TEGUCIGALPA, Honduras
Un marcado rechazo han exteriorizado actores políticos y sociales a la valoración del pastor Alberto Solórzano de que debe haber una convocatoria del próximo gobierno a una reconciliación que implique perdón entre los hondureños.
Las diferentes opiniones vertidas exponen que aunque el perdón es una virtud, no puede abogarse por la impunidad ante los latrocinios y otros crímenes cometidos en los últimos mandatos.
«Con esa campaña de ‘es hora del perdón’ quieren un borrón y cuenta nueva. Pienso que la impunidad le haría más daño a Honduras. Destruyeron el país, saquearon el dinero, traficaron drogas y ahora quieren pedir disculpas», aquejó el integrante de la comisión de transición, Pedro Barquero.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), Eduardo Facussé, apuntó que el perdón sí es válido, pero a través de una investigación y una aplicación efectiva de la justicia.
«Estoy totalmente en contra de cualquier intento de mantener la impunidad a través de amnistías», aseveró.
La diputada electa por el Partido Salvador de Honduras (PSH), Maribel Espinoza, expresó que perdonar es una característica divina y, en los Estados de derecho, las leyes deben aplicarse a quienes la infringen, sin salvedades.
Asimismo, planteó que la verdadera reconciliación nacional debe ser entre sectores de la sociedad que están enfrentados y no a través de la condonación de crímenes.
De su lado, el también congresista electo por el PSH, Carlos Umaña, comentó que al pastor le faltó en sus consideraciones agregar la justicia terrenal.
«En los primeros 100 días haremos que muchos sean alcanzados por la justicia terrenal. Dios que les perdone sus pecados, pero acá no se irán sin pagar sus robos», advirtió.
«Qué no confundan los delincuentes la reconciliación con la impunidad», afirmó la diputada de Libertad y Refundación (Libre), Olivia Cáceres Zúniga.
ARREPENTIMIENTO E INTEGRACIÓN. Las reacciones proceden a las declaraciones vertidas por Solórzano el viernes, en las que invitó a religiosos, políticos, empresarios, obreros y otros actores a converger en un «gran momento de perdón, de reconciliación».
Indicó que las nuevas autoridades deben hacer un llamado no solo a consensos en términos de planes y proyectos, sino de limar asperezas.
«Debemos estar dispuestos a reconocer nuestros errores, nuestras faltas, que todos las cometemos», expresó a su vez.
En tal sentido, dijo que hacer señalamientos es una equivocación, incluso para la Iglesia, ya que no hay personas perfectas, sino quienes buscan mejorar con la ayuda de Dios.
Enfatizó que un llamado a la conciliación desde las máximas autoridades gubernamentales sería sumamente importante para proceder a desarrollar los planes que se tienen como nación.
Además, aseguró que las campañas de odio son fabricadas y la mayoría de los hondureños no son partícipes de las mismas.
Sin embargo, la expectativa de Solórzano no ha sentado bien en la opinión pública y, además de personajes mediáticos, cientos de usuarios han externado su disconformidad, asegurando que quienes han obrado mal deben pagar por ello.
