(Por: René Alfaro) Los comicios generales programados para finales de este mes, entran en su recta final, en él se renovará el parlamento, las 298 alcaldías y se definirá quien es el nuevo inquilino de Casa Presidencial.
La campaña política vivida en este período ha estado colmada de insultos, noticias falsas, manipulación de los mensajes emitidos por presidenciables, cargada de tensión, con altas dosis de anuncios que buscan generar miedo, más que resaltar la propuesta del candidato, y sobre todo, carente de propuestas, fuera de las ya trilladas, de trabajo, educación y salud.
El Partido Nacional ha apelado a una serie de mensajes que buscan desalentar el voto por Xiomara Castro -esposa del exmandatario Manuel Zelaya- para eso, los asesores cosmopolitas han traído en sus maletines, el mismo libreto utilizado en otras latitudes.
El centro de todo esto, es infiltrar en la mente de los electores que el comunismo está a las puertas de esta patria y que con ello viene el caos, la anarquía y el derrumbamiento del estamento estatal.
La trama no es novedosa, la derecha internacional la desempolva cada vez que cree oportuno hacer uso de la misma, se utilizó en México, en la contienda donde Andrés Manuel López Obrador se coronó como presidente de ese territorio.
Igualmente ha sido implementada en Perú, para impedir el ascenso de Pedro Castillo al poder, anteriormente en Bolivia, Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil, en España contra la agrupación Podemos, -que dirigía Pablo Iglesias- recientemente en Chile, y en otras regiones.
El objetivo es el mismo, enmascarar los malos gobiernos, la carencia ofrecimientos creíbles ante el desgaste en el ejercicio del mandato de los conservadores; en ocasiones, han tenido éxito, pero en otras, la ciudadanía ha hecho oídos sordos.
El entidad rojo, blanco, rojo, ha enfocado sus esfuerzos en mostrarse neutral, alejados de los extremos de derecha e izquierda, según lo que plantean, afirmando que son los únicos capaces de devolver la paz y unidad a los catrachos.
Aunque buscan distanciarse de sus otros contendientes, la comunicación ha sido más cercana al ala cachureca, esto, porque tildan a libertad y refundación de encarnar los postulados chavistas y castristas, cayendo en la misma retorica contra la doctrina marxista.
La estrategia comunicacional diseñada por los consejeros mexicanos contratados, no rinde la efectividad esperada, es evidente en ella, la influencia del golpismo criollo que domina los estamentos liberales.
Proclamarse tibio o equitativo no recoge las voluntades indecisas e independiente, el aura que tejieron alrededor del candidato presidencial, resaltando su experiencia empresarial y preparación académica, no logró acallar, el estigma de haber sido señalado por fiscales estadunidenses de lavar dinero del narcotráfico, aunque no fuese condenado por ese delito.
Por su parte, los rojinegros han continuado con la bandera de la refundación nacional, con el expresidente Zelaya jugando aparentemente un papel más discreto, pero que, en el fondo es el artífice de la traza de esa agrupación.
La imagen de la exprimera dama ha sido moldeada para refrescarla, con un atuendo más casual, zapatillas deportivas, dejando a un lado los discursos incendiarios, para dar paso a uno en cierta forma suavizado, pero sin dejar a un lado postulados que identifican a la congregación surgida del golpe de Estado.
La esposa del derrocado jerarca, ha conseguido nuclear el sentimiento anti JOH concertando alianzas de hecho con candidatos a diputados, alcaldes y presidenciales, para erigirse como la llamada a desmontar la concentración de poder que estos doce años acumuló el actual gobernante.
En la recta final de este proceso, la disputa del poder se definirá entre nacionalistas que buscan quedarse cuatro años más y libre que desea coronar la lucha emprendida en 2012, cuando se constituyó como asociación partidaria.
Los herederos de Manuel Bonilla, cargan a sus espaldas los escándalos de corrupción, como la compra de los hospitales móviles, para citar un solo ejemplo, el desgaste en el poder y los vínculos con confesos narcotraficantes, según testimonios de los condenados.
Pero tiene en su haber, unas robustas finanzas, los politizados programas de asistencia social, un poderoso grupo empresarial que goza de jugosas concesiones y los niveles de organización.
Por su parte, los pupilos del comandante vaquero, aquejan de suficiente efectivo para enfrentar la maquinaria electorera del oficialismo, fatiga en sus estructuras y un grado de desorganización, que ha impedido en los anteriores sufragios recolectar la totalidad de las actas de cierre de cada mesa electoral, hoy llamadas juntas receptoras de votos.
A su favor retoza, el debilitamiento de la enseña azul con la estrella solitaria, la precaria situación económica que aqueja a los hondureños, un extendido sentimiento en contra de Juan Orlando Hernández, que le permite atesorar intención de voto.
A pocos días de definirse quien será el ungido para dirigir los destinos de la nación, solo la disciplina, organización, masiva concurrencia a las urnas, compromiso y determinación, podrá contrarrestar las prácticas fraudulentas de quienes han mancillado la dignidad nacional, al retratar a Honduras, como un narcoestado, situándolo en los peores indicadores de pobreza, corrupción e impunidad.
Este último domingo de noviembre, no solo se juega el control del ejecutivo, sino la integridad territorial como la hemos conocido, debido a que las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (Zedes) amenazan con desmembrar la tierra de Morazán, para ser vendidas al mejor postor.
