(Por Óscar Esquivel) Ningún individuo es químicamente puro por lo tanto ninguna sociedad es perfecta. En ese sentido, los gobiernos nacionales tienen sus desaciertos, que es preciso señalar para que se pueda enmendar y obtener el mayor bien posible para las mayorías de la población.
La presidenta de la República, los diputados y alcaldes siendo candidatos adquieren compromisos que una vez electos tienen que cumplir. Y no hablamos precisamente de las promesas de campaña, sino de compromisos económicos y políticos con ciertos grupos que pueden ser obstáculos para llegar al objetivo propuesto. Es así que como los ninguneados de siempre les toca esperar.
En ese sentido hemos notado improvisación para nombrar los mejores hombres y mujeres para ocupar cargos públicos. Hasta la fecha aún hay muchos cargos que no se han nombrado. Desde el 28 de noviembre al 27 de enero hay 2 meses de transición, tiempo que permitiría seleccionar los mejores perfiles de hondureños para servidores públicos. Pero el tiempo pasó y con la improvisación varios nombramientos que no tienen la capacidad profesional, conocimiento ni la experiencia en el área designada.
En su lugar a privado el favoritismo por ser pariente o amigos de los tomadores de decisiones, relegando a lo antes mencionado, incluso la militancia partidaria. ¿Cómo harán con la militancia cuando dentro de 2 años se le busque nuevamente para el voto? ¿Quién defenderá al gobierno cuando producto del favoritismo no se den los resultados que la población espera? ¿Qué méritos tiene un alcalde señalado por encarcelar ambientalistas para ser premiado con una gobernación?
Entendemos lo de la confianza, pero la confianza es un mérito que es más valido en los asuntos privados que en la cosa pública, que nos corresponde a todos.
Hay muy poca agua bendita para tanto diablo. Pero la poca agua bendita se la están tomando los más diablos que ponen en riesgo un proyecto de país. Aclaramos que no todos los nombramientos han sido malos, pero sí es necesario estar “ojo al cristo” con algunos nombramientos en donde la responsabilidad recae en quien los colocó en esas posiciones.
La respuesta generalizada que obtienen las bases es que no hay plata, que se dejó amarrado el gobierno. Respuestas que no son de todo ciertas, cuando cierto sector ya fue colocado y los mismos de siempre les toca seguir tocando puertas, haciendo llamadas que ya no son respondidas.
Durante 12 años se combatió contra un régimen. Lo que permitió conocer de cerca las condiciones en las que se dejaba el país. Por supuesto que los obstáculos son grandes, que sería más factible vencerlos con los hombres y mujeres que han estado luchando por refundar el país. Personas que tienen el compromiso, la capacidad, el conocimiento, la experiencia para salir adelante.
Cuatro años pasan rápido y nuestro compromiso como ciudadanos, como militantes es que el primer gobierno liderado por una mujer sea el mejor de la historia. Fallar no es opción. Este pueblo hondureño oprimido se merece el mejor gobierno, las mujeres urgen de una excelente participación.
Hay que potenciar las fortalezas, aprovechar las oportunidades, corregir debilidades y estar listo a las amenazas, que, a las ya conocidas, se verán dentro de 2 a 3 años cuando se reinicie el “bramadero electoral”.
¡No hay! Hasta en la pulpería saben que no se puede utilizar como respuesta. Hay que responderle de manera concreta a una base que es la que sostiene el proyecto de refundación.
Un gobierno del pueblo y para el pueblo ya no es una consigna. ¡ hay que dar paso a la acción!
