China Taiwán sigue perdiendo aliados en América Latina: ¿quiénes aún lo reconocen?

Redacción El Pulso14 diciembre, 2021

MOSCÚ, Rusia 

El fin de las relaciones entre Nicaragua y Taiwán suma un nuevo golpe para la isla, que en los últimos años perdió otros cuatro aliados clave en Centroamérica: Costa Rica, Panamá, El Salvador y República Dominicana.

En la actualidad, solo cuatro países mantienen relaciones, aunque el número podría reducirse aún más en el futuro.

La decisión del Gobierno de Nicaragua de reconocer a China como un único territorio dejó a Taiwán sin otro de sus aliados en Centroamérica, región en la que se concentran varios de los estados que aún lo reconocen.

Sin embargo, el siglo XXI parece marcar una tendencia poco favorable a los intereses de Taipéi: mientras en 2006 tenía el reconocimiento de ocho países de América Latina, hoy sólo mantiene el de cuatro.

El conflicto entre la República Popular de China y Taiwán —una isla que proclamó su independencia en 1949 pero cuya autonomía no es reconocida por Pekín— provoca que los países no puedan mantener relaciones diplomáticas formales con ambas administraciones al mismo tiempo.

Por ese motivo, y especialmente luego de que en 1971 Naciones Unidas reconociera al Gobierno de China como el único representante del pueblo chino ante la comunidad internacional, solo un puñado de estados en el mundo mantuvieron vínculos diplomáticos con Taiwán.

Varios de esos países estuvieron, históricamente, concentrados en Centroamérica y el caribe.

A comienzos del siglo XXI, por ejemplo, Taiwán contaba con el reconocimiento de ocho países en América Latina y cinco del Caribe: Belice, Guatemala, Paraguay, Honduras, Haití, El Salvador, Costa Rica, Panamá
República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía (rompió relaciones en 1997 pero las retomó en 2007), San Vicente y las Granadinas y Bahamas.

La lista de países que se relacionan con Taiwán no paró de disminuir en las últimas dos décadas, época en que la República Popular de China incrementó su presencia en América Latina y ganó el reconocimiento formal de varios países centroamericanos.

Costa Rica fue de los primeros que, en 2007, anunció el fin de sus relaciones con Taiwán y el reconocimiento a Pekín.

«Hemos decidido normalizar nuestros vínculos con un país al que ya no podemos ignorar», sintetizó el entonces presidente costarricense, Oscar Arias (1986-1990 y 2006-2010), para justificar la nueva postura.

Diez años después, en 2017, Panamá siguió el mismo camino: el presidente Juan Carlos Varela (2014-2019) explicó la decisión en función de que la República Popular de China es un país «que por sí solo representa el 20% de la población mundial y constituye la segunda economía más grande del mundo».

Por si fuera poco, el mandatario aclaró que China es «el segundo usuario más importante del Canal de Panamá y el primer proveedor de mercancías de la Zona Libre de Colón».

El año 2018 trajo la pérdida de otros dos aliados para Taiwán: primero fue República Dominicana, cuyo Gobierno celebró las posibilidades de cooperación con Pekín en varias áreas y el hecho de que Santo Domingo es «el segundo socio comercial para China de la zona caribeña y Centroamérica».

Apenas unos meses después, el entonces presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén (2014-2019), anunció en cadena nacional el rompimiento con Taipéi y el acercamiento a la República Popular de China, a la que destacó como «la segunda economía del mundo, en permanente crecimiento» así como uno de «los países más exitosos».

La última pérdida para Taiwán llegó en 2021, cuando el canciller Denis Moncada hizo público un comunicado oficial que reconoce que asegura que «existe una sola China» y que el de Pekín es «el único gobierno legítimo que representa a toda China».

La misma declaración consigna que «Taiwán es parte inalienable del territorio chino».

Tras la decisión de Nicaragua, Taiwán mantiene solo cuatro aliados latinoamericanos: Guatemala, Honduras
Haití y Paraguay.

La lista podría incluso reducirse más tras la victoria de Xiomara Castro en Honduras, ya que la candidata adelantó durante la campaña electoral su intención de entablar relaciones diplomáticas con la República Popular de China, algo que podría ayudar al país centroamericano a «incorporarse al mercado de mayor crecimiento mundial».

En Paraguay, en tanto, la necesidad de colocar exportaciones en el mercado asiático y la escasez de vacunas contra el covid-19 hicieron que algunos sectores de la población reclamaran el inicio de relaciones diplomáticas con China continental. (Con información de Sputnik). 

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