De jueza a empresaria: Gracia destaca en EE.UU. con la melancolía por SPS

Redacción El Pulso19 marzo, 2022

TEGUCIGALPA, Honduras 

Con sentimientos encontrados y la nostalgia a flor de piel, la exjueza de sentencias del Poder Judicial y abogada de profesión Gracia María Bertrand contó a El Pulso lo que significa para ella haber dejado atrás Honduras y abrir sus alas en EE.UU. para cumplir sus sueños.

Esta mujer, muy activa en Twitter, demuestra ser de carácter, aguerrida, directa y sin ambages, llama las cosas como son y si observa una injusticia no se guarda nada, aunque le genere muchas veces enemigos gratuitos y muchos elogios y grandes amistades; a pesar de haber sido operadora de justicia, no olvida sus orígenes cuando vendía comida y ahora retorna al negocio.

En sus escritos, cuestiona a la clase gobernante hondureña, repudia las injusticias, sostiene fuertes debates con quienes dirigen el país y se decanta por la poesía; a juzgar por lo que coloca en sus tuits, es amante de los versos del chileno Pablo Neruda y otros.

En esta ocasión, Bertrand, dejó a un lado la toga y su martillo de madera; apartó las pilas de documentos que leía con pasión y tesón para emitir sentencias en nombre del Estado y dio un paso adelante para incursionar en un negocio que fundó: un supermercado en un país donde los inmigrantes tienen pocas posibilidades de éxito.

Nuestra hondureña a pulso no espera que nadie la ayude y con el sudor de su frente se convierte en un soporte de la quebrada economía hondureña junto a más de un millón de connacionales que aportaron en 2021 más de siete mil millones de dólares en remesas.

No le resulta extraño volver al campo de los números, pues en el negocio de la venta de alimentos tenía claro qué comprar y dónde hacerlo, cuadrar la caja para ver la ganancia del día. Ahora, con el supermercado en sus manos, observa que todo funcione de la manera más correcta. El comercio y la justicia siempre han sido las dos aliadas de esta dama soñadora y sus dos hijos son su fuente de inspiración.

No deja de tener razón el dramaturgo alemán Bertolt Brecht cuando planteaba que: “Hay hombres (y mujeres) que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles». 

Grace, como la llaman sus familiares y amigos, contó que desde pequeña sus padres inculcaron en ella el don del trabajo y del servicio a los demás y es algo que hasta hoy ella cumple con amor y pasión.

Visiblemente emocionada, dijo a este periódico que desde muy joven su padre le enseñó a trabajar en el negocio familiar y que estuvo activo por más de 30 años, pero la extorsión los obligó a cesar sus operaciones.

Casi al borde de las lágrimas, contó lo difícil que fue para ella dejar a su padre quien recientemente enviudó al fallecer su madre, pero era necesario buscar nuevos horizontes para cumplir sus sueños.

Con el corazón roto contó las últimas palabras que su progenitor le dijo antes de partir hacia EE.UU.: “Siempre he estado orgulloso de vos, tal vez nunca te lo había dicho, pero sos super valiente y luchadora”.

“Las personas que son luchadoras siempre salen adelante… Mija así se pegan los botones”, siguió contando.

Con orgullo recordó todas las enseñanzas y lecciones que sus padres le dieron durante su vida.

“Mis padres siempre me dijeron que debía ser humilde y que tenía que aprender a hacer de todo”, arguyó.

Externó que la vida del migrante “es ser un forastero, es estar en un lugar al que uno no pertenece y es algo doloroso; porque no podés estar con las personas que amas”.

Aseguró que el llamado sueño americano “está lleno de lágrimas y de dolor. El camino está lleno de pruebas y obstáculos, pero al final uno siempre ve la luz y la recompensa es grata”.

Agregó que “uno puede ver su esfuerzo reflejado no en bienes materiales, si no en sueños cumplidos”.

EMPRENDIMIENTO. La admiradora de la diosa Temis contó un poco de su negocio, un supermercado llamado El Gran Valle Verde en honor a su ciudad de origen.

Comentó que El Gran Valle Verde es un negocio que emprendió en compañía de un amigo de origen guatemalteco.

Bromeó que en un principio quiso llamarlo La Honduras de acá, (una frase sarcástica usada por los opositores a Juan Orlando Hernández) pero desistió de la idea por pedido de sus hijos.

“Este negocio se llama El Gran Valle Verde porque es algo que está floreciendo; como la grama cuando está creciendo y Valle porque es algo que representa a Centroamérica y a mi ciudad, San Pedro Sula”, acotó.

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