Dirigente del transporte urbano rompe en llanto narrando la calamidad del rubro

Redacción El Pulso19 diciembre, 2021

TEGUCIGALPA, Honduras

«No hay quién nos apoye», aquejó este domingo el dirigente del transporte urbano, Jorge Lanza, al anunciar que a partir del lunes iniciarán un paro en Tegucigalpa y Comayagüela debido a incumplimientos gubernamentales que, aseguró, los tienen en calamidad.

Expuso que se sienten engañados por las autoridades porque no les han cancelado el bono solidario por la pandemia ni la devolución por el pago de la matrícula de 2020.

Precisó que, solo en la capital, les deben 125 millones de lempiras en bonos.

Asimismo, señaló que el gobierno no actúa sobre la multimillonaria deuda histórica que tiene con el rubro desde 2011, cuando hicieron un compromiso.

«Pactamos algo desde 2011 y estamos en 2021 y no nos han podido honrar la deuda. Es un dinero que teníamos ganado. ¿Por qué no nos pagan? ¿Cuál es el problema si ya está todo hecho?», cuestionó.

Por el mismo lado, detalló que el transporte público le dio 200 millones de lempiras a la Secretaría de Seguridad para que les brindara protección, pero no lo hicieron.

PANORAMA CAÓTICO. Lanza, con la voz entrecortada y derramando lágrimas, relató que se moviliza actualmente en un carro prestado porque el suyo lo tuvo que empeñar por 150 mil lempiras para cubrir el monto de unas letras de cambio y poder seguir viviendo en su hogar, al menos por un tiempo.

«Nunca hablo a título personal sino que general porque represento un gremio pero ahorita me da no sé qué porque el viernes me llamaron y me dijeron que me iban a quitar la casa. ¿Qué puedo hacer? ¿Quedarme en la calle?», deploró.

Aseguró que hay personas que creen que los dueños de unidades de transporte son multimillonarios, pero dijo que él ni siquiera puede pagar la electricidad de su domicilio e incluso debe 42 mil lempiras por el servicio de agua potable.

Dijo, además, que en esta época sus hijos le preguntan que qué les comprará para celebrar la Navidad, pero él solamente ajusta para llevar la comida a su mesa.

Describió que él ha trabajado por 42 años trabajando en el rubro y estimó que a este punto podría estar tranquilo, gozando de los frutos de su labor, pero se encuentra en el peor momento.

«Pensé que a estas alturas íbamos a estar tranquilos, gozando de las maravillas y es cuando más jodidos estamos. Es la triste y cruda realidad», lamentó.

Además, subrayó que sufren por el pago del impuesto de guerra de todos los buses, algo que calificó como sumamente difícil porque los extorsionadores no desisten de su pretensión porque piensan que las unidades funcionan con normalidad, cuando no es así.

Ejemplificó que la flota que él tiene se dirige en su mayoría a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y, dado que no hay clases presenciales, los buses están parqueados y «llenándose de monte».

UNA REALIDAD NACIONAL. El empresario aclaró que la problemática no es únicamente en el Distrito Central, sino que a escala nacional los actores ligados al transporte urbano tienen problemos serios.

Puntualizó que unos 450 transportistas viven la misma situación, repleta de dificultades e incertidumbre.

«Aquí hay muchos que ya perdieron sus casas, sus buses, perdieron todo. Aquí le hacemos huevos y ya no sabemos qué hacer», declaró.

Apuntó que, incluso, hay personas que han muerto por infartos provocados por la depresión y el estrés.

Externó que él también ha tenido un par de semanas con problemas de salud y llegó al punto de decirle a sus compañeros que quizá ya le llegó su hora.

DESIDIA GUBERNAMENTAL. Lanza expresó su anhelo de que alguien les ayude, no regalándoles dinero, pero con lo que les han prometido para así resolver los problemas que tienen con las entidades financieras nacionales.

«El gobierno no hace nada. No es que uno venga a reclamar y a juzgar un gobierno, sino las malas acciones que hacen ellos», reprochó.

Asimismo, reveló que le comentó al alcalde electo de la capital, Jorge Aldana, sobre el problema y le pidió que lo atendiése. Sin embargo, aquejó que solo le contestó un par de mensajes y después no volvió a saber de él.

«Nadie hace caso», aquejó con impotencia al decir que también habló con el expresidente Manuel Zelaya para pedirle que sostengan una reunión para arreglar la problemática del transporte pero no ha tenido resultado.

Dijo que, desde su punto de vista, el partido Libertad y Refundación (Libre) -que gobernará a partir del próximo año- es similar al Partido Liberal y él «no ocultará» que ha sido un simpatizante rojiblando de toda la vida, pero garantizó que, independientemente de ello, lo que le importa es que el transporte esté bien, sin importar los colores políticos.

«A mí ningún político ni nadie me va a decir que me he vendido, que me han pagado. Yo siempre he sido fiel a mi negocio, a mi gremio y por eso salgo a los medios de comunicación y digo la verdad», sentenció.

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