(Por: Jorge Luis Oviedo) ¿Por qué es conveniente saber quién gobierna a los que son electos para tomar decisiones a nombre de toda comunidad local o nacional? Porque el poder es fundamentalmente la toma de decisiones que afectan o benefician a los integrantes de las comunidades o la totalidad de un Estado. La práctica de la tradición elitista del poder demuestra que este favorece bastante a una reducida minoría (los que gobiernan a los gobernantes) y afecta mucho a la inmensa mayoría.
En la actualidad, los países con Gobiernos de Partido Único, son los únicos que (valga la redundancia) ejercen el poder de forma visible. Dado que deben asumir el riesgo de las consecuencias. Tratan, por esa razón, de equivocarse lo menos posible en la búsqueda, experimentación y alcance del bien común.
No pasa lo mismo con los gobiernos que resultan de una elección en la que, los candidatos ofrecen resolver los problemas sin el conocimiento adecuado de la realidad o con el claro propósito de aprovecharse de la ingenuidad de los electores.
La mayor parte de esos candidatos deben sacar de sí, el actor que llevan dentro, según sus asesores de imagen. Esto sucede fundamentalmente con los candidatos afines al sistema. Son los que se ubican al centro, un poco a la derecha o a la derecha extrema.
Los candidatos de izquierda suelen ser mejor intencionados, aunque casi siempre, debido a que pocas veces acceden al poder político por la vía electoral, están menos preparados para enfrentar la fuerza o el imperio de las tradiciones impuestas por los que controlan el sistema.
REIVINDICACIONES SOCIALES DE LA CLASE TRABAJADORA. En los países hegemónicos, especialmente, durante las primeras décadas del siglo XX (con dos revoluciones y dos guerras mundiales como sucesos relevantes) se redujo la jornada laboral, se otorgó el derecho al voto a los analfabetos, a las mujeres y a grupos segregados (aunque fue usado también para sacar ventaja a través de la radio, la televisión y todos los medios de difusión y entrenamiento bajo su control que han ido apareciendo); también se permitieron la sindicalización, la inversión del Estado en áreas estratégicas; y, finalmente, las élites que gobiernan a los que gobiernan, aceptaron pagar el impuesto por la riqueza que acumulan año con año. Esto último ocurrió bien entrado el siglo XX.
No es que los oligarcas hayan hecho de buena gana esas concesiones. Fue, debemos recordarlo siempre, después del sacrificio de los obreros a través de las huelgas y tomas de fábricas ( en los primeros tiempo de la Revolución Industrial –siglos XVIII y XIX– incluso se quemaron o destruyeron las máquinas, en ocasiones se llegó, como en París, a organizar una Comuna en 1871); y en varios lugares se llegó a las revueltas populares generalizadas o a rebeliones armadas de clase que, en algunos casos, derivaron en revolución.
Por cierto, es pertinente señalar, que el otorgamiento del derecho al voto a los analfabetos y a las mujeres, en la mayoría de países, ocurre después (y solo después) de dos grandes Revoluciones: la Mexicana y la Bolchevique. En ambas se hicieron cambios estructurales importantes en sus primeras décadas. Cada una con sus características particulares. Pero dada la repercusión de los sucesos en los colectivos obreros del resto del mundo, Estados Unidos fue uno de los primeros países en otorgar el derecho al voto a las mujeres.
Significaba que el otro 50% de la población blanca adulta (pertenencia de sus maridos, las esposas y de sus padres, las hijas) se sumaba para votar a favor de esos candidatos del sistema. Otro aspecto que también ocurrió después (y solo después) de que las primeras radioemisoras ya se habían hecho populares. Se valoró su influencia en la mayoría de la población, especialmente aquella de menor escolaridad o analfabeta.
El derecho al voto se le otorgó a las mujeres en EE.UU. en agosto de 1920, al ser ratificado oficialmente; en Francia hasta 1945; y en muchos otros países después de 1950. En el caso de la minoría negra, se le otorgó ese derecho en 1965 en USA. Ese país que suele pregonar tanto la Libertad, en realidad, se la negaba a la gran mayoría; y esto que se la representa, sobre todo en Nueva York, con figura de mujer.
No se puede forjar independencia sin independencia
En los años veinte del siglo XX, Edward Bernays se convierte en el primer teórico de la propaganda. Por cierto, una campaña publicitaria diseñada por él, convertiría en fumadoras a las mujeres de Estados Unidos, y en multimillonarios a los principales dueños de la industria del tabaco. Años más tarde, Bernays volvería a ser clave en el golpe de estado contra Jacobo Árbenz en Guatemala.
Está claro, entonces, que los oligarcas juegan con el balón adelantado, con diez o más cuerpos de ventaja, si se tratara de una carrera de caballos.
Esto es así porque concentran la riqueza y concentran el poder de manera invisible. Se esconden en las Sociedades Anónimas; y, en consecuencia, son los dueños, en casi todas partes de: La industria militar,
la industria farmacéutica y la industria pesada. Controlan la construcción, venta y alquiler de grandes edificios y viviendas familiares; controlan la generación de energía eléctrica convencional y renovable;
controlan la producción de alimentos, su industrialización y comercio; controlan la emisión, circulación y poder adquisitivo del dinero con el mito de la mano invisible del mercado; por tanto, controlan el empleo y juegan con los desempleados; y sin ser dueños del espectro radioeléctrico, controlan la radio, la televisión, es decir, industria comunicacional con su propaganda sistémica, entretenimiento audiovisual y manipulación informativa; también controlan la internet, la inteligencia artificial, las redes sociales, la difusión de noticias falsas, el uso masivo de los perfiles verdaderos de los millones de usuarios.
En síntesis, son omnipresentes como esos dioses que están en todas partes al mismo tiempo. Son los que financian a conveniencia candidatos a diputados, alcaldes, senadores y presidentes, bajo el mecanismo de comprar el 95% o 99% de los boletos de la lotería electoral; y así controlan el tiempo y el pensamiento de la gran mayoría.
Sin embargo, entre ellos, no controlan sus compulsivos deseos de lucro, sino que los han convertido en un perverso juego expansivo. Aunque hay excepciones: algunos multimillonarios están dispuestos a devolver una parte de lo que nos despojan a todos (con el nombre de ganancia o plusvalía) a través del impuesto a la riqueza. Los que Gobiernan a los que gobiernan, son, pues, un pequeño grupo de oligarcas multimillonarios, aproximadamente, la diezmilésima parte de la población mundial; y son invisibles en el quehacer político formal; pero con sus decisiones (políticas) tomadas con «premeditación, alevosía y ventaja (leyes) se imponen a través de sus testaferros intelectuales, que muchas veces son sus recomendados para ocupar cargos como Secretarios de Estado, Jueces de Supremas Cortés, Fiscales Generales, etc.
Así, pues, las decisiones formales y legales son convertidas en Ley y son ejecutadas, finalmente, por los gobiernos de turno; pero contra la voluntad y el interés de la gran mayoría de los votantes. El malestar de los sectores afectados (a veces el 80% de la población) se expresa, entonces, contra el Gobierno de turno.
En tanto los que Gobiernan a los que «Gobiernan», comienzan a fabricar nuevos candidatos convenientes a sus intereses y, por lo general, a través de los medios de comunicación, destruyen al gobernante que va de salida (hacer leña del árbol que ya dio su cosecha); misión cumplida.
En el caso de Xiomara Castro Sarmiento, Presidenta Electa, no se habían terminado de mostrar los resultados con los que ganó, cuando los que gobiernan a los gobernantes de turno, aparecieron en escena, dispuestos –como siempre– a ceder lo menos posible el poder que, por tradición, han ejercido a la sombra de sus sociedades anónimas, sus socios externos y sus políticos adquiridos (porque son sus diputados o sus magistrados o su presidente) a través de favores económicos, de financiamiento de las campañas electorales, de participación accionaria en algunas empresas (sociedades anónimas), etc.
Los voceros oficiosos y oficiales de la cúpula empresarial que se repartió concesiones de diversa índole durante estos doce años infernales, han encontrado la forma de deslegitimar a Xiomara Castro y su oferta de gobernar el país en alianza con el pueblo, al afirmar, cínicamente que fue el odio al jefe del narcorrégimen lo que dio el triunfo a la candidata de Libre.
Bajo esta lógica del oportunismo o lógica carroñera, se debe interpretar que Xiomara Castro solamente recibió el respaldo de los 230 mil militantes más fieles de Libre y que el resto son los que votaron contra el gobernante que ya se va. Sin embargo, esa juventud que solamente tenían entre 6 y 8 años en 2009, en su gran mayoría votó por Xiomara Castro para presidenta y eligió 50 de los 128 candidatos a diputados por Libre. No olvidemos que, cada año de estos últimos doce, más de 200 mil jóvenes cumplieron 18 años (edad que habilita para comenzar a ejercer el derecho a votar, aunque no a ser electos).
Estamos hablando de 1 millón 400 mil personas. De ellos la gran mayoría se inclinaron por Libre y el PSH, tanto en el nivel electivo presidencial como en el de los diputados al Congreso Nacional. Otra gran diferencia es que el Partido Nacional descaradamente usó gran parte del presupuesto público para financiar la campaña de los diputados. Literalmente, pues, compraron, por lo menos la mitad de los que votaron por sus alcaldes y sus diputados. Los compraron parcialmente, porque así lo refleja el inusual comportamiento del voto.
L7.000.00 representan el 70% del bono anual que se otorga a madres solteras y personas ancianas.
En todo caso, más allá de los votos que aportó, a nivel presidencial, Salvador Nasralla y de los votos de muchos liberales que deseaban el fin de la dictadura, analizados los tres principales bloques de votantes, es fácil darse cuenta que el comportamiento electoral de la mayoría de hondureños es un respaldo a Xiomara Castro y a su promesa de gobernar en Alianza con el pueblo. Así lo han evidenciado miles de voces que, casi en coro, han dicho a través de las redes sociales, la radio y la televisión: “¡No nos fallen!”.
Xiomara Castro Sarmiento, es ya oficialmente la presidenta electa de Honduras, con el 51.12% de respaldo a través de lo que reflejó la votación del 28 de noviembre pasado.
PRINCIPIO DEL FIN DE LA REPÚBLICA BANANERA Y EL SURGIMIENTO DE UNA BURGUESÍA LOCAL APÁTRIDA. En 1975, la entonces emergente cúpula empresarial hondureña dio un golpe (vía renuncia) a López Arellano, entonces Jefe de Estado. Con ese suceso logró su ascenso al poder real del país. Marcó el antes y el después de la descarada influencia de las compañías fruteras y, de paso, el inicio de la progresiva influencia de la pequeñísima cúpula oligárquica hondureña que se consolidó, finalmente, de 1990 a 2006 a través de los favores obtenidos con la aplicación del Consenso de Washington (El desmantelamiento y privatización de empresas públicas les permitió incrementar su riqueza rápidamente).
No es casualidad que apoyaran y financiaran, inclusive, abiertamente el golpe de estado de 2009. Lo curioso es que algunas de las grandes fortunas surgieron con el contubernio de “visionarios empresarios” con la cúpula militar que entonces gobernaba el país. Decenas de millones de dólares avalados por el Estado (que después pagó los préstamos al BM con la sangre y el sudor de los hondureños que realizan siempre los trabajos más pesados y menos remunerados y generadores de utilidades) quedaron en manos de estos hábiles embusteros, cuyos herederos hoy conforman parte del grupito de “exitosos” empresarios nacionales.
En la última década del pasado siglo, el sector financiero hondureño creció a un ritmo cercano al 50%, como parte de una economía que nunca alcanzó, en su totalidad, más de 6%. Fueron ellos y algunos más los que se aprovecharon del desmantelamiento de las empresas públicas rentables hasta finales de la última década de ese siglo XX; excepto aquellas que al inicio del Gobierno de Rafael Callejas (1990-1994) fueron, por cierto, vendidas a precio de gallo muerto. A ello hay que sumar las favorables concesiones para explotar el espectro radioeléctrico para la telefonía móvil, que comenzaron a otorgarse durante la misma administración.
Desde 1975, pues, este reducido grupo de familias de “exitosos empresarios” han influido en todos los gobiernos (en unos más que en otros), especialmente en épocas de crisis partidaria. Su último gran golpe lo asestaron después del golpe de estado de 2009.
Basta hacer recuento del reparto y desmantelamiento de las empresas y los servicios públicos que aún quedaban y de las concesiones de cuencas hidrográficas y mineras otorgadas en la última sesión del Congreso Presidido por el actual jefe del narcorrégimen. La más alta cúpula empresarial (los que financian todos los candidatos que aceptan su dinero), la cúpula militar, la cúpula del Partido Nacional que aceptó dinero del narcotráfico en grandes cantidades, una parte de la cúpula del Partido Liberal, la mayor parte la cúpula protestante que financia USA (EE.UU.) a través de muchos mecanismos, pero en especial, por medio del Instituto de Religión y Democracia, lo mismo que la sociedad civil (o más bien SÍ VIL), que también financia USA por medio de las ONGs y fundaciones controladas por el Instituto de Paz y Democracia, son que los están tratando de disimular el amargo sabor de la derrota electoral; pero que saben, a su vez, que son los beneficiarios del poder real en Honduras, la parte principal de los que, desde hace más de 50 años: gobiernan a los gobiernos de turno.
Con Mel Zelaya tuvieron problemas, porque se salió del guión e hizo un leve viraje a la izquierda; pero lo que sacó de quicio a estas cúpulas USAdas y abUSAdas reiteradamente, fue la ocurrencia de consultar a la población (al soberano) a través de una cuarta urna.
El carroñero festín de doce años está en peligro, de allí que el cambio de estrategia ya dio inicio con todo tipo de medios para ceder lo menos posible el poder inmenso que se repartieron en estos años como parte del botín del golpe de estado de 2009. La población que dio el contundente triunfo electoral está desorganizada y desconoce todo lo que se esconde detrás del telón del poder real: la manipulación financiera local y externa, los chantajes y las extorsiones geopolíticas de USA, son solamente algunas de las muchas formas de presionar a los gobernantes; mucho más cuando no son afines a esas abusivas imposiciones tradicionales.
Sin embargo, lo más preocupante es la falta de imaginación de los economistas (incluidos los que son militantes de Libre), ya que no tienen respuestas para afrontar el enorme desempleo que sufre el país, sino que una casi interminable lista de quejas.
La alegría de la mayoría de la población, pues, podría tornarse en tristeza en el transcurso del próximo año, si no se toman decisiones valientes y convenientes en auténtica Alianza con el pueblo, para no fallar, porque Honduras, más hondo ya no debe caer. La primera presidenta de este país debe atreverse a establecer un parteaguas en Honduras, para que no le ocurra lo que a las dos ex rectoras que ha tendido la UNAH; una pasó sin pena ni gloria y la otra salió con el rabo entre las piernas, repudiada por el estudiantado universitario.
Ciudadana Xiomara: gobernar es un honor, pero también la más alta responsabilidad que recae en una persona y sus colaboradores cercanos. Honduras, su nuevo gobierno, debe atreverse a hacer cosas totalmente distintas, especialmente, en lo financiero, en materia de impuestos y en el empoderamiento de la ciudadanía.
Necesitamos, y es urgente una sociedad politizada, es decir, interesada en debatir, participar y organizarse para resolver los problemas colectivos que nos condenan a vivir en pobreza sin ninguna justificación.
La invito a que invite a sus colaboradores (economistas) a que lean todos mis escritos sobre La Contribución Refleja, una propuesta que busca fortalecer el bien común, eliminar la mayoría de impuestos fiscales y generar inversión y pleno empleo sin deudas públicas vergonzosas.
Mis condiciones de profesor y escritor me han permitido vivir con dignidad del modo que lo hago también como jubilado; y aunque di mi firma para que Libre exista como Partido y me considero militante, no puedo (como decía Maquiavelo) dejar de decirle la verdad al Príncipe; a la presidenta y comandanta, en este caso.
Porque los gobernantes no deben rodearse solamente de aduladores para escuchar alabanzas, sino también de aquellos que les digan la verdad.
Y la verdad en el ámbito financiero, siguiendo las recomendaciones de los mismos y del pensamiento capitalista hegemónico que domina la mayor parte del mundo, no hará más que incrementar la dependencia del país en todos los ámbitos; es decir, volvernos más esclavos; tal como ocurre con los gobernantes de Perú: entran y salen, según convenga a los que Gobiernan a los gobernantes. Con esa lógica y sus recetas sólo existe una certeza incontrastable: El fracaso.
Gobernar en alianza con el pueblo, significa ser obediente (aunque deliberante) de la población trabajadora: campesinos, obreros, madres solteras, amas de casa no remuneradas; o de aquellos numerosos profesionales capacitados en una determinada profesión en la que no hay empleo y les toca sobrevivir en otro tipo de actividad, porque la sociedad hondureña no está organizada para asumir su destino, sino para servir a las élites locales y externas que tradicionalmente gobiernan a los gobernantes, para que no resuelvan los problemas de la mayoría.
¿Cómo es posible que por falta de organización política el país tenga tantos problemas por resolver y exista, igualmente, tanto desempleo? Felicitaciones a usted, Camarada Xiomara, a todos los que respaldaron (con valentía) su candidatura y a los demás candidatos de Libre (ahora electos) en los demás niveles electivos y, en particular, en los dos principales centros urbanos: El Distrito Central y San Pedro Sula.
A partir del 27 de enero de 2022 corresponde dar inicio a la verdadera independencia de nuestro país y, de ser posible, a toda Centroamérica; y eso solo será posible con una auténtica alianza con el pueblo politizado y organizado para su bienestar colectivo e individual.
¡Hasta la victoria, siempre!
