TEGUCIGALPA, Honduras
Actores políticos aseguraron que si se rompe el acuerdo entre Libertad y Refundación (Libre) y el Partido Salvador de Honduras (PSH) para la elección del presidente del Congreso Nacional, podría haber impedimentos para buscar modificar o suprimir normativas que han sido calificadas como nocivas.
El expresidente del Poder Legislativo, Carlos Montoya, expresó que al incumplirse el arreglo no se podrá realizar la restructuración del Estado que pide la sociedad.
“Al romperse el pacto, la acción puede hacer mucho daño al país; se va a convertir en un Congreso que no cree en nadie, van a dedicarse a pasar las cosas intrascendentes y los grandes monstruos jurídicos que dejó el gobierno saliente seguirán pesando sobre la sociedad hondureña”, expuso.
De igual manera, consideró que las bancadas de la alianza deben mantenerse unidas, no solo para la elección del presidente del titular del Legislativo, sino para derogar normativas nocivas y elegir a los nuevos integrantes de los entes de justicia.
“Si no pueden tener ni una mayoría simple, no podrán derogar la Ley de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (Zedes), el Código Penal, la Ley de Secretos y menos hacer una práctica forense a las instituciones del Estado”, enfatizó.
Comentó que si se anteponen los intereses personales de algunos congresistas sobre los acuerdos habrá una ingobernabilidad en el Legislativo y todas las decisiones serán politizadas.
“Los pactos políticos se cumplen si eso beneficia al país; de no ser así, el manejo del Congreso no tendrá trascendencia y el peso de las leyes que inciden en el desarrollo de Honduras se verá manchado y deslucido”, aseveró.
NO HAY REFORMAS SIN ACUERDOS. El director del Instituto Holandés para la Democracia en Honduras, Luis León, dijo que si continúan los desacuerdos, las enmiendas prometidas durante la campaña electoral quedarán en papel.
“Hay reformas que necesitan mayoría simple o calificada y, en cualquiera de los dos casos, si no hay negociaciones, acuerdos o consensos, no las podrán hacer. Es ahí cuando necesitamos que el nuevo presidente del Congreso sea una persona capaz de generar diálogos para empujar la agenda legislativa”, planteó.