el mundo.
El 27 de abril, la Cámara de Representantes de EEUU aprobó por 417 votos a favor y 8 en contra una proposición de ley no vinculante que instaba al presidente Biden a incautar activos de más de dos millones de dólares pertenecientes a empresas del sector energético ruso o nacionales extranjeros cuya riqueza esté vinculada al Kremlin.
Se trata de inmuebles, yates, aviones y demás bienes de oligarcas y empresas rusas que están sujetas a las sanciones en EEUU.
Según el anteproyecto, EEUU podría administrar, liquidar y vender tales activos en beneficio del pueblo de Ucrania, particularmente para promover la reconstrucción posbélica, la ayuda humanitaria, la asistencia a las fuerzas de seguridad ucranianas y el apoyo a los refugiados ucranianos.
Numerosos países condenaron la operación militar que Rusia lanzó el pasado 24 de febrero para «desmilitarizar» y «desnazificar» Ucrania y activaron varias baterías de sanciones individuales y sectoriales que buscan elevar el costo del conflicto para Moscú.
Por primera vez las restricciones incluyen la desconexión parcial de Rusia del sistema SWIFT, la congelación de sus reservas internacionales, el embargo sobre la importación de algunos agentes energéticos, así como el cierre del espacio aéreo, puertos y carreteras para transportistas rusos. (Con información de Sputnik).
