Por Edgardo Mancía
Durante la campaña electoral del Partido Libertad y Refundación, el tema de una Constituyente en los primeros 100 días de gobierno se manifestaba como una realidad. No obstante, existen varios indicadores que ponen en duda la realización de esa promesa de campaña.
El plan de gobierno de Xiomara Castro y el Partido Libertad y Refundación detalla en sus primeras páginas que en el primer día de su gobierno se convocará una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) a través de una consulta a la población hondureña, para promulgar un nuevo pacto social con diversos sectores de la sociedad.
Así lo manifestó Castro durante la presentación del plan de gobierno el 5 de septiembre de este año, donde dijo, en el minuto 50 de su comparecencia, que “El primer día de mi Gobierno, convocaré a una Consulta Popular para que el pueblo organice y elija la Asamblea Nacional Constituyente Originaria que redactará una Nueva Constitución”.
No obstante, previo a las elecciones generales, el ex presidente y coordinador general del Partido Libre, Manuel Zelaya, explicó en un medio de comunicación que el país no tiene las condiciones para la implementación de una Asamblea Nacional Constituyente.
“Por la época que estamos viviendo, no hay un ambiente que podría decir yo factible para una propuesta como la de Libre de la Asamblea Nacional Constituyente, por eso no está específicamente redacta en los acuerdos que se firmaron, por una razón; Libre en su esencia se llama Libertad y Refundación y el proceso es refundacional, de las vías posible ampliamente democráticas, como está haciendo Chile, como lo hizo Honduras que 17 asambleas constituyentes. Todo proceso refundacional se hace a través de un diálogo abierto, democrático y participativo que se llama constituyente.”
Zelaya explicó que sectores importantes no están de acuerdo con la constituyente, entre ellos las Fuerzas Armadas, los representantes del gobierno de los Estados Unidos y grupos económicos del país.
“Hasta sectores como gremios que han conquistados privilegios en el transcurso de todas estas décadas creen que pueden perder privilegios. No hay un ambiente pero sí dejamos (claro) en los acuerdos con Salvador Nasralla que el Estado pasa a una democracia participativa, democracia directa, donde es soberano en el cual emanan los poderes y serán los plebiscitos y referéndum serán nuestros instrumentos de trabajo”, incluyó Zelaya.
La historia política de Honduras dio un cambio inesperado el pasado 28 de noviembre al resultar electa como presidente Xiomara Castro del Partido Libertad y Refundación, con un aproximado un millón setecientos mil votos, convirtiéndose en la primera mujer presidenta, la candidata más votada y la primera en la historia democrática del país que rompe con el bipartidismo.
A los días del triunfo electoral de Castro, los representantes del Partido Salvador de Honduras, participantes de la coalición electoral con Libre, declararon públicamente ante los medios de comunicación que la constituyente definitivamente no será considerada como un proceso factible en el gobierno.
Pedro Barquero, asesor principal de Salvador Nasralla, declaró el 1 de diciembre ante una radio nacional que “No va la asamblea Nacional Constituyente, el país no está en condiciones.»
Además, el designado presidencial electos, Salvador Nasralla, explicó que una reforma a la Constitución no es necesaria en Honduras, pero apuesta a una revisión de algunos artículos de la Carta Magna.
