El nuevo gobierno buscará el retorno a clases presenciales en sus primeros 100 días

Redacción El Pulso27 diciembre, 2021

TEGUCIGALPA, Honduras

Una de las metas para los primeros 100 días del gobierno de la presidenta electa Xiomara Castro es volver a clases presenciales y ya se está haciendo la planeación para llevarla a cabo, dijo este lunes el integrante de la comisión de transición Marcio Sierra.

Subrayó que uno de los aspectos importantes para el éxito en esa tarea es la vacunación contra la covid-19, por lo que -mencionó- se han reunido con la secretaria de Salud, Alba Consuelo Flores y otras instituciones.

Apuntó que también sostuvieron un encuentro con la Asociación Nacional de Universidades Privadas de Honduras (Anuprih) y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) sobre un plan de 120 días para el retorno a las aulas.

Comentó que el programa está hecho por especialistas en educación y toma en cuenta la recuperación de los centros de enseñanza, la inmunización y otros aspectos operativos.

Sin embargo, resaltó que para garantizar la funcionalidad de la idea es necesario contar con todos los recursos y que tome el control la nueva administración del Estado.

Además, dijo que hay donantes que están dispuestos a apoyar para comenzar con las clases presenciales cuan pronto sea posible.

DESERCIÓN MILLONARIA. El también miembro de la comisión de transición, Héctor Zelaya, puntualizó que son más de dos millones de niños los que se han quedado sin recibir cátedras en los últimos dos años, por lo que están evaluando el panorama para hacer un retorno efectivo.

«Estamos trabajando en una auditoría de cuántos centros educativos hay a escala nacional, que son alrededor de seis mil, para poder adecuarlos para la recepción de todos los niños», expresó.

Asimismo, listó que es imperativo que los educandos cuenten con merienda, leche por la mañana y una matrícula gratis para que puedan retomar el aprendizaje presencia de una manera sana.

PROBLEMÁTICAS SOCIALES ADYACENTES. El exsubsecretario de Educación, Armando Euceda, aseguró que las cifras de niños que no asisten a la escuela ya eran desfavorables en Honduras antes de la emergencia sanitaria por el coronavirus y los embates de los fenómenos tropicales Eta y Iota.

En ese contexto, describió que los menores están expuestos a explotación sexual, embarazos, matrimonio infantil, violencias y amenazas.

Ilustró que las niñas tendrían una vulneración adicional, pues han sido sometidas a las labores domésticas y, aunque consideró que aprender de ello no es malo, acentuó que no pueden prescindir de su educación.

Dijo que estos flagelos son reales pero no se mencionan y ponen alto riesgo a la niñez. Por tanto, enfatizó que los retos son numerosos y es necesario recabar información crítica para apoyar el bienestar de los infantes considerando «el contexto más deprimente que pueda imaginarse».

«El momentum de deterioro es muy fuerte», enfatizó, al tiempo que describió que es necesaria una estrategia multifacética para que los menores vuelvan a las aulas.

Señaló que para tener operaciones escolares seguras con un aprendizaje apropiado e incluyente de los más vulnerables se necesitan dos aspectos.

URGENCIA DE FONDOS Y CONSCIENCIA CIUDADANA. Apuntó que uno de ellos es que la clase política debe estar clara que el nuevo gobierno debe «entrar con todo» para preparar las condiciones básicas mínimas de los recintos educativos y tener el financiamiento necesario.

Asimismo, dijo que se tendrá que trabajar en la consciencia de los padres de familia para que estos entiendan que todos los pequeños deben volver a la escuela, aún con la problemática sanitaria que continúa vigente.

«Se nos va a decir que las condiciones de salud son importantes, pero ya hemos dicho que las escuelas tienen que acondicionarse, tiene que haber agua potable, saneamiento, higiene y mitigar los riesgos», valoró.

«La pandemia va a estar ahí pero la inteligencia humana la está derrotando. Nosotros tenemos la capacidad de vacunar a los niños y la mayoría de los maestros están inoculados, ninguno debe ir a las aulas sin esa protección. No podemos poner más pretextos», agregó.

Resaltó que el proceso debe centrarse en una educación de recuperación, es decir, para compensar el tiempo perdido; aunque, hizo hincapié que no debe ser una preocupación que el niño avance con rapidez y pueda leer a los cuatro, cinco o seis años, pues lo indispensable es que regrese a sus estudios.

«Nuestra preocupación debe ser que el niño vuelva a la escuela, que recuperemos a a cada uno de ellos. Esa debe ser la consigna», aseveró el también director de posgrado en la UNAH.

LABOR COMUNITARIA. Euceda expuso que la situación no solo requiere el dinero de la administración central, sino una participación activa de los actores locales, como los alcaldes, las iglesias y las oenegés, que tienen la tarea de motivar la decisión de que se abran los centros educativos.

Indicó que es necesario igualmente pensar en el papel que jugarán los diferentes gremios para reactivar a los niños marginados e iniciar nuevamente las actividades tanto el área pública como privada de la educación nacional.

«Tenemos que ayudarle al nuevo gobierno y parar de echar culpa a padres, madres o a las autoridades anteriores. El problema no entiende de política, sino de tener procedimientos adecuados para volver a la escuela», expresó.

«Vimos que funciona cuando ponemos todo el poder en las urnas, ahora pongamos toda la carne al asador en las aulas con el lema niño vuelve a tu escuela», sentenció.

Además, acotó que después de las escuelas y colegios, las universidades tendrán el reto de crear una nueva pedagogía para Honduras que consista en combinar los aprendizajes presenciales y virtuales.

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