TEGUCIGALPA, Honduras
El coordinador nacional de incidencia de la oenegé Visión Mundial, Mauricio Valladares, valoró que el trabajo infantil es un fenómeno invisibilizado en Honduras.
“El trabajo infantil es un fenómeno al que no se le ha dado la importancia que requiere, ha sido invisibilizado y eso se nota en la ausencia de políticas públicas y leyes para proteger a este grupo poblacional”, declaró.
Según los datos de Visión Mundial, antes de la pandemia de covid-19 había más de 400 mil niños entre los cinco y los 17 años de edad trabajando en Honduras.
Sin embargo, Valladares estimó que esa cifra aumentó a 900 mil menores debido a la pérdida de empleos en muchas familias como causa colateral de la emergencia sanitaria, además del cierre de centros educativos y los embates de los fenómenos tropicales Eta y Iota.
Detalló que más del 50 por ciento de estos menores trabajan en el agro, sobre todo en el corte y siembra de café y azúcar; otra parte lo hace en la ganadería y un porcentaje más en labores domésticas no remuneradas.
Valladares explicó que en Honduras la pobreza obliga a que miles de niños desarrollen labores que no corresponden a su edad y otras que los pueden poner en peligro ante otros flagelos sociales arraigados en la sociedad.
“Estamos frente a un fenómeno en el que al niño se le obliga a abandonar su niñez, su proceso de educación primaria para ayudar a sus familias”, comentó.
“Muchos de esos niños son utilizados para realizar actividades ilícitas que ponen en riesgo la integridad física de los menores”, finalizó.
