TEGUCIGALPA, Honduras
«Solo el pueblo salva al pueblo», clamó la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro, al momento de disertar ante cientos de ciudadanos que la acompañaron en una vigilia que tiene el propósito de impedir que los diputados expulsados de Libertad y Refundación (Libre) conformen la nueva junta directiva del Poder Legislativo.
Señaló que después de que la población acabó con una «dictadura» hay personas que se hacían llamar de oposición que están en búsqueda de revivir escenas vividas en los últimos años, pero que no se lo permitirán.
«Luchamos por sacar esta dictadura y hoy esos traidores quieren entregarle este Congreso Nacional, que es la voz del pueblo, nuevamente al Partido Nacional», aquejó.
Subrayó que nadie que haya caminado con la ciudadanía que se mantuvo en oposición al mandato cachureco y que sienta el dolor de la misma o haya adolecido el derramamiento de sangre de los mártires, puede unirse con «quienes han ocasionado miseria al pueblo».
«Andan con cantos de sirena diciéndole al pueblo que están ahí para hacer respetar su voluntad y eso es falso, son mentirosos», dijo.
«No pueden engañarnos con esos cantos de sirena. El pueblo hondureño ya despertó, ya decidió», enfatizó.
Aseguró que los disidentes no utilizaron los procedimientos legislativos correspondientes para proponer su junta directiva provisional, sino que recurrieron al mismo mecanismo que las autoridades que recién vacaron implementaban.
«Se impusieron en una dictadura para imponer», ironizó, al tiempo que describió que en la primera sesión de la legislatura no respetaron las reglas ni dieron la palabra a los demás congresistas.
Castro comentó que hoy, domingo, los denominados traidores buscarán abrirse paso por la cámara legislativa para ratificar la directiva, lo que -afirmó- representa el cierre de un pacto con los nacionalistas.
Aseveró que ella estará presente para que, junto a sus seguidores, les digan que no pasarán y la voluntad soberana se debe respetar.
«Hay que adecentar a esos políticos que utilizaron una bandera que significa lucha, sacrificio, revolución y representa mártires en nuestro país. Así como Judas, se han vendido por unas cuantas monedas», sentenció.
Arguyó que la población, a través de su voluntad expresa en las urnas en las elecciones generales, exteriorizó su repudio a las imposiciones y comenzó a sentir la esperanza de una nueva Honduras, pero que los «traidores» buscarían arrebatar.
Empero, Castro hizo hincapié en que, aunque la situación les causa indignación, deben apartar ese sentimiento de los objetivos que se han trazado.
Garantizó que las nuevas autoridades del Poder Ejecutivo tienen pensamientos diferentes y, por tanto, los hondureños no volverán a ser oprimidos ni se levantarán las bayonetas contra ellos.
Además, Castro giró su primera «instrucción», diciendo a la Policía Nacional que quitase las vallas perimetrales que rodean el hemiciclo.
Criticó que los obstáculos y señaló que los mismos se colocaron para evitar que la gente ingresara al lugar que le corresponde.
«Vamos a ir recuperando los espacios que nos han arrebatado. Nunca más este pueblo va a permitir que se levanten muros, vallas para detenerlo cuando tenga que defender sus derechos», garantizó.
La multitud que la escuchó acompañó sus palabras de consignas como «¡Xiomara, Xiomara!», «Tenemos presidenta», «El pueblo unido jamás será vencido» y «Fuera traidores».
