Omar Rivera y el darwinismo: De la llanura con la resistencia a las mieles del gobierno

Redacción El Pulso10 diciembre, 2021

TEGUCIGALPA, Honduras 

El afamado naturalista británico Charles Darwin explicó en su libro El origen de las especies de 1859 sobre el proceso de evolución de quienes vivimos en este planeta que pesa unas 550 gigatoneladas, pues postuló en su obra cumbre, basada en análisis previos malthusianos, cómo los seres se han ido adaptando en los últimos millones de años hasta adquirir las formas más modernas y la manera que los débiles perecen y no logran transmitir sus genes a las siguientes generaciones. A ese proceso lo llamó la selección natural.

Claro, cada quien tiene su manera de pensar cómo todas las especies, incluyéndonos los mismos humanos sobre cómo venido evolucionando, desde el australopithecus hasta el moderno homo sapiens o, visto desde la teoría creacionista cómo Dios nos hizo a su manera y semejanza. En el caso del polifacético Omar Edgardo Rivera Pacheco, se adecua a esa tesis planteada por Darwin en cuanto a su adaptación a cualquier ambiente hasta progresar a su forma más refinada que le ha permitido navegar desde las aguas cristalinas del poder hasta las más turbias de la resistencia.

Insistimos -para quedar bien con todos- somos evolución y creación y las circunstancias, los ambientes, momentos y eventos nos hacen que vivamos en una constante metamorfosis (no a lo Kafka cuando Gregorio Samsa se levantó de la cama convertido en un horripilante insecto), nadie, mucho menos Rivera, quieren volver atrás, sería ir contra la misma naturaleza y los postulados darwinistas de la selección natural.

EL GUSANITO DE LA TV. Corría 2009 cuando Rivera, nacido en 1971 en San Pedro Sula, deslizaba sus zapatos por el palacio José Cecilio del Valle, cargando la maleta del sociólogo Allan Fajardo que conducía un programa de análisis en el canal 8, más conocida en aquel momento como la Red informativa del Poder Ciudadano y pasaba desapercibido entre la prensa que estaba al pendiente de las actividades del entonces presidente Manuel Zelaya. Eran días previos al golpe de Estado cuando Rivera, un poco delgado en aquella época, comenzaba a dar sus primeros pasos en la pantalla chica y le entró el gusanito por incursionar en el periodismo a pesar de ser ingeniero de profesión, por lo que se fue fijando en el corto y mediano plazo convertirse en un líder de opinión, que fuera consultado por reporteros sobre temas de interés nacional.

Si nos basamos estrictamente en la selección natural de Darwin, el sujeto en cuestión se volvió melista (seguidor incondicional del expresidente Manuel Zelaya), defendió desde la tribuna de canal 8 la Cuarta Urna, que consideró como un proyecto para profundizar la democracia participativa en una sociedad que se volvió electorera, que va cada cuatro años a colocarse su yugo… ¡ups! Quisimos decir a escoger sus representantes. Ser ratón de biblioteca siempre da ventajas a los que nos dedicamos al oficio de Gabo de juntar letras: el blog Nacer en Honduras hizo una crítica a la postura gobiernista del actual jefe del Foro Nacional de Convergencia (Fonac), al catalogarlo como pro gobierno que «está apoyando el proyecto de la Cuarta Urna».

Y es que el 24 de marzo de 2009, unos tres meses antes de la asonada militar contra Zelaya escribió una columna en Diario Tiempo, que fue titulada La necedad de los opositores a la consulta popular, pues arguyó que era irracional oponerse al proyecto que buscaba la instalación de una asamblea nacional constituyente que le costó al entonces gobernante que lo sacaran a punta de culatazos rumbo a Costa Rica. Asimismo, vio como pueriles los argumentos esgrimidos por los opositores porque creían que Mel se iba a perpetuar en el gobierno.

Cuando los militares, quienes alegaban que recibieron un mandato del Poder Judicial para sacar a patadas el exmandatario, tomaron el control de Casa de Gobierno, ahí estaba Omar Rivera, en primera línea, leyendo la Constitución a los golpistas que cancelaron la celebración de la encuesta popular… Pasaron los años y aquel joven de carácter fuerte, metódico, moralista, que era visto como un acérrimo crítico al mandato nacionalista de Juan Orlando Hernández ya miraba los resultados de haber sido el asistente leal que jamás tuvo Fajardo. Era llamado por los medios, sin importar la hora y el día, para analizar los temas de país y cuestionar algunas políticas emprendidas por el aún ocupante de la silla presidencial. Se transportaba en un Hyundai Tucson de seis cilindros y residía en la fresca aldea de Zambrano, no era custodiado por ningún escolta, dirigía la oenegé Grupo de Sociedad Civil (GSC) que era afín al Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y tenía mucha simpatía con el partido Libertad y Refundación (Libre); es más, el fallecido periodista David Romero lo mencionó en más de una ocasión que era uno de los miembros de la corriente Fuerza y Esperanza, que terminó desmantelada por las diferencias entre el comunicador y reconocidos miembros de la agrupación.

AMIGO DE MEL PERO OPUESTO A LIBRE. En una entrevista concedida en 2016 a El Pulso, Rivera se distanció de cualquier discurso partidario; dijo que «no acompañó» a Zelaya en el proyecto de Libre. «Según indicó Omar Rivera en la entrevista, él no se involucra a actividades político partidarias, si bien se consideraba liberal hasta el golpe de 2009», según pudimos hallar en la hemeroteca digital de este periódico.

Viene a la mente el fallido diálogo político patrocinado en 2018 por la ONU para buscar una salida salomónica a la crisis poselectoral de 2017 que dejó más de 25 personas fallecidas, cuando marcó radical distancia de su amigo Mel porque el exmandatario se oponía ir a las conversaciones, en el sentido que implicaba un reconocimiento al recién estrenado gobierno del repitiente Hernández.  «Creo que es importante, especialmente Libre, que participe en el diálogo, al expresidente Zelaya hay que invitarlo, persuadirlo, presionarlo y denunciarlo en caso de que no tenga voluntad de participar», dijo a Canal 11 el 27 de marzo de 2018.

El célebre activista estadounidense El-Hajj Malik El-Shabazz, o Malcolm X, dijo en cierta ocasión que «yo tengo más respeto para un hombre que me permite conocer cual es su posición, incluso si está equivocado que el otro que viene como un ángel pero que resulta ser un demonio». El polifacético director del Fonac ya caía a la razón que era necesario tener conductas camaleónicas que le permitieran tener acceso al poder real. El nacionalismo iba por su segundo mandato consecutivo de la mano de Hernández y la sobrevivencia en ambientes donde lo visceral es política pública, por lo que suavizó sus críticas con buena retórica hacia el actual Ejecutivo.

También quedaba atrás su pasado como político rojiblanco, su regiduría en la comuna progreseña, las asesorías a distintas corporaciones municipales y su paso por la Secretaría de Cultura, donde sirvió como asesor del reconocido intelectual Rodolfo Pastor Fasquelle y su contraparte como el representante de la sociedad civil «en el esfuerzo de prevención de pobreza en el consejo consultivo para la Estrategia de la Reducción de la Pobreza (ERP)», según consta en su historial.

DE CRÍTICO A CUADRO ESTRELLA DEL PRESIDENTE. De pronto, las redes del poder lo fueron alejando de sus posturas beligerantes y  el anuncio del gobernante de instalar una junta interventora fue lo que siempre esperó. Ese amor por la cosa pública lo blindó del Omar de lo que fue antes. La selección natural operó a la perfección: evolucionó de un crítico del gobierno a ser uno de los cuadros predilectos del mandatario.

«En la medida fue avanzando el tiempo fui convenciéndome que el tema de seguridad era un factor determinante en los derechos de las personas. A finales de 2014 decidí hacer un esfuerzo mayor en ese tema y me incorporé a Alianza por una Sociedad más Justa (ASJ). En la Alianza teníamos mucho temas, pero desde que asumí el trabajo le di especial empeño al de Seguridad y más específicamente en el tema de la depuración policial. Es así como, producto de ese trabajo, el gobierno de Juan Orlando Hernández cede hacer una depuración tal y como nosotros lo propusimos, una depuración de arriba hacia abajo, que comenzara con generales y que pudiera sacar a las manzanas podridas», dijo Rivera en una amplia entrevista que le dio a El Pulso hace unos cinco años.

«El factor determinante del éxito de la comisión depuradora -recordó- y la fortaleza de mi desempeño dependen directamente del apoyo que me brindan las distintas organizaciones de la sociedad civil, específicamente las organizaciones que forman parte de la ASJ. Ellos brindan asistencia técnica, respaldo político y una estrategia de comunicación que permite por un lado presionar a la comisión de depuración, pero también colaborar en temas relevantes».

Agregó en aquel momento que «la labor mía es parte de la instancia oficial y ellos continúan con su agenda que se amplía a otras cuestiones, no solo con el tema de la policía. Ellos trabajan además con el Ministerio Público y el Poder Judicial».

INTOLERANTE POR DEFINICIÓN. Un defecto que ha caracterizado al también depurador policial es su intolerancia a la crítica. En septiembre de 2018 tuvo un fuerte encontronazo con un periodista que lo increpó porque en 2015 dijo a La Prensa que había una línea de investigación contra el exfiscal adjunto Rigoberto Cuéllar por presuntas irregularidades en el ejercicio del cargo.

Intentó desmarcarse de sus palabras, por lo que recurrió al grito para aplacar el señalamiento, justo después de decir que el actual jefe del Ministerio Público Óscar Chinchilla, a pesar de los fuertes cuestionamientos en su contra por la pobre capacidad de perseguir el delito, era un fiscal cinco estrellas. 

«Hay una línea de investigación directa que involucra al exsubsecretario de la Serna (Cardona Valle) que ya fue requerido y sobre el cual tengo entendido hay orden de captura». «Seguramente, el fiscal adjunto tendrá que informar qué tipo de participación tuvo él y qué tipo de involucramiento en este caso lamentable de aparente soborno donde están involucrados estos exfuncionarios del Gobierno», declaró al rotativo sampedrano.

El oficial de Policía, Juan Francisco Sosa, quien se atrincheró en su vivienda tras ser sindicado a delincuencia organizada, calificó al depurador de jetón porque lo mencionó en la trama de la muerte del exjefe antidroga Arístides González (ocurrido en diciembre de 2009) y de Alfredo Landaverde (acaecido en diciembre de 2011). «Le voy a pedir a Omar Rivera que es el más jetón de la comisión depuradora que no esté dando los nombres de los policías que salen de la institución», advirtió el funcionario.

Aclaramos que este perfil no busca estigmatizar al actual dirigente de sociedad civil, sino que hacemos una recopilación de hechos (abundan muchos) para comprender cómo la tesis de la selección natural de Darwin se aplica en muchas personas que adquirieron la sagacidad de poder sobrevivir a cualquier circunstancia sin sudar apenas la camisa.

Esa capacidad de oratoria (fue el orador en una clase de hablar bien), de tener elocuencia podría tener incidencia ante el nuevo gobierno que asumirá la presidenta Xiomara Castro el 27 de enero próximo, a fin de seguir su mandato como director del Fonac, un organismo que en el pasado reciente no tuvo protagonismo y que este personaje lo volvió dinámico, de referencia en los medios, aunque todo puede cambiar en política.

Es muy probable que el nuevo Ejecutivo que dirigirá Castro no necesite de sus servicios y, como bien dice Oswaldo Ramos Soto, le toque volver a la vil llanura. El filósofo griego Cicerón nunca dejó de tener razon que «cuanto más alto estemos situados, más humildes debemos ser». A veces, la política es ingrata, es cruel y solo será cosa de tiempo para saber si la selección natural beneficia a Rivera.

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